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Varios vecinos con sus mascotas, ante la entrada del nuevo parque canino. :: JORGE REY
Los vecinos de Montesol, indignados con el nuevo parque canino de Cáceres

Los vecinos de Montesol, indignados con el nuevo parque canino de Cáceres

Dudan de que se hayan invertido los 24.000 euros que dice el Ayuntamiento y reclaman que lo limpien

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Viernes, 27 de julio 2018, 08:44

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Los vecinos de Montesol están en pie de guerra. Se sienten engañados por el Ayuntamiento, que les prometió un área canina para que pudieran dejar sueltos a sus perros sin arriesgarse a ser multados. En el mes de abril el Consistorio, a través de la empresa Talher (adjudicataria del contrato de mantenimiento de parques y jardines de Cáceres), inició los trabajos para habilitar este parque en una parcela situada entre la calle Juncal y la avenida Cordel de las Merinas, en las traseras del cementerio municipal. Y hace algo más de un mes abrió las puertas este recinto.

Pero lejos de ser una zona segura constituye todo un peligro para los perros y sus dueños, según denuncia Joaquín Valhondo, presidente de la asociación de vecinos Cáceres-Montesol. El mal estado en el que se encuentra esta área ha llevado a sus potenciales usuarios a no cruzar la puerta. Y los que lo han hecho no han repetido la experiencia. «Estamos recibiendo muchas quejas. El parque está lleno de surcos y hay hierros y plásticos. Es muy peligroso para los animales», ilustra el presidente vecinal. Él, que reside en una vivienda próxima a esta nueva dotación, prefiere sacar a su perro por otra zona del barrio.

EN DATOS

  • 24.495 euros es el presupuesto base de licitación para la creación de esta área canina La obra pasó por junta de gobierno el pasado 16 de marzo. Talher ha sido la encargada de realizarla como una de las mejoras incluidas en el contrato de mantenimiento de zonas verdes.

  • 676 firmas reunieron los vecinos para solicitar al Ayuntamiento la creación de un parque canino Las firmas fueron registradas en el Ayuntamiento en diciembre.

Al mal estado en el que se encuentra el terreno se suman otras críticas relacionadas con la limpieza. Las papeleras que se han instalado están llenas de basura. Nadie se encarga, denuncian los vecinos, de vaciarlas. A esta falta de mantenimiento hay otra circunstancia que indigna, más si cabe, a los residentes de la zona. La creación de esta área canina, que fue aprobada en la junta de gobierno celebrada el 16 de marzo, ha costado 24.495 euros y fue incluida dentro de las mejoras que Talher debe realizar en la ciudad.

«Prometieron una fuente y no hay fuente ninguna»

J. Valhondo, Presidente

«¿Dónde están los 24.500 euros que iban a invertir?

mila rubio, vecina

«Queremos un recinto óptimo para nuestros animales»

Eugenio Molano, Vecino

«Nos sentimos engañados; nos han tomado el pelo»

P. Montero, Vecino

«Ese presupuesto es una exageración. Ahí no han invertido ese dinero ni de cachondeo. Han puesto tres papeleras, tres bancos, han plantado dos árboles y han desbrozado mal la parcela», ilustra Joaquín Valhondo. La parcela, de propiedad municipal, ya estaba vallada. Pero no se ha dedicado al completo al parque canino, por lo que los trabajos también han incluido la colocación de una malla que delimita el espacio reservado para los perros.

«Además, nos prometieron una fuente y no hay fuente ninguna. Queremos que dejen el parque en condiciones y que pongan más árboles», zanja el presidente vecinal. Los vecinos de Montesol trasladaron al Ayuntamiento su deseo de contar con un área canina el pasado mes de enero, cuando la alcaldesa, Elena Nevado, y el concejal de Participación Ciudadana, Víctor Bazo, realizaron una visita al barrio.

Dos meses antes, los residentes iniciaron una recogida de firmas para solicitar, precisamente, una dotación de estas características. Lograron reunir 600 firmas a favor del parque. Esta iniciativa se puso en marcha después de que varios residentes fueran multados por la Policía Local con cien euros por llevar sueltos a sus perros en la vía pública.

La respuesta de Talher

Desde Talher quieren hacer una serie de aclaraciones. Por un lado, la empresa precisa que se han instalado cinco bancos. Y que los dos árboles plantados son provisionales. «Por la época en que se ha ejecutado la obra, se estimó que lo más adecuado, para garantizar la pervivencia de las plantaciones proyectadas, era retrasar su ejecución hasta el otoño-invierno próximo», dice.

Por otro lado, la empresa mantiene que el desbroce se ha realizado de forma adecuada. «Ello no ha impedido un rebrote posterior de vivaces, favorecido por la remoción del terreno, falta de temperaturas excesivamente altas y la existencia de alguna tormenta puntual en lo que llevamos transcurrido de verano». Añade que hoy, viernes, está previsto un nuevo pase de desbroce. Y sobre las fuentes Talher indica que no hay «porque en la propuesta realizada nunca se contempló su instalación».

Por último, la empresa concesionaria avanza que se procederá «próximamente a la retirada de los cascotes aflorados durante la excavación de zapatas para bancos y papeleras» y se echará tierra para acabar con los socavones.

Las quejas

Primitivo Montero vive y regenta un negocio en Montesol. Estuvo muy implicado en la recogida de firmas. Y ahora se siente defraudado. «Metieron la máquina, cortaron un poco de césped y ya está. Ahí no se puede ni andar. La tierra hay que removerla y echarle un poquito de arena. Nos sentimos totalmente engañados. Estamos indignados, es una vergüenza que nos tomen el pelo así. Yo a mi perro no lo meto porque eso está impracticable», lamenta.

La opinión de Eugenio Molano es similar. Vive en la calle Rafael Lucenqui y es dueño de un podenco. «Prefiero seguir llevando a mi perro al área canina que hay en el Residencial Ronda», dice en referencia al recinto habilitado detrás de la nave de 'Sprinter'. «Queremos un recinto óptimo para la salubridad de las personas y de los animales», dice.

«¿Dónde están los 24.500 euros?, se pregunta Mila Rubio, dueña de dos perros. Entró en una ocasión en el parque de Montesol y no ha vuelto. «Es horrible. Está lleno de escombros, sucio y hay alambres. No queremos ningún lujo, sino un sitio donde los perros puedan correr», zanja. Palabra de vecina.

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