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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?

La verdadera historia de La Chicuela... y una solemne barbaridad

Desde la Moto de Papel ·

Sergio Lorenzo

Cáceres

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Domingo, 31 de marzo 2019, 09:29

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Como estoy enfadado con el difunto Sanjosé, ya no se me aparece en casa... pero hace de las suyas en mi puesto de trabajo.

El pasado martes, al llegar a la Redacción del Diario HOY y encender el ordenador, vi en la pantalla una carpeta con el nombre 'Para el juntaletras'. Al abrirla apareció un texto con la foto de Javier que publicamos la semana pasada, la de la avenida de España en los años 30 con un solo coche aparcado. El texto decía así:

«El pasado domingo publicaste esta foto. Te hago un regalo de periodista: Si yo fuera tú, investigaría sobre la historia de la Casa de la Chicuela, que está detrás del coche. Te gustará descubrir cosas sobre esta casa que los cacereños dejaron que se derribara en 1984. Cuando sepas por qué se llamaba así, vas a alucinar. Por cierto, creo que por nuestra vieja amistad deberías perdonarme el haber ido a tu casa con dos de los veinte ángeles malos de Talaván. Ellos están contentos con el reportaje que has hecho denunciando su deterioro. Ya no te van a hacer nada. Bueno, cuando quieras me vas a buscar un atardecer a San Mateo y damos una vuelta por nuestra querida Ciudad Monumental. Cuídate».

Me encogí de hombros, aún rencoroso, y me entretuve en buscar en internet fotos de la hermosa casa modernista desaparecida.

En mis tiempos libres he estado investigando sobre la casa y sí, tiene una historia hermosa.

Todo empieza con un guardia civil de Valdefuentes llamado Juan Pérez Pérez, que a finales del siglo XIX estaba destinado en Sevilla. Allí se enamoró y se casó con Esperanza Vera Ruiz, de Triana. Juan Pérez dejó la Guardia Civil y se afincó con su mujer en Cáceres, en donde se dedicó a ser empresario. Era el gerente del Parador del Carmen, un lugar ya desaparecido que estaba junto a la Cruz de los Caídos, que era el destino y salida de los coches de línea de la época. Juan Pérez tenía buena mano para los negocios y se dedicó a comprar y vender terrenos en la ciudad. También promovía la construcción de casas. Una de esas casas es la que levantó en el número 5 de la avenida Virgen de La Montaña con tres plantas, en la tercera se instaló la pensión Gertrudis, la segunda la alquilaron y en la primera vivió el matrimonio, que tuvo cuatro hijas.

La mujer de Juan, la trianera Esperanza, siempre estaba pendiente de su familia de Sevilla, teniendo especial cariño a su sobrino Manuel Jiménez Moreno, que con cinco años se había quedado huérfano. Su padre Manuel Jiménez Vera, que fue torero con el sobrenombre de Chicuelo I se murió en 1907, con 28 años, por culpa de la tuberculosis.

El niño se hizo torero siguiendo los pasos de su padre, con el sobrenombre de Chicuelo, y fue uno de los más famosos en los años veinte, pasando a la historia por ser el inventor de 'la chicuelina', un vistoso pase que consiste en que cuando el toro embiste de frente, el torero gira media vuelta sobre sí mismo en sentido contrario al del toro, quedando su cuerpo envuelto por el capote. La hizo por primera vez en Valencia, en 1924. Lo cierto es que cada vez que venía a torear a Cáceres se quedaba en casa de su tía, en donde se llevaba muy bien con su prima pequeña, María Pérez Vera, a quien su padre le había regalado, al cumplir los 18 años, un coche descapotable color cereza con el que iba a los toros cuando toreaba su primo. Chicuelo toreó en Cáceres en los años 1921, 1922 (dos veces), 1925, 1926, 1927 y 1938.

La hija de María Pérez, la periodista Marisol Rodríguez que trabajó en Radio Cáceres, ha asegurado que no hubo amoríos entre su madre y el torero, pero en Cáceres se inventó el romance y a su madre le señalaron como 'La Chicuela'. En 1927 es cuando el empresario Juan Pérez levanta el hermoso edificio modernista en la entrada de la calle San Antón, utilizando azulejos y otros ornamentos traídos de La Cartuja de Sevilla. La gente preguntaba quién vivía en tan peculiar casa y recibía como respuesta: «La Chicuela», y se quedó con el nombre de la Casa de la Chicuela.

El tiempo pasó y 'La Chicuela' se casó con el perito agrónomo Pedro Rodríguez Domínguez, natural de Badajoz; y Chicuelo se casó en 1927 con Dolores Castro Ruiz, una cupletista y bailaora conocida artísticamente como 'Dora la Cordobesita', al ser Córdoba en donde nació en 1902. De gran belleza, fue modelo del pintor Julio Romero de Torres. Al casarse se retiró del espectáculo y tuvo seis hijos. Chicuelo se retiró en 1951 del mundo del toreo. En 1965 se murió su mujer Dora con 63 años, y en 1967 él con 65.

De aquellos inventados amores sólo quedó en pie la Casa de la Chicuela... pero no por mucho tiempo.

Una constructora compró la casa con la idea de tirarla y hacer pisos de lujo. El 17 de agosto de 1978, con la autorización del alcalde, iba a derribar la casa, pero según se publicó en su día, «el pueblo se opuso, invadiendo la casa». Empezó entonces un tira y afloja entre la constructora y quienes decían que no se podía tirar una de las casas más hermosas de la ciudad. Se creó una comisión ciudadana para proteger la Casa de la Chicuela. Se opuso al derribo el PSOE, el PC, Adenex, la CNT, la Joven Guardia Roja... En 1980 la Dirección General del Patrimonio del Ministerio de Cultura prohibió el derribo y la constructora acudió al Tribunal Supremo, que le dio la razón. Y en 1984 se derribó, aunque el presidente de la Comisión de Monumentos, Carlos Callejo, dijera que demoler este edificio, «era una solemne barbaridad».

Murió el hermoso edificio. Nació en el mismo solar, otro que se llama exactamente igual; pero, desde luego... no es lo mismo.

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