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Universitarios alojados en el colegio mayor San José durante la hora de la comida. armando méndez
Las residencias públicas universitarias pierden 111 plazas en Cáceres por las restricciones de la pandemia

Las residencias públicas universitarias pierden 111 plazas en Cáceres por las restricciones de la pandemia

Los estudiantes anticipan cada vez más la búsqueda de pisos en un año en el que la oferta es menor en la capital por la demanda de las fotovoltaicas

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Lunes, 21 de junio 2021, 07:22

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Se abre la veda para la búsqueda de alojamiento en Cáceres con miras al próximo curso 2021-2022. Por un lado están quienes se estrenan en septiembre en la universidad. Estos estudiantes acaban de conocer la nota de Selectividad (EBAU) y necesitan un piso o residencia en la que instalarse en el caso de no vivir en Cáceres. Y por otro lado están los universitarios veteranos, que han puesto fin a las clases y a los exámenes de junio (queda pendiente la convocatoria de julio, que arranca hoy y se extiende hasta al 9 de julio) y quieren dejar la cuestiones logísticas resueltas antes de su regreso al pueblo para pasar las vacaciones de verano.

La realidad es que el coronavirus también se ha dejado notar en la oferta de plazas disponibles para estudiantes universitarios en las residencias públicas que la Junta de Extremadura tiene en Cáceres. La administración mantiene para el próximo curso las restricciones implantadas el año pasado para garantizar las medidas de seguridad en estos recintos y evitar la propagación de contagios.

La principal actuación consistió en transformar las habitaciones dobles en cuartos individuales, lo que se ha traducido en una merma de plazas del 38 por ciento en la ciudad. Entre la residencia Diego Muñoz Torrero y la Mario Roso de Luna suman para el próximo curso 179 camas, frente a las 290 de las que disponían para el curso 2019/2020 (el último antes de la irrupción de la pandemia). Cáceres ha perdido, por tanto, 111 plazas en estas dependencias públicas, donde el plazo para presentar solicitudes se abrió el 15 de junio y finaliza el día 28. El trámite debe hacerse por vía telemática, a través del portal Educarex.

«La situación sanitaria provocada por la covid ha obligado a adoptar una serie de medidas en las residencias para prevenir y contener sus efectos», justifica el consejero de Economía, Rafael España, en la orden publica en el Diario Oficial de Extremadura que regula la convocatoria de estas plazas. «Las medidas –prosigue– se han traducido en la oferta de plazas en habitaciones individuales y en la creación de espacios donde atender en las mejores condiciones las situaciones de cuarentena o aislamiento sucedidas».

«Antes de irse, los estudiantes dejan ya resuelto el tema para asegurarse un piso mejor»

 

La residencia Muñoz Torrero, situada frente al complejo cultural San Francisco, ofertaba antes de la pandemia 170 plazas en habitaciones dobles; ahora dispone de 95 en cuartos individuales. La mayoría están dirigidas a alumnado universitario (87). El resto son para estudiantes de ciclos formativos de FP y para beneficiarios de programas concertados con la Universidad.

Mientras tanto, la residencia Roso de Luna, ubicada tras el edificio de Empresariales, ha pasado de tener un total de 120 plazas distribuidas en apartamentos de 12 personas (en habitaciones dobles) a disponer para el próximo curso de 84 plazas repartidas en apartamentos de siete personas en habitaciones individuales. El precio en ambas residencias es de 401 euros mensuales. El nivel económico y el rendimiento académico son los factores que puntúan a la hora de lograr plazas.

«Este año los universitarios han empezado a buscar en abril; los mejores pisos vuelan»

 

La ciudad cuenta con una tercera opción para aquellos que no quieran quedarse en un piso. Se trata del colegio mayor universitario San José, dependiente de la Fundación Caja Extremadura. Aunque ya es tarde para conseguir un hueco porque, según explica su director, Fernando Alcázar, el número de preinscripciones recibidas casi duplica la oferta disponible. «Estamos al cien por cien».

El centro cuenta con un total de 102 plazas en habitaciones individuales. 64 antiguos alumnos han solicitado renovar su matrícula para el próximo curso. Así las cosas, el centro dispone de 34 huecos para alumnos de nuevo ingreso. Y hay 70 que quieren entrar. «Ya estamos haciendo entrevistas de selección», ilustra el director. El expediente es fundamental a la hora de lograr plaza. En este caso, la tarifa de la habitación individual es de 650 euros mensuales.

«En el colegio mayor ya estamos al cien por cien para el próximo curso»

 

La oferta de la ciudad se incrementará cuando la Diputación reabra al público el antiguo colegio mayor Francisco de Sande, que cuenta con 70 habitaciones. Su puesta en marcha estaba prevista, inicialmente, para el próximo curso, pero los trámites no han llegado a tiempo.

No obstante, la opción más extendida entre los universitarios es la de buscar un piso de alquiler compartido en el que la habitación salga a 150 euros mensuales. Este año, según indican los agentes inmobiliarios, la oferta es menor, ya que una parte de las viviendas han sido alquiladas por trabajadores de las plantas foto voltaicas que se levantan próximas a Cáceres (en Malpartida y Casar) y el perfil de los pisos que buscan es similar.

«Los estudiantes antes de irse dejan ya resuelto el tema. Cada vez lo hacen antes para asegurarse un mejor piso. Son los nuevos universitarios, que vienen más tarde, los que tienen más dificultadas porque no hay tantas viviendas libres. Durante el invierno se han ocupado muchas por los trabajadores de las termosolares», señala la agente Manuela Pérez.

Coincide con su colega de profesión, Tomás Pintor, quien indica que los estudiantes comienzan en abril a buscar vivienda para el curso siguiente. «Los mejores pisos vuelan», ilustra. Los universitarios demandan cada vez mejores condiciones y quieren viviendas con calefacción. Las zonas más demandadas siguen siendo la avenida de Antonio Hurtado y Gil Cordero por los servicios que prestan y su proximidad a la parada de autobús.

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