Una residencia, ocio y más seguridad, principales demandas de los mayores

Según el regidor, la Junta de Extremadura no se plantea una nueva dotación en Cáceres al ser la ciudad extremeña -adujo- con más plazas públicas entre las dos residencias de gestión pública que existen. Sin embargo, sí se comprometió a «insistirle» a la administración regional para que reabra la segunda planta, en la actualidad cerrada, de la residencia Cervantes.

Fueron varios los representantes de asociaciones y hogares que ocuparon un escaño en el salón de plenos y tomaron la palabra para trasladarle al primer edil sus demandas y propuestas. Entre ellas, destacó la petición de sedes sociales por parte de algunas asociaciones, como la de San Marquino, Aldea Moret, el Parque del Príncipe o el Hogar de Docentes Jubilados.

Salaya, que presidió el pleno en tono conciliador y con voluntad de diálogo y de aportar soluciones a esta generación, fue contestando una por una las sugerencias planteadas. Sobre la ampliación o ejecución de nuevas sedes, apeló a optimizar los espacios y recursos actuales y recordó la intención municipal de reformar el edificio de la Dehesa de los Caballos para adecuarlo como centro «intergeneracional» al que se le den diversos usos. «No podemos construir una sede para cada asociación pero sí estamos dispuestos a sentarnos a valorar cómo se están utilizando», les explicó.

Al margen de infraestructuras y dotaciones que requieren de un proyecto y presupuesto elevado, los mayores dejaron constancia de otras necesidades de solución más asequible y realista. En San Marquino se quejaron de la altura del acerado en la calle Sol. El Hogar de Docentes Jubilados aplaudió la renovación de Virgen de Guadalupe, pero echó en falta papeleras, bancos y flores en la mediana. Los mayores de Valdesalor reclamaron que se sustituya el tejado de su sede. Los olores de los contenedores, excrementos caninos y la superpoblación de palomas tuvieron su momento de exposición y debate, así como la escasa iluminación de las farolas en algunos barrios o la falta de bancos en la avenida de la Hispanidad.

Igualmente se demandó una tarjeta especial de mayores con la que acceder gratuitamente a eventos culturales o monumentos de la ciudad. El alcalde planteó en este sentido la 'Cáceres card', un proyecto en fase de estudio para que todos los cacereños puedan entrar con descuento a los espacios turísticos. En este bloque de ocio, Salaya vio viable la instalación de un campo de petanca en el Parque del Príncipe, respondiendo a la petición de la asociación de mayores Peña del Cura.

Aldea Moret es siempre un capítulo aparte en la problemática ciudadana, y a una de sus vecinas que se encontraba entre el público, Josefa Durán, no le tembló la voz al denunciar en pie «dejadez» en su barriada. Josefa espetó al alcalde «que se preocupen un poquito más por nuestro barrio, que estamos discriminados» y le demandó, entre otras mejoras, bandas sonoras para frenar la velocidad de los vehículos que circulan por la zona y más presencia policial. Reparó también en los contenedores instalados: «Los viejos que retiran de otras zonas, nos los traen a Aldea Moret», se quejó. El alcalde se afanó en subrayar que se reforzará la seguridad en Aldea Moret, y adquirió el compromiso de recoger todas las propuestas en una moción de pleno. El próximo año los mayores volverán a pedirle cuentas.