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Soldados británicos en la I GM
El colosal esfuerzo del Imperio británico en la Primera Guerra Mundial

El colosal esfuerzo del Imperio británico en la Primera Guerra Mundial

A diferencia de otras potencias, el Reino Unido no había combatido en ningún gran continenda terrestre en cien años. Aquel no fue impedimiento para movilizar un millón de combatientes que se unieron a su fuerza de 700.000 hombres

COLPISA / AFP

Jueves, 31 de julio 2014, 14:15

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Cuando la tormenta de la Primera Guerra Mundial empezaba a divisarse, el Imperio británico no estaba en absoluto preparado para capearla. Pero finalmente logró una de las mayores y más rápidas movilizaciones militares de la historia, que tendría implicaciones en la guerra y en el mismo Imperio. El 4 de agosto de 1914, cuando Gran Bretaña entró en la guerra, tenía una fuerza relativamente pequeña, de 700.000 hombres, lista para el combate. Pero hacia finales de septiembre otros 750.000 se habían alistado en la metrópolis y al final del año ya lo habían hecho un millón.

El subcontinente indio, Australia, Canadá y varias partes de aquel imperio en el que nunca se ponía el sol también entraron en acción. "Nuestros muchachos no eran sólo Tommies, también eran Tariqs y Tajinders", dijo en junio pasado la secretaria de Estado de Relaciones Exteriores, Sayeeda Warsi, primera musulmana con funciones ministeriales en el Reino Unido.

Al contrario que muchas otras potencias, los británicos no habían peleado en ninguna gran guerra terrestre en un siglo. Por los tratados que acabaron llevándoles a la guerra, los británicos tenían un ejército profesional de 400.000 efectivos -más 300.000 reservistas y fuerzas territoriales-, mucho menor que el de sus aliados. Además, la mitad se encontraba desperdigado por el Imperio .

Lord Horatio Kitchener -el bigotudo secretario de Estado de Guerra que aparecía en carteles señalando con el dedo- tuvo a cargo el reclutamiento. "En agosto de 1914 era casi el único de los principales militares y políticos que predecía que la guerra sería un asunto largo y costoso", escribió el historiador Peter Simkins en "Kitchener's Army".

Se crearon centros de reclutamiento, el límite de edad se elevó a 38 años y la altura mínima se redujo a 1,60 metros. En total, 2.466.719 hombres se alistaron entre agosto de 1914 y diciembre de 1915. El Reino Unido no introdujo la leva hasta 1916 y hacia el final de la guerra en 1918, en su momento cumbre, tenía un ejército de 4 millones.

Las colonias y los dominios del Imperio británico fueron otra de las claves de la enorme movilización. El subcontinente indio (formado por las India, Pakistán y Bangladesh) enviaron 1.500.000 soldados, casi 500.000 procedían de Australia y Nueva Zelanda, el mismo número de Canadá y 74.000 de Sudáfrica, de acuerdo a datos del gobierno británico .

El primer ministro de Australia, Andrew Fisher, se comprometió rápidamente a apoyar a Londres cuando se declaró la guerra a Alemania, un anuncio recibido con gran entusiasmo popular. Los 400.000 australianos representaban el 10% de la población de país en ese momento. De ellos, 61.000 murieron en el frente, un momento traumático y decisivo para la joven nación.

La pronta participación de Australia se tradujo en la conquista en 1914 de la Nueva Guinea alemana y de las islas vecinas del archipiélago de Bismarck. Su campaña en Europa comenzó en abril de 1915, cuando los miembros de la Fuerza Imperial Australiana desembarcaron en Gallipoli junto a tropas de Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Francia, en lo que resultaría una desastrosa campaña contra el Imperio Otomano.

"La Primera Guerra Mundial impactó en Australia como ninguna otra cosa, ni antes ni después", dijo el actual primer ministro, Tony Abbott, a principios de este año. En la India, cuando estalló la guerra, figuras políticas y líderes, incluyendo a Mahatma Gandhi, respaldaron el esfuerzo británico , creyendo que así se ganarían el favor de Londres para sus reivindicaciones de autogobierno.

El primer grupo de soldados llegó al frente occidental a finales de septiembre de 1914, equipado con sólo dos ametralladoras por batallón y vestidos con uniformes de algodón fino que no servían en el duro invierno europeo. 60.000 soldados del subcontinente perdieron la vida en el frente occidental y en la Mesopotamia.

Pero la guerra también cambió el curso de la historia de la India y dio un empujón al movimiento nacionalista que acabaría en la independencia casi tres décadas después. Al describir el conflicto como "un hito" en marzo pasado, el vicepresidente indio, Hamid Ansari, dijo que hubo una "concienciación del movimiento nacionalista indio de que los británicos no iban a estar a la altura de las promesas de autogobierno que habían hecho durante la guerra", y eso intensificó su lucha.

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