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Carmen Heras. L. C
Carmen Heras: «¿Votar al PSOE? Tengo que ver antes las listas»

Carmen Heras: «¿Votar al PSOE? Tengo que ver antes las listas»

A sus 69 años, sigue dando clases en la Universidad

p. c.

CÁCERES

Lunes, 1 de octubre 2018, 07:53

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- ¿Le dolió tener que dejar la presidencia del PSOE tras la primera inhabilitación?

- Sí, mucho. Yo he tenido dos momentos de desgarro emocional importantes, aunque no me gusta hablar de ello porque parece que muestras debilidad. Uno han sido las sentencias. El PSOE reconoció que fui una alcaldesa eficaz, pero los partidos han entrado en una dinámica de que para renovar hay que cambiar también a las personas desde el punto de vista de la edad, con lo cual no tenía ningún planteamiento de seguir. Pero una cosa es que tú no continúes en algo porque no quieres y otra porque estás castigada, es muy diferente. Para la gente de mi generación que hemos sido muy trascendentalistas y nos hemos guiado por el buen nombre, por la trayectoria intachable, etcétera, pues fue un varapalo muy doloroso desde el punto de vista emocional.

Y el segundo desgarro viene como consecuencia de este. El PSOE tiene una normativa muy estricta y me tuve que ir. Yo entendía que los planteamientos del partido eran para casos de corrupción, y lo mío no lo es. Por tanto, no me podía creer que me tuviera que ir. Es como si la empresa a la que has dedicado lo mejor, un día, por lo que sea, dice que no te conoce.

«Dejar el PSOE fue un desgarro absoluto. Los partidos a veces son maquinarias insensibles»

«En política hay una competitividad brutal, y entre mujeres esa competencia es terrible»

- ¿Esa frialdad de aplicar los estatutos es lo que le duele?

- A mí sí, muchísimo. Es un desgarro absoluto porque te obliga a repensar todo. Tú tienes acomodo dentro de un grupo humano, con un planteamiento, con unos amigos o al menos gente que tú creías que eran amigos y de repente te dejan fuera de la casa. No voy a buscar otra casa ideológica, pero ya tengo que hacer otras cosas, con otro tipo de relaciones... te obliga como a refundar tu vida y a reconocer que los partidos políticos a veces son maquinarias muy insensibles.

- ¿Le han decepcionado muchas personas?

-Sí, he tenido grandes decepciones, pero supongo que eso ocurre en cualquier faceta de la vida. Cuando te pasa a ti, tiendes a maximalizarlo, pero luego hablas con mucha gente de otros campos fuera de la política y también han tenido frustraciones y grandes decepciones. Al final no te queda más remedio que buscar tu propio equilibrio y poner en valor lo que realmente lo tiene. La vida es así, no hay que estar todo el día sufriendo por eso.

- ¿Se haría militante hoy de PSOE tras la aparición de los nuevos partidos?

- Tengo muchas dudas, fruto de mi experiencia personal, pero también porque estamos en un momento muy convulso y han cambiado las reglas del juego. Nosotros teníamos unos planteamientos que ya no le han funcionado a mi hijo, y no te digo a los que hoy son más jóvenes. Los partidos, como las administraciones, están un poco obsoletos desde el punto de vista del funcionamiento, pero incluidos los partidos muy nuevos, que caen en lo que ellos mismos critican. Porque al final hay cuestiones que no cambian y el deseo de poder es un instinto grandísimo. En política hay una competitividad brutal, y entre mujeres es una competitividad terrible, terrible, más que hombres con hombres.

- ¿Ha padecido más la competencia femenina que la discriminación de género?

- La política todavía la siguen haciendo los hombres, ellos siguen siendo los números uno. Y yo entré en política, y en la Universidad donde éramos dos chicas en Físicas, en una época en la que era un mundo de hombres aún más que ahora. Me ha tocado ir entrando en campos donde no era habitual la presencia de mujeres, y eso lo he ido notando, en positivo y en negativo. Pero lo curioso es que muchas veces el hombre ha utilizado a mujeres para que fueran contra otras, y ellas caen en la trampa sin casi ser conscientes. Conmigo se han portado peor mujeres, pero es verdad que detrás ha habido movimientos de hombres. Por otro lado, también juega el factor de la estética. Hay veces que la mujer entra en política porque aporta y se lo merece, pero otras veces es solo por estética. Y esto las mujeres deberíamos ser muy conscientes, es algo que creo todavía no lo hemos reflexionado como deberíamos. Porque las luchas feministas giran siempre alrededor de cuestiones de estereotipo femenino: vientre de alquiler, sí o no; aborto, sí o no; cosas que tienen que ver con características propias de la mujer, pero yo no las veo discutiendo por un presupuesto aprobado, etcétera. Esto cuando lo dices, la propia mujer no te lo acepta porque parece que estás denigrando tu propia imagen.

- ¿Pero ha padecido también actitudes machistas en la política?

- Sí, sobre todo a la hora de valorar tu trabajo. Y con expresiones que parecen tontunas como 'la del pelo rojo' y así, pero que van haciendo mella. Pero tampoco entiendo que el hombre tenga que retirarse para dejar paso a la mujer. Él no tiene que ser una nulidad para que ella brille. Lo que hace falta es nivelar, reequilibrar y respetar.

- A usted le hicieron lo mismo que a Pedro Sánchez un 1 de octubre como hoy, dimitir más de la mitad de la ejecutiva para que se fuera.

- Sí, efectivamente. Políticamente se podía hacer. Lo que estuvo mal desde el punto de vista humano fue que se aprovecharon de mi cansancio físico y emocional. Había fallecido mi marido y habíamos perdido las elecciones después de meter 50 millones de euros en Cáceres, tenía una frustración grande. No era el mejor momento y lo aprovecharon. Ahora hubiera luchado. Es uno de los tres grandes interrogantes que me quedan: qué hubiera pasado de seguir en Madrid; el resultado si hubiera podido hacer otra lista en 2011; y si debería haber respondido. Tenía los apoyos, pero de alguna manera desde instancias superiores me sugirieron que lo dejara correr. Sí es ahora, que no estoy tan cansada y más serena, creo que hubiera respondido.

- Pero luego la pusieron de presidenta del partido.

- Ser presidente es una figura honorífica sin poder real, pero sí de representación, y en el PSOE siempre han sido referencias. Es verdad que batallaron para que Vara no me pusiera, pero el congreso me eligió. Estoy muy agradecida al partido por haberme puesto ahí.

- ¿Votará al PSOE en las próximas convocatorias?

- Eh... tengo que ver las listas.

- ¿En todas, municipales, autonómicas, generales...?

- Sí. Cada vez creo más en las personas y por tanto tengo que ver antes las listas. Es verdad que la marca arrastra, pero tal y como vivimos hoy en día, me importan las personas.

- ¿Le gusta Pedro Sánchez?

- A ver, no le juzgo porque cada uno es sujeto de sus circunstancias y de su tiempo, pero hace una política que yo no he aprendido. Yo estaba acostumbrada a una política de pensar mucho los temas, de tener una línea vertebral, unos fines muy claros y trabajar en torno a ellos, pero ahora es otra época.

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