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Lourdes Germain muestra en el Museo de Cáceres 'Transvisible'. :: j. r.
«La realidad como tal no existe, todo es pura interpretación»

«La realidad como tal no existe, todo es pura interpretación»

Lourdes Germain Artista ·

La creadora reflexiona en esta muestra sobre la percepción de la realidad y el avance de nuevas formas de relación entre las personas

Cristina Núñez

Cáceres

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Lunes, 21 de enero 2019, 08:06

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A Lourdes Germain se le notan las trazas de inconformista y autoexigente a los pocos segundos de conversación, o incluso antes, cuando con cara de concentración y un folio escrito con notas trata de definir muy bien las cosas, los conceptos. Nada de decir tres cosas a vuela pluma. Germain, nacida en Madrid en 1963 pero residente en Cáceres desde 1992, en donde es profesora de Diseño en la escuela Eulogio Blasco, inauguró el pasado viernes su muestra 'Transvisible', un proyecto beneficiario de las ayudas a artistas visuales de la Junta de Extremadura en 2018.

La muestra, que puede verse hasta el próximo 24 de febrero en el Museo de Cáceres, encierra sus reflexiones sobre la percepción del tiempo y de la realidad y la materialización de lo virtual. Hay una idea que late a lo largo de todas las obras y es «el cambio de paradigma del concepto de lo real con la irrupción de todo lo virtual», explica la artista. Se refiere a «toda la gente que está viviendo una segunda vida a través de avatares, gente que está enferma en su casa y que no sale, pero que poder llevar una vida paralela les ha ayudado a sobrevivir, con una sensación de bienestar que puede llegar a equipararse a la de la realidad normal». Hay personas, explica, que llevan una antena, un implante en la cabeza para vivir de forma amplificada la realidad. En esta reflexión también incluye «cómo las redes sociales llenan vacíos». Y además de ello aborda cómo todo ello está ligado al tiempo. «Nosotros nos estamos moviendo constantemente, nos empeñamos en capturar la realidad, pero eso es ficticio, el tiempo real sería la única representación auténtica».

Que la percepción es algo impredecible lo ha experimentado Lourdes Germain en sus clases, en donde exponiendo al alumnado a la misma visión, y pidiéndoles que luego lo dibujaran, se ha dado cuenta de que cada persona dibuja algo diferente. «Todo es pura interpretación, no existe la realidad como tal».

Lourdes Germain trabaja con nuevas tecnologías, dibujo y fotografía. En esta serie, detalla el comisario de la muestra, Miguel F. Campón, «diferentes dibujos generados analógicamente sobre papel son sometidos, a través de códigos informáticos a procesos de desmaterialización que alteran su sintaxis preexistente». Cuenta con una parte de animación y otra física. «Hay dibujos a mano donde la clave es la intuición, después los dibujos se animan y pasamos a la digitalización, y ya estamos en lo virtual, se hacen capturas de pantalla y eso se vuelve a materializar». Los dibujos iniciales, apunta Lourdes Germain, son capaces de captar tanto estados de ánimo como recuerdos del pasado, de lo vivido. «Cosas que tú has manipulado mucho de pequeño».

Muy familiarizada con materiales del diseño gráfico la muestra contiene también diversos soportes.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense ha recibido varios galardones en certámenes como Obra Abierta en 2018, el Primer Premio VII Bienal Iberoamericana de Obra Gráfica (2017) y el Premio Adquisición en el XVIII Certamen de Artes Plásticas El Brocense en 2015. Ha expuesto en la sala de arte El Brocense, en el Museo Vostell, el centro Hispanoamericano de La Habana o el Instituto Cervantes de Lisboa, entre otros. La percepción y el tiempo son dos de los temas habituales que explora Lourdes, además del «cuestionamiento de la realidad y hacia donde vamos». En todo caso, precisa, su objetivo nunca es científico.

La obra de Lourdes Germain posee, además de su poso filosófico, una enorme belleza formal. «Quedarme solo en la estética me parece un poco vacío, aunque los componentes estéticos entran en juego inevitablemente y los tengo en cuenta».

La autora lleva el mestizaje impreso en su cartografía personal. Es hija de un cubano y una canadiense que la criaron con esos valores de los que no se consideran de un solo sitio y se adaptan rápido a nuevas geografías.

Como artista se considera constante y nunca se quita de la cabeza sus proyectos. «No trabajo a plazos, siempre tengo cosas entre manos, si no, no evolucionaría, siempre estoy pensando, relacionando y aprendiendo, nosotros no tenemos horario, y estás deseando tener tiempo libre para poder dedicarte a ello más tiempo, yo no concibo un fin de semana libre como tal».

Una vez puesta la exposición, Lourdes la deja vivir y respirar. «Voy a hacer algunas fotos, pero no estoy todo el día allí». Libertad para unas obras a las que ya se enfrentan otros.

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