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Mienbros del club '8 Ruedas' en la Plaza Mayor durante una de sus salidas nocturnas :: LORENZO CORDERO

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Mienbros del club '8 Ruedas' en la Plaza Mayor durante una de sus salidas nocturnas :: LORENZO CORDERO

De ruta por la ciudad sobre 8 ruedas

Un club deportivo cacereño fomenta la práctica del patinaje a todas las edades

Cristina Núñez

Cáceres

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Domingo, 3 de febrero 2019, 10:07

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El estrés de todo el día desaparece sobre ocho ruedas y la ciudad se convierte en una enorme pista donde coger velocidad e incluso permitirse alguna pirueta. Cáceres se percibe de otra forma sobre patines, con el viento soplando en la cara y una enorme sensación de libertad. Así lo ven los aficionados a este deporte, que juntos hacen rutas urbanas dos días en semana. Después de los 'runners', que ya son legión en todas partes, el patinaje ha creado una nueva forma de ejercitarse en la ciudad. Los 'rollers' van ganando terreno.

Es martes y a las ocho de la tarde de un día frío parece que lo único que apetece es refugiarse en casa y plegar velas para el siguiente día pero un grupo de valientes, sin miedo a nada y pertrechado de buenos chubasqueros, se dispone a batir el cemento de la ciudad. Pedro Palomino se unió a esa actividad el año pasado, con 52 años. «Les veía patinando y me apetecía, es un ejercicio muy aeróbico, se hace deporte y hacemos unos 11 kilómetros en cada quedada», explica pocos minutos antes de empezar la ruta, en la que participarán alrededor de 15 personas. Cascos, coderas y rodilleras les protegen. Nada de improvisaciones, su indumentaria no puede ser más profesional.

Luis Miguel Ávila García capitanea el Club 8 Ruedas y la asociación CC Ruedas, dos entidades paralelas que reúnen a los aficionados a esta práctica. Constituidos desde 2012, llevan desde 2014 en el pabellón Serrano Macayo, en donde antes de salir a las calles hacen un entrenamiento de una hora. Los que se inician en este deporte pasan por esta fase antes de salir a la calle. «Ha habido altibajos y cambios, pero hay mucha gente que se mantiene desde 2012». Actualmente son 40 socios y unos 420 usuarios anuales. «Hay todo tipo de dades, empezamos como una actividad infantil, pero los padres traían a los niños y también querían aprender, así se fue creando la bola, a día de hoy no está a la par pero está muy cerca el porcentaje de adultos y de niños», estima.

No es fácil encontrar actividades en las diferentes generaciones se mezclen, pero el patinaje lo permite, aunque las rutas, las salidas, son secundadas principalmente por mayores, sobre todo por la hora. A veces quedan también los domingos. «Puede patinar todo el mundo, se necesita ilusión y ganas, nada más». Ni cuerpos atléticos ni gran forma física ni tener 20 años y la energía a tope son exigencias para ponerse a patinar, una actividad muy propia de la infancia, cuando los Reyes Magos suelen traer el primer par de patines a los niños, que pronto quedan arrinconados. «El patinaje es un reto porque es una actividad que o la aprendías de chico muy chico o luego no eras capaz de ponerla en práctica, primero porque no tenías con quien practicarla y segundo porque parece más difícil de lo que realmente es».

LORENZO CORDERO
Imagen principal - De ruta por la ciudad sobre 8 ruedas
Imagen secundaria 1 - De ruta por la ciudad sobre 8 ruedas
Imagen secundaria 2 - De ruta por la ciudad sobre 8 ruedas

Este entrenador señala que hay mucha gente que le dice que el patinaje tiene mucho de terapéutico. «Mientras se patina, no se piensa en otra cosa». Patinar en grupo también le añade un toque de magia a la actividad. «Es mucho más divertido y hace que lo afrontes con mucha más motivación, de aquí han surgido muchas amistades». ¿Es Cáceres una ciudad patinable? Luis Miguel cree que no. «La orografía no lo permite, hay muchas cuestas, la pavimentación no es la mejor, por eso procuramos tener mucho respeto para generar buenos comentarios, porque convivimos con el resto de los usuarios, y cuando vamos por las aceras somos peatones y nos tenemos que comportar como tal». En barrios periféricos donde hay poco tráfico y vías de doble carril se permiten ir por el centro de la calzada, no así por el centro. Y más allá del hobbie y de las risas este grupo también se propone lanzar una reflexión sobre un transporte sostenible. «Creemos que en el momento en que la ciudad cuente con más tramos de carril bici la gente podrá utilizar patines para ir por el centro, de hecho ya hay personas que lo hacen, y van a trabajar en patines cuando hace buen tiempo, al final eres tú con unas ruedas y puedes ir a cualquier sitio, entrar en un ascensor o cualquier sitio en el que no esté restringido el uso de patines».

Sonia Peña tiene 48 años y lleva desde 2014 deslizándose con patines. «No sabía nada de patinaje, empecé por mi hija, yo pensaba que esto era un juego, pero al ver a gente mayor que lo hacía nos empezamos a interesar». Inició un curso intensivo y desde entonces. «Vamos a maratones y hacemos de todo, esto me ha dado una visión diferente del deporte y también de la ciudad». A su lado, María José Rodríguez Castro tcuenta una historia bastante parecida. También lleva cinco años. En su caso, el que la animó fue su marido. Desde fuera, parece que patinar es una actividad mucho más peligrosa que cualquier otra, pero María José Rodríguez asegura que no ha tenido ningún percance de consideración. «Nunca me ha pasado nada, más allá de alguna caída tonta, pero nada grave». Eso sí, ha tenido que responder en muchas ocasiones que por qué a su edad se ha puesto a hacer esto, tal y como cuenta entre risas. Señala que «hay que tener mucha técnica, hacer un aprendizaje y respetar todas las normas». Tanto Sonia como María José también son conscientes de que Cáceres no es la mejor ciudad para practicar su afición, pero ahí siguen, a tope sobre patines.

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