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Vehículo averiado ayer a la altura de la Fuente Luminosa, en el centro de Cáceres. :: armando méndez
Temporada alta para las averías

Temporada alta para las averías

Los vehículos sin un correcto mantenimiento pueden padecer riesgo de incendio

J. CEPEDA

Miércoles, 11 de julio 2018, 08:38

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CÁCERES. Si los incendios forestales se previenen en invierno y se sofocan en verano, equivalente a esta misma realidad está el sector del automóvil. Lejos de las espectaculares explosiones 'made in Hollywood' y a pesar de que la industria de la automoción ha registrado grandes avances en el campo de la microtecnología, ningún vehículo del mercado, por nuevo que sea, se libra del potencial riesgo de salir ardiendo a causa de alguna avería perfectamente evitable. Una postal que se hace más habitual en los meses estivales en los arcenes de las carreteras, precisamente con las altas temperaturas como coadyuvantes y debido también al aumento del número de vehículos que salen a las vías. Sirva como ejemplo el último incendio registrado este pasado lunes en la calle Tolerancia de la capital cacereña. Este es el más reciente episodio de una lista que en la ciudad dejó al menos otros dos siniestros de similares en abril y mayo.

Con 48 años de ejercicio en el campo del mantenimiento y arreglo de vehículos, desde el taller Mamerol, en la calle Argentina, tiran de experiencia para responder una simple pregunta: ¿Por qué arden los coches? «Lo que está claro es que en la inmensa mayoría de los casos es debido a la falta de mantenimiento. Antes de la campaña de verano es cuando habría que llevar a cabo la revisión de los vehículos. El calor es un factor más, pero con un buen mantenimiento no habría ningún tipo de problema». A juicio de Manuel Merino, jefe del taller, la roturas de las gomas del combustible es el principal y más común desencadeante para que los coches salgan ardiendo: «Si esto ocurre, el combustible va al alternador o al motor de arranque, por lo que es fácil que el coche pueda salir ardiendo. Es algo a lo que hay que prestar mucha atención, sobre todo en determinados modelos como los Seat, que son los que más sufren este tipo de problemas con el desgaste de las gomas». Según destaca, también hay que estar ojo avizor con el filtro de aceite para mantenerlo en óptimas condiciones, ya que una rotura del tubo compresor también podría originar un incendio. Otro de los puntos a tener en cuenta es el refrigerante, encargado de mantener la temperatura del motor entre los 85 y los 95 grados centígrados, evitando así sobrecalentamientos. Al margen de los aspectos meramente mecánicos, «cualquier fallo eléctrico también puede desembocar en un incendio si se da una reacción en cadena», desgrana el profesional.

Aseguradoras

«La rotura de las gomas de combustible es el más común desencadenante para que los coches ardan»

La de los incendios también es una temática tenida muy en cuenta por las aseguradoras. De hecho, es habitual que las cláusulas básicas a terceros vayan también acompañadas de coberturas extras que cubren el robo, la rotura de lunas y el incendio en un mismo paquete adicional. Así lo reconoce Jorge González, agente de seguros de Axa en Cáceres. No obstante, desde esta entidad aseguradora se hace hincapié en que los incendios en los vehículos es una incidencia que apenas registra apertura de expedientes: «Nosotros en cinco años tan solo hemos tenido dos casos». Para evitar tales imprevistos, el profesional del sector aconseja realizar revisiones periódicas, en muchas ocasiones facilitadas por las propias compañías como forma de invesión. «Nosotros solemos realizar campañas de sensibilización y a veces incluso regalamos revisiones de algunos de los puntos más importantes de los coches». Al fin y al cabo, defiende González, «se trata de una inversión».

Existen síntomas que alertan a los conductores del riesgo de incendio en sus vehículos: «Además del humo que se hace visible desde el capó, las personas que estén dentro del habitáculo notarán un olor a quemado porque se cuela por la canalización del aire acondicionado y la calefacción», explica Merino.

Para hacer frente a una situaciónde estas características sin poner en riesgo la integridad de las personas, los manuales de buenas prácticas aconsejan echarse a un lado de la carretera y apagar el contacto. Del mismo modo, se recomienda llevar debajo del asiento un pequeño extintor y apuntar directamente a las llamas a una distancia de 40 centímetros, con posterior llamada a los Servicios de Emergencias 112. La utilización de una manta ignífuga que favorece la reducción del oxígeno también puede ser un remedio eficaz para sofocar el conato de incendio en primera instancia.

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