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El Museo del Prado presenta el retrato de Don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna, realizado por Goya.
El poder sereno, según Goya

El poder sereno, según Goya

El Prado recibe como obra invitada el excepcional retrato del Duque de Osuna pintado por el genio aragonés

Miguel Lorenci

Lunes, 18 de enero 2016, 18:26

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Tiene más de dos siglos, pero parece pintado hace unas semanas. Así de esplendoroso luce el retrato de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna, pintado por Francisco de Goya y Lucientes. Es una suerte de paradigma de la serenidad que puede exhibir alguien tan poderoso como el aristócrata ilustrado. El museo del Prado recibe como obra invitada esta joya de la Frick Collection de Nueva York, un "retrato íntimo" que ha sido brillantemente restaurado por el también neoyorquino Metropolitan Museum.

Es una de las pinturas más interesantes del genio aragonés entre las que conserva la colección neoyorquina, que se hizo con ella en 1943 al comprar fondos de la banca J.P. Morgan, y estará hasta el próximo 24 de abril, en la sala 34 del edificio Villanueva. Se exhibe junto a la tela en la que Goya retrató en 1785 a la familia del aristócrata, la casa mas poderosa de la época junto la estirpe de los Alba.

Tradicionalmente fechada en torno a 1798, su reciente limpieza en los talleres del Metropolitan "pone de manifiesto una riqueza de la técnica y colorido que bien podrían situarla en un período más tardío, incluso después de la muerte de don Pedro en 1807", según las explicaciones de Manuela Mena, jefa de conservación del siglo XVIII y Goya, toda una autoridad en el genio de Fuendetodos.

Es un óleo sobre lienzo de 113 por 83,2 centímetros. Representa al noble en una actitud relajada y serena y Manuel Mena lo define como "retrato íntimo, familiar y muy cercano". Sonriente, no luce ninguna de sus innumerables condecoraciones, pero sí el bastón de mando del casa de Osuna, símbolo del enorme poder de la aristorcracia para movilizar a los regimientos militares. En su mano derecha sostiene un papel con un escrito "acaso un de las muchas súplicas que recibía el duque", según Manuela Mena.

Destaca Mena que Goya utilizara lapislázuli para el fondo y el traje "lo que además de aumentar el valor económico del cuadro, le da otra dimensión de enorme interés". El duque parece exhibir en el retrato la personalidad sensible y entusiasta que hizo de él una figura popular entre los intelectuales de su época. Viste a la moda de finales del decenio de 1790, pero la tonalidad oscura y la ejecución de la casaca o de las manos "acercan su realización a los tiempos de la guerra de la Independencia Española". Una hipótesis reforzada por la ausencia de la obra en los registros de la casa de Osuna, que anotaban rigurosamente las compras efectuadas a finales del siglo XVIII, aunque sí figura en la venta de la colección Osuna en 1896. Es posible que fuera el retrato citado en un inventario de 1834 como un cuadro al óleo "de medio cuerpo del duque de Osuna, abuelo".

La obra pudo ser encargada en un período agitado, tal vez cuando, tras la muerte del duque y ante la invasión francesa, la familia Osuna se trasladó a Cádiz. Las medidas del lienzo, similares a las del retrato de la duquesa de 1786 que está en la colección Marita March, así como la posición del duque y la dirección de su mirada, "sugieren que Goya lo pintó quizá a partir de una miniatura y como pareja del retrato de la dama", según los conservadores del Prado.

Benefactor

Don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna (1755-1807) fue uno de los primeros y más eminentes benefactores de Goya desde mediados del decenio de 1780. Tras su muerte, el pintor trabajaría para su mujer y sus hijos hasta 1817. El Prado conserva varias obras pintadas por Goya para los Osuna, como el retrato de la familia al completo realizado en 1785, el de la marquesa de Santa Cruz (1805), y el de la duquesa de Abrantes (1816), así como el especial 'Vuelo de brujas', uno de los "asuntos de brujas" de la serie que Goya vendió al duque en 1798.

El Prado atesora 150 pinturas, 500 dibujos y numerosos documentos del artista aragonés, pero es la primera vez que el retrato del duque de Osuna se puede contemplar junto al retrato goyesco de la familia del aristócrata, del retrato de Carlos IV y su esposa Luisa de Parma y del que Joaquín Esteve realizó de Joaquina Téllez-Girón, hija de los duques.

"No ofrecemos una exposición sobre la familia Osuna, pero se puede ver el cuadro en el contexto de la Ilustración -al lado de 'La agricultura', de la serie de Goya dedicada a 'La ciencia', 'El comercio' y 'La industria'- y con los reyes de los que el IX duque de Osuna fue gran apoyo", dijo Manuel Mena.

Es un préstamo extraordinario inscrito en el programa 'La obra invitada' que patrocina por la Fundación Amigos del Museo del Prado desde 2010 "para enriquecer la visita al Museo y establecer un término de comparación que permita reflexionar sobre las propias pinturas del Prado", según Nuria de Miguel, secretaria general de la Fundación Amigos del Museo del Prado.

Según Xavier Salomon, conservador jefe de la Frick Collection, su institución "es un gran centro de investigación de Goya" y está "encantado de ceder temporalmente el retrato del duque". La tela salió de España en 1896, cuando la bancarrota familiar forzó la venta de la colección Osuna. Se supone que fue a París y desde allí a Nueva York, donde el magnate de del acero Henry Clay Frick (1849-1919) conformó una soberbia colección que quiso que fuera de dominio público tras su muerte y la de su esposa. Estuvo desde 1914 en al mansión que Thomas Hastings contruyó para el magnate en la Quinta avenida de Nueva York.

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