Borrar

Super George

PLAZA MAYOR ·

TROY NAHUMKO

Martes, 23 de abril 2019, 07:53

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Es el primer superhéroe transnacional. Una superestrella internacional como en aquellas sagas interminables de superhéroes que corroboran nuestra convicción o quizás ingenua esperanza de que el bien siempre triunfa sobre el mal. Es nuestro Batman y Superman de hoy en día, pero también nuestro clásico Jasón y Perseo. De Palestina a Lituania y de cristianos a musulmanes pasando por los no creyentes, él es a quien la gente de todo el mundo recurre cuando están necesitados. Al comienzo de su leyenda, era un turco que fue martirizado por negarse a renunciar a su fe y luego se sometió a una actualización 2.0 para convertirse en un caballero que mató a un dragón en Libia y que ahora quema a otra bestia verde en la ribera 'buena' del Mediterráneo aquí en la plaza mayor. Todos tenemos nuestros propios dragones y todos en algún momento deseamos la ayuda de nuestro particular matadragones. Hace seis años, mi héroe personal tomó la forma de una matrona aquí en el hospital público cuando fue más allá del deber y se aseguró de que tanto mi esposa como mi hija recién nacida pasaran sanas y salvas ese día. Desde entonces, me he vuelto más y más convencido de que la imagen tradicionalmente aceptada del dragón, el enemigo de otra parte, no es realmente en sí. Nuestros dragones no son los 'otros' de quienes se predica que han venido a destruir todo lo que apreciamos, de hecho son potencias de aquí. Fuerzas del interior de nuestra sociedad que trabajan para desmantelar desde dentro mientras culpan a los dragones expiatorios por la destrucción que dejan a su paso. Instituciones como el excelente sistema de salud español no están bajo el ataque de potencias extranjeras, sino de aquellos que solo ven ganancias en un sistema para quienes pueden pagarlo. Los británicos, que también celebran a San Jorge hoy, cayeron en la misma trampa y votaron ciegamente por 'brexit' y ese mismo peligro también es posible aquí. El héroe de hoy no es un caballero que lucha contra invasores ficticios, sino los médicos, enfermeras y maestros que continúan realizando sus pequeños milagros día a día, a pesar del menosprecio y mala gestión de las autoridades, para preservar las hazañas que han hecho de este país un excelente lugar para vivir.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios