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En Augusta Emerita ya se comían ostras

En Augusta Emerita ya se comían ostras

El Museo de Arte Romano de Mérida acoge la exposición 'Animalia Inter Emeritenses', con 126 piezas

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Domingo, 8 de julio 2018, 09:36

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Los animales estuvieron muy presentes en la vida de Augusta Emerita y se relacionaron de distinta forma con sus habitantes. Su presencia, la importancia de cada una de las especies y la huella que dejaron y que ha llegado hasta nuestros días se expone durante estos días en la segunda planta del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, concretamente en la sala IX. 'Animalia Inter Emeritenses' muestra un recorrido a través de la relación que tuvieron los animales con el ser humano en el contexto particular de Augusta Emerita.

De las 126 piezas expuestas, solo hay dos que se encontraban en la exposición permanente del Museo. Las 124 restantes proceden de almacenes como el del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida y de la reciente excavación en el solar de ampliación del propio Museo, del que se han extraído 26.

Esta muestra fue inaugurada el pasado 18 de mayo y se podrá ver a lo largo de un año.

Está dividida en cuatro partes. La primera trata sobre los animales y su relación con las religiones, su valor simbólico, su valor mítico. En la segunda parte se recorren los soportes sobre los que se pueden representar las diferentes especies, desde la escultura, la pintura, hasta el mosaico, pasando por las artes industriales como el bronce o la cerámica. La tercera parte muestra algunos de los elementos relacionados con los animales como las lanzas para cazarlos o los anzuelos para pescarlos. También nos encontramos con cencerros relacionados con la ganadería o diferentes atalajes de caballo. En último lugar se exponen las huellas físicas que nos han dejado, bien sea a través de restos óseos como conchas o improntas sobre ladrillos.

Rafael Sabio, conservador del Museo Romano y comisario de la muestra, explica que en Augusta Emerita era importante la presencia de animales exóticos como el león y la pantera. En Mérida eran muy representados por su carácter simbólico y por su intervención en juegos circenses. «Destaca la presencia en diferentes ámbitos del perro. Tiene un enorme papel en la sociedad y lo vemos intervenir en representaciones de mosaicos, de lucernas... También tenemos bastantes restos físicos y huellas, improntas sobre ladrillo, de este animal».

Presencia del jabalí y el toro

Sobresale también la presencia del jabalí, del que en época romana sus habitantes obtenían todo lo que necesitaba. «Se conservan restos óseos, colmillos...». El toro aparece y su presencia tiene relación con el ámbito mitológico. Tiene un carácter simbólico. Un ejemplo es verlo representado en mitos como 'El rapto de Europa'. Zeus se transformó en un toro para raptar a esta mujer a orillas del mar. Precisamente en esta muestra hay un fragmento de lucerna que representa este mito, al igual que hay un mosaico sobre ello en la exposición permanente.

Destacan piezas relacionadas con el culto a Mitra, como una cabeza de serpiente y un perro, que seguramente, según explica Sabio, pertenecieran al mosaico mitraico de la ciudad y que se hallaba prácticamente despedazado. O una placa con la representación del cordero místico, ya del Cristianismo.

La directora del Museo, Trinidad Nogales, explica que los restos de animales que, por ejemplo, han aparecido en las excavaciones que tanto Rafael Sabio como el doctor Murciano han dirigido y que se han llevado a cabo en el solar de ampliación del propio Museo Romano, dan pistas sobre el tipo de alimentación que tenían.

Aparecieron ostras

«Recuerdo que cuando, a finales de los años 70, se excavó la Casa del Anfiteatro aparecieron gran cantidad de ostras. Uno se pregunta cómo podían traer ese producto tan delicado y exquisito hasta el interior de la Península. Pues por vía rodada, con nieve y con paja, como se ha hecho hasta el siglo XX, hasta que hubo electricidad y se inventaron las neveras».

Cree que la singularidad de los animales es real pero también la proximidad con el uso de nuestra cultura actual.

Sabio destaca algunas de las piezas de la muestra más curiosas o que más llaman la atención de los que la visitan. Una de ellas es un león, que ha ingresado desde los almacenes del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida. Aparte de por su carácter simbólico y su relación con algún monumento funerario de gran porte, fue aprovechado en época visigoda y luego en la Edad Media para ornamentar una de las puertas de la ciudad.

Otra pieza valiosa es un mosaico en el que también se representa un león y un ave, seguramente relacionada con el mito de Orfeo, y una pata de una mesa con la representación de una pantera.

«Destaca un fragmento de estela. Quizás no se conserva muy bien, pero se conserva lo que de verdad nos interesa», dice Sabio. Esta es la representación de una mujer que tiene abrazado un conejo y que nos puede hablar del uso que ya se hacía en este tiempo de los animales como mascotas».

Asegura Sabio que una de las piezas que más llama la atención del público es un ladrillo que refleja varias pisadas de un perro, que quedaron tatuadas en ese tiempo.

La colección de piezas del museo en los almacenes es tan rica que permite poder hacer constantemente exposiciones temporales para el público. El objetivo es fidelizarlo. Conseguir que siempre tengan una razón para visitar y descubrir de nuevo el Museo de Arte Romano y sus nuevas piezas y tesoros.

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