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Ya ha arrancado en Cáceres la representación de las últimas horas de vida de Jesucristo JORGE REY
Semana Santa

La Pasión Viviente cacereña vuelve a enganchar

Representación recuperada ·

La parte antigua se transforma en el Jerusalén de hace 2.000 años y se llena de público para seguir un espectáculo de más de dos horas

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Jueves, 7 de abril 2022

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Tras dos años de ausencia por la pandemia, la Pasión Viviente regresó este jueves a las calles del casco viejo cacereño y volvió a enganchar al público. A las ocho y media de la tarde un vasto número de soldados romanos, interpretados por integrantes de la Asociación Cultural Emerita Antiqua y la Asociación Ara Concordiae de Mérida, anunciaba desde la Plaza Mayor el inicio del espectáculo.

Después de la irrupción de las tropas, los ojos del público se dirigieron hasta la Torre de Bujaco. Desde aquí, un centurión alertó a los asistentes de la presencia de un alborotador, «al que llaman el galileo». Vigilemos, dijo, «para que no haya una revuelta».

Arrancaron así dos horas y media de representación que discurrieron en el interior del recinto amurallado que, para la ocasión, se transformó en el Jerusalén de hace 2.000 años. Sus adarves y plazas acogieron los principales capítulos de las últimas horas de vida de Jesucristo.

En esta ocasión el encargado de dar vida al protagonista ha sido el actor cacereño Santi Senso, que vestía al inicio de la representación una túnica de color marfil de la que se despojó a medida que avanzó la recreación para dejar a la vista su torso fustigado por los latigazos ficticios de la escena de la flagelación, representada en la Plaza de San Jorge. Su gran parecido a la iconografía más clásica de Jesucristo, con la corona de espinas incluida, sorprendió a los asistentes. El actor se entregó al papel. Lloró, gimió, gritó, se cayó y se levantó en multitud de ocasiones.

La batuta del espectáculo la ha llevado el dramaturgo venezolano Marcos Yépez, que ha impreso a la Pasión su propio sello. Y ha decidido que el espectáculo no termine con la crucifixión, como había ocurrido hasta ahora, sino con la resurrección.

Hasta la Plaza Mayor, para ver el inicio de la representación, se desplazó la pareja formada por Patricia Rodríguez y Carlos Criado, cámara fotográfica en mano. No habían podido disfrutar de las dos ediciones precedentes y se disponían a ver la recreación por primera vez. Desde Mérida viajó Cati Segura, integrante de la asociación Ara Concordiae. Participa como figurante en la Pasión cacereña. «Está muy conseguida y va progresando. Cada año es mejor», comentaba caracterizada como mujer del pueblo hebreo.

La Pasión Viviente se estrenó en 2018 con una gran respuesta de público, un éxito que revalidó en 2019. La pandemia interrumpió su continuidad. Hasta el retorno de la tercera edición, representada este jueves. Este año la organización de la cita ha echado de menos a dos de sus máximos impulsores, César y Jacinto García, fallecidos ambos en 2021.

La recreación está promovida por la asociación homónima y cuenta con un presupuesto de 10.000 euros, que financian el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica y las fundaciones Valhondo, Tatiana Pérez y Mercedes Calles-Carlos Ballestero.

Si por algo se caracteriza la Pasión Viviente es por la gran implicación de la ciudadanía cacereña. Miembros de diferentes colectivos están volcados con la escenificación. En total, la representación reúne a 200 personas. Dentro del reparto de esta edición destacan nombres propios como los de Laura Reyes (en el papel de la muerte), Jesús Seller (ha dado vida al apóstol Pedro), Víctor Teomiro (apóstol Juan), Juanfran Solís (Judas), Joseba Núñez (Pilatos), Teyo Rodríguez (Caifás), Diego Real (Herodes), Puri Grande (narradora), Esperanza Díaz (Virgen María), Jorge García (José de Arimatea) y como los de Leonor Iglesia, Carmen Muro e Isabel Romero, que representaron a varias mujeres de Jerusalén. También participó el Orfeón Cacereño y el tenor Carlos Martos.

Alrededor de las 22.00 horas, Senso recorría los adarves con la cruz a cuestas camino de la Plaza de San Mateo, el lugar elegido para la crucifixión.

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