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Las condiciones para acceder a las tarjetas para aparcamientos con moviliad reducida se han endurecido con la nueva normativa. :: jorge rey
La tarjeta única para aparcar obliga a revisar los 450 permisos concedidos en Cáceres

La tarjeta única para aparcar obliga a revisar los 450 permisos concedidos en Cáceres

La normativa regional, ya en marcha, revisará cada cinco años las autorizaciones y retirará las de personas fallecidas

Cristina Núñez

Cáceres

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Lunes, 18 de febrero 2019, 07:32

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Marco Marina padece, casi a diario, la dificultad de aparcar su coche. Es padre de ocho hijos, una de ellas de cinco años y con retraso psicomotor, por lo cual cuenta con una tarjeta para aparcar en los espacios reservados para personas con movilidad reducida. «En nuestra zona hay poquísimas plazas, vivimos en Gil Cordero y las que hay no cubren las necesidades, estamos siempre dando vueltas y a la pelea con el resto de la gente, a veces nos ponemos en carga y descarga y nos han denunciado, nosotros necesitaríamos en García Plata de Osma algunas plazas más».

Marina cree que, más allá del uso privativo de algunas tarjetas, legal, también hay un mal uso por parte de algunas personas. «Sabemos que hay familias que usan el permiso de personas que han fallecido», destaca este padre. «Somos 10 en la familia y nos resulta muy complicado el día a día».

Julián Álvarez, gerente de Cocemfe en Cáceres, confirma que la situación se complica para las personas con discapacidad al volante. «Ha habido demasiada apertura a la hora de conceder las tarjetas y muchos aparcamientos no cumplen con la normativa para bajar y subir usuarios», indica Álvarez, que asegura que «hay muchas quejas en el Ayuntamiento».

«En nuestra zona hay muy pocas plazas, no cubren las necesidades que tenemos»

Marco Marin, Usuario de tarjeta

«La nueva normativa da un tirón de orejas a las personas que utilizan mal las tarjetas»

Juan Carlos Caso, Solicitante de tarjeta

Actualmente en Cáceres rige la Ordenanza Reguladora de Accesibilidad Universal, de febrero de 2013, pero la situación cambiará en breve, ya que ya está en marcha la normativa autonómica que será que sea la Junta de Extremadura la encargada de regular estas tarjetas, de las que actualmente hay 450 activas. Desde el IMAS, se han tramitado un total de una 30 plazas de aparcamiento en los últimos dos años para personas con movilidad reducida, de las cuales 4 son carácter privativo. Los espacios habilitados para aparcar eran 544 a diciembre de 2018.

Cambio

El principal cambio respecto a la actual forma de organizar las plazas de aparcamiento para personas con discapacidad es que se será más exhaustivo en cuanto a las condiciones. Será necesario un certificado emitido por el equipo de valoración del Centro de Atención a la Discapacidad de Extremadura (CADEX).

Una de las novedades del decreto es que establece que las tarjetas de estacionamiento se concederán por períodos de cinco años renovables. Actualmente no se fija ningún límite temporal.

Según describe el Ayuntamiento la tarjeta concedida permite a su titular estacionar en lugares reservados, pero no en lugar prohibido. También permite el acceso de los vehículos autorizados a zonas peatonales y recintos artísticos y monumentales, cuando el destino del pasajero se encuentre dentro del mismo, no así al estacionamiento si este no se encuentra debidamente señalizado.

La nueva normativa indica que tarjeta deberá ser devuelta en caso de fallecimiento del titular, revocación por pérdida de las condiciones que motivaron su concesión o caducidad. En el primer trimestre de cada año se realizará una revisión de las que hayan caducado a lo largo del ejercicio anterior para detectar posibles usos fraudulentos o errores en la renovación.

Caducidad

La ordenanza municipal no hace precisiones sobre la duración de las tarjetas. La única acotación sobre caducidad es la que indica que «el Ayuntamiento podrá, en todo caso, suprimir las reservas, trasladarla o reducirlas en espacio o tiempo si no se vieran utilizadas o resultaran contrarias al buen desenvolvimiento del tráfico urbano».

Juan Carlos Caso es una de las personas que ha solicitado esta tarjeta para aparcar. Su discapacidad es visual, pero considera que ésta también reduce considerablemente su movilidad, por lo cual defiende que tiene derecho a una tarjeta para el vehículo familiar, que conduce su mujer. «Me la han denegado, pero he estado en el IMAS y estuve hablando con la persona que lleva los trámites.

La ordenanza es de 2013, pero en 2014 ha surgido una ley nacional, y la ley autonómica es también de 2014 pero hasta este verano no se ha desarrollado y se adapta a la nacional». Según esta última legislación las personas con un 10% de visión tienen derecho a esa tarjeta. «La movilidad reducida ya no es una cosa motriz, sino que afecta a otras discapacidades sensoriales», indica Caso.

El problema, explica, es que para adaptarse a la nueva normativa, son el SEPAD y el CADEX los que expiden el certificado de discapacidad. «Yo tengo un 78% declarado, aunque mi situación visual ha empeorado, pero en el certificado hay una pregunta específica sobre movilidad reducida». Las personas ciegas pueden moverse sin problemas, pueden caminar bien, pero es más sencillo que se desorienten o que tropiecen más.

«La ordenanza no lo registra así». A pesar de haber sido denegado este permiso, una situación que nunca se había dado, Caso no ha interpuesto ninguna reclamación porque ha percibido un intento de solucionar su situación. Ha aportado documentación para que pueda resolverse de forma positiva este trámite.

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