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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Juan Antonio Ortiz, decano del Colegio de Arquitectos de Extremadura y Lluis Comerón, presidente del Consejo nacional de Arquitectos :: L. c.
«La arquitectura tiene que recuperar ahora el sentido de la realidad»

«La arquitectura tiene que recuperar ahora el sentido de la realidad»

Cáceres acoge por primera vez el pleno del Consejo Superior del Colegio de Arquitectos de España

Cristina Núñez

Cáceres

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Jueves, 22 de marzo 2018, 08:19

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Extremadura vive hoy y mañana dos jornadas en clave arquitectónica. Cáceres acoge hoy la celebración del pleno del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). Por primera vez esta reunión nacional se celebra fuera de Madrid, lo cual supone un hito dentro de una organización que reúne a 47.000 profesionales (620 de la región). Además, Cáceres y La Bazana (pedanía de Jerez de los Caballeros) celebran actividades en torno a la 14 edición de los premios internacionales Europan, dirigidos a arquitectos menores de 40 años, que en esta ocasión incluyen seis emplazamientos españoles, entre ellos la localidad pacense mencionada.

La cita, que reunirá a representantes de todos los colegios profesionales de arquitectos de España, pondrá sobre la mesa los muchos retos que tiene que abordar esta disciplina en España después de una crisis que desbarató todos los sectores pero atacó muy fuerte al de la construcción, cambiando las reglas del juego. Lluis Comerón, presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España y Juan Antonio Ortiz, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura, son muy conscientes del nuevo papel de su colectivo. «No es un problema solo de crisis, es un escenario de cambio, un cambio que por ser distinto nos ofrece otras oportunidades», explica Comerón, que tomó a principios de año las riendas de un Consejo que busca estrechar lazos y fomentar la cooperación entre los 19 colegios profesionales de España. «Con los datos de visado (acto administrativo colegial que acredita los proyectos) la caída ha sido de un 90%, ha impactado de igual forma en todo el territorio nacional».

Según explican ambos arquitectos, su hoja de ruta es la de no empezar de cero. «Ya llevamos casi 10 años de crisis, eso nos da una perspectiva que nos permite entender que en realidad ha habido dos fenómenos, uno un parón inmobiliario producido por un problema financiero que nunca habíamos conocido en esta magnitud, pero sí conocíamos cierta ciclicidad. Por otro lado, la dureza de esta caída enmascaró que estamos en un momento de cambio muy intenso, el Xervicio de Empleo estadounidense dice que en 2050 el 65% de los puestos de trabajos que se realizan hoy desaparecerán. Los profesionales nos tenemos que enfrentar a esa gran transformación». La inteligencia artificial puede hacer perder en Europa cinco millones de trabajos directos en los próximos años. La segunda parte del pronóstico, apunta Comerón, es que impactará menos en las actividades creativas y no repetitivas. «En ese sentido los arquitectos no tenemos una gran amenaza».

«Una gentrificación bien medida ayudaría a mejorar determinadas zonas de la ciudad»

La sucesión de las décadas ha supuesto nuevos retos para estos profesionales, muy sensibles a los cambios sociales y económicos que generan nuevos estilos de vida. Aspectos como los flujos migratorios y las composiciones familiares condicionan la arquitectura. «El sentido de nuestro trabajo en este momento es transformar la ciudad que ya tenemos, estamos convencidos de que tenemos que combatir el cambio climático y crear edificios con consumo cero, tenemos un reto social colectivo».

Europan14 plantea a los arquitectos jóvenes precisamente el reto de las ciudades productivas. «Hay que repensar muchas cosas, repensar espacios públicos y partes de los tejidos urbanos para que puedan acercarse más a consumos de proximidad, kilómetro 0, menos separación entre el espacio productivo y el espacio doméstico».

Mirada social

La mirada social de la arquitectura se traduce también en la respuesta a movimientos como el feminismo. «Tenemos un colectivo de arquitectas muy activas que nos ayuda a avanzar en esa dirección, todo surge en un contexto de cambio», apunta el presidente del Consejo de Arquitectos.

Juan Antonio Ortiz considera que «vuelve a tener sentido la verdadera función social de la arquitectura, si algo positivo deja esta dura crisis es que ya nunca más esa arquitectura espectáculo que no estaba pensada para la gente, nunca más los espacios urbanos para impactar, sino pensados para las personas y en eso entran espacios como las maternidades, que van a disfrutar las mujeres, sus parejas y el niño que venga al mundo, hay un cambio de paradigma».

El cambio sociológico hace que «la idea de homogeneidad social haya desaparecido, hay composiciones familiares muy diferentes, la respuesta de la edificación ha de ser más diversa de la que hemos dado ahora, hay que recuperar el sentido de la realidad, en las épocas de opulencia tendemos a dar espectáculo».

Resulta inevitable no hablar de hitos como los edificios icónicos que se reprodujeron en distintos puntos de España. «Hay una perversión del efecto Guggenheim, Guggenheim es la punta del iceberg de una operación urbana y social más grande. La perversión consiste en que muchas ciudades pensaron que poniendo algo icónico similar, podían conseguir el mismo efecto, y eso es algo ficticio, porque en Bilbao ese cambio tuvo que ver con una buena estrategia de cómo repensar esa ciudad», opina Ortiz. «Hay muchos edificios faraónicos pero vacíos de contenido». A este respecto Comerón cree que «en principio no es malo que la arquitectura cree identidad colectiva, el problema es hacerlo mal, equivocar el tiro».

En la configuración de las grandes ciudades se ha introducido el concepto controvertido de la gentrificación. El turismo ha sustituido la vida ciudadana en muchos barrios. «Se necesita una reflexión y decisiones desde el ámbito público, porque solo desde los mecanismos del mercado genera lo que ya vemos», opina Comerón. Para Ortiz «una gentrificación bien medida, en el sentido positivo, ayudaría a mejorar determinadas zonas de la ciudad, el problema es cuando la ciudad se convierte en un escenario de cartón piedra y abandona los usos tradicionales».

Los temas son infinitos para unos profesionales que reivindican con fuerza la variedad de sus perfiles y que se enfrentan a reglas del juego que requieren imaginación, entusiasmo y vocación.

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