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Parte de los 117 hombres y mujeres que están siendo juzgados en Cáceres. HOY
Cuando no sabes que eres millonario

Cuando no sabes que eres millonario

Se suceden los testimonios sorprendentes en el macrojucio por blanqueo iniciado en octubre

Sergio Lorenzo

Cáceres

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Lunes, 4 de diciembre 2017, 00:22

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«No sabía que mis hijos tenían ese dinero», declaró el pasado miércoles Moisés N. S., uno de los 117 acusados de formar una banda que blanqueaba millones de euros procedentes del tráfico de drogas. Este chatarrero, que vive con su familia en una vivienda de protección oficial, por la que paga una cantidad muy baja al mes en concepto de alquiler, declaró que no sabía que sus hijos menores habían reunido casi dos millones de euros en el banco. La razón, según él: que había estado separado un tiempo, cuando su mujer abrió las cuentas a los niños.

Desde que comenzara el juicio el pasado mes de octubre, las sesiones que se celebran en el salón de actos de la Universidad de Extremadura dejan testimonios de tono surrealista, a veces hilarantes, con los que los acusados intentan convencer al tribunal de que desconocían que eran millonarios o que ponía el dinero a nombre de sus hijos, todos menores de edad, con el simple objetivo de no pagar las posibles multas de tráfico.

La fiscalía sostiene, sin embargo, que los cuatro hijos de Moisés, llegaron a reunir en sus cuentas bancarias 1,8 millones. De este dinero, el Estado ha podido bloquear 410.000.

También la semana pasada se escucharon otras declaraciones sorprendentes. Jesús S. M., de unos 65 años, declaró que él y su mujer reciben 600 euros de ayuda social y que llevan 23 años viviendo en una casa por la que abonan un alquiler mínimo. Sin embargo, se ha podido acreditar que en el año 2009 llegó a tener a su nombre hasta 11 cuentas bancarias y que incluso adquirió un vehículo de alta gama, un Mercedes. Jesús no supo explicar ante la fiscal por qué tenía tantas cuentas abiertas y cuando le preguntaron «cómo era posible que el dinero apareciese y desaparecieses de ellas como el Guadiana», dijo que en los peores años de la crisis económica no se fiaba demasiado de las entidades, y que por eso guardaba el dinero en casa. Reconoció que no sabía qué eran los fondos de inversión, pero llegó a reunir 182.000 euros en estos productos del BBVA.

De hecho, el acusado se quejó de que el Estado le hubiera bloqueado 680.000 euros. «Son mis ahorros y los de mi mujer, de trabajar mucho», aseguró. Su esposa, Carmen N.M., también acusada, añadió que el dinero procede de trabajar «en la chatarra y en la fruta».

Carmen recibió un ingreso de 70.000 euros de su nieta, que entonces tenía tres años de edad

Carmen, además, tenía una cuenta corriente conjunta con el hermano de su marido, razón que no aclaró ante la fiscal, y además recibió un ingreso de 70.000 euros procedentes de su nieta, que entonces contaba con tres años.

Hay que recordar que se trata del juicio por blanqueo de dinero con más encausados que se ha celebrado hasta el momento en España. El primer día, el 13 de octubre, se sentaron en el banquillo figurado, es decir, en las butacas del salón de actos que se encuentra junto a la Facultad de Empresas, Finanzas y Turismo de Cáceres, los 117 acusados. Luego, en las sucesivas jornadas, solo es necesario que acudan las personas que están citadas a declarar. Tres o cuatro habitualmente, con sus respectivos abogados.

El juicio está poniendo de relieve la facilidad con la que todos ellos movían el dinero de una cuenta corriente a otra, sin que las entidades advirtieran al parecer de ello. También llama la atención que muchos de los investigados cobraban prestaciones sociales o ayudas municipales, pese a que en realidad poseían a través de testaferros cifras millonarias. Como se ha escuchado en la sala, algunos no han hecho nunca la declaración de la renta y viven en pisos de protección oficial.

De las sesiones celebradas hasta ahora se comprueba la existencia de esos testaferros, pues han reconocido que el dinero que figura a su nombre en las cuentas no era suyo, nunca lo utilizaron y a cambio recibían otros pagos menores.

También se apunta a Ángel S. V., más conocido entre los acusados por su apodo de El Johnny, como uno de los cabecillas de esta trama de blanqueo.

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