El polígono de las Capellanías de Cáceres tiene 95 naves cerradas y cinco parcelas sin edificar

Antes de la crisis, hace diez años, la ciudad de Cáceres pensaba en la ampliación de la zona industrial de las Capellanías con otro terreno añadido a continuación, en dirección a Plasencia, porque el Ayuntamiento veía entonces que había fuga de empresas hacia otros polígonos cercanos, como los de Malpartida y Casar. Una década después, la situación es bien diferente: en las Capellanías muchas naves tienen colocado el cartel de se vende o se alquilar, en concreto 95 de las casi 400 que hay, y cinco parcelas siguen estando vacías, es decir sin construir. Se puede decir un cuarto de las naves están cerradas. Por ello, el polígono quiere ahora abrirse a empresas más pequeñas, a las que les basta con una nave de 200 metros cuadrados, la nueva superficie mínima que se exigirá, en vez de los actuales 500 metros, según lo aprobado por el Ayuntamiento.

El Consistorio hizo las primeras gestiones para la ampliación de las Capellanías en el año 2000. Entonces llegó a estimar en 700 el número de empresarios que había en lista de espera como potenciales interesados en instalarse en el polígono. Los terrenos de la zona de ampliación son privados y depende de sus propietarios la puesta en marcha del proyecto, que llegó a contar con plan de viabilidad aprobado por el Ayuntamiento en 2005 y en 2008 se presentó el programa de ejecución. Pero tal ampliación sigue paralizada.

De momento, lo que desea la asociación de empresarios del polígono, Apilca, es la entrada en vigor de la medida que solicitó hace un año Ayuntamiento y que acaba de ser aprobada, precisamente en el último pleno municipal, el celebrado el pasado día 18 d enero: la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, PGM, por la que se reduce la superficie mínima para la implantación de una actividad industrial, superficie útil que pasará de 500 a 200 metros cuadrados. La modificación urbanística deberá pasar por todas las tramitaciones pendiente para que pueda entrar en vigor en los próximos meses, pero ya es motivo de satisfacción entre los responsables de Apilca, como fórmula que puede ayudar a dinamizar el polígono.

«La medida es útil porque hay que favorecer a las empresas pequeñas que no necesitan naves grande. Si se arreglan con 200 o 300 metros, hay que hacerlo posible», afirma el presidente de Apilca, Emilio Díaz Valares, quien añade: «se trata de abrir las puertas del polígono para que entren más empresas». En su opinión, «hay que favorecer que cualquiera que tenga un negocio pueda instalarse en las Capellanías y que se ocupen más naves». Emilio Díaz lleva 22 años en el polígono, con su empresa, Incopac, dedicada a aislamientos e impermeabilizaciones. Tiene ocho trabajadores y ocupa una nave de 670 metros cuadrados.

Por su parte, Francisco González, gerente de la asociación, señala que la realidad económica actual hace necesario abrir las puertas a las empresas más pequeñas para ocupar los espacios actualmente vacíos, tanto las parcelas sin construir como las que cuentan con naves ahora desocupadas y en venta o en alquiler. De las cerca de 400 naves que hay levantadas, 95 están cerradas actualmente, es decir una cuarta parte del total, según los datos ofrecidos por el gerente de Apilca a este periódico. González señala que las Capellanías cuenta con 280 empresas y alrededor de 3.000 trabajadores. Los tamaños de las parcelas varían, en función de las dimensiones de las empresas, pero no pueden ser de menos de 500 metros. Las cinco parcelas sin construir también son de dimensiones diferentes. En la calle Molinero, al final, hay una de 9.019 metros cuadrados; en la calle Herrero, una de 6. 600 metros; en Poceros, una de 3.228 metros; en Hojalateros, una de 1.620 metros, y Esquiladores, otra de 1.318 metros. Además sigue sin uso la parcela municipal de Esquiladores.

Ahora se trata de abrirse a los más pequeños y por ello la propia asociación hizo esta petición de rebaja de la parcela mínima al Ayuntamiento hace un año: «con la crisis económica se vio que hay demanda de empresas para pequeñas superficies, por ejemplo de un autónomo que se conforma con una pequeña nave de 200 metros y no era posible».

Con esta modificación se podrán hacer naves nuevas de 200 metros y también dividir las ahora cerradas.

Preguntado por la ampliación pendiente, afirma que la llegada de la crisis la tiene paralizada. A las 72 hectáreas de las Capellanías se preveía sumar otras 42 más con tal ampliación, hacia el norte de la travesía de la N-630, más allá de Montebola, hasta la glorieta de Santo Toribio.

Hay opiniones que señalan que la modificación llega tarde: «es positiva, pero a buenas horas mangas verdes», dice Juan Manuel Gallego, empresario del polígono dedicado al alquiler de naves e inmuebles comerciales. El último alquiler que gestionó su empresa fue hace varios años ya: 1.500 euros mensuales por una nave de 1.200 metros cuadrados en una parcela de 2.200 metros. En las agencias del sector se ofrecen alquileres de todos los precios, al igual que los tamaños de las naves: 980 euros por una de 520 metros cuadrados: 1.400 por una de 750 metros o 1.000 euros por una de 1.700.

En venta, los precios también oscilan mucho, todo depende de la nave, su ubicación y las dotaciones que contengan. Pueden ser desde 300 a 500 euros por metro cuadrados: 300.000 euros por una nave de 740 metros y 168.000 por otra de 520 metros son algunos ejemplos de las ofertas inmobiliaria del sector.