De Pocoyo al Goya gracias a la animación

Terroso formó parte del departamento de modelado y de iluminación de estos cinco intensos minutos. Su trabajo fue la elaboración completa de la Gran Vía de Madrid. Un verdadero maratón que se realizó en tiempo récord, en solo dos semanas. Lo suyo fue dar forma a una buena parte de esa mítica área de la ciudad, por donde transita todo el mundo. Uno de los elementos que pasaron por sus manos, el taxi, fue uno de los grandes protagonistas de este cortometraje de corte futurista. Se narra una historia con un Madrid asolado por un cataclismo climático, en donde un líquido que hace crecer las plantas se convierte en todo un objeto de deseo. «Toda la estética se parece a la de cine negro en color, pero el trasfondo del corto es netamente ecologista», explica Terroso por teléfono.

Embarcado en el equipo que da vida a la tercera parte de la película Tadeo Jones, considera que su trayectoria le ha ido llevando poco a poco hacia el territorio de la animación. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, con y con estudios en la escuela de cine ECAM, entre otros títulos, ha trabajado en distintos sectores de esta industria. «He sido director de foto y ayudante de cámara toda mi vida, he trabajado de cámara subacuática cuatro años y me especialicé en modelado 3-D en Lightbox Academy». El modelado 3-D tiene varias especialidades y yo estoy especializado en set & props». Este término se refiere a escenografía y accesorios. Fue su periodo formativo en esta escuela de artes digitales la que le permitió formar parte de un equipo que, casi sin pensarlo, se subió a la estela de los premios de cine patrio. Los estudios que ha llevado a cabo Terroso tienen una duración de tres años. «A los seis meses de estar estudiando empecé a trabajar en Zinkia, el estudio de animación que hace Pocoyo», en donde estuvo hasta septiembre de 2019. Estos últimos meses ha trabajado para la serie 'La que se avecina'.

«La escuela tenía la intención de que todos los años se hiciera un proyecto tipo práctica en el que participaran todos los alumnos, el año anterior se hizo uno a modo de promoción para la escuela». Este año se trabajó con la voluntad de hacer que la práctica fuera lo más real posible.

El taxi es uno de los elementos fundamentales en la historia. «Me cayó de casualidad su elaboración, realmente porque otro compañero no lo quiso hacer», explica. Cuando llegaron a la parte de iluminación, en la que también había participado Terroso, se percataron de que el corto no era una simple práctica, que su factura era muy profesional. «Se dieron cuenta de que era una auténtica barbaridad y decidieron presentarlo a festivales, entre ellos los Goya».

La técnica incluye una importante parte manual y una texturización (pintura y coloreado). Posteriormente las imágenes y personajes pasan animación y digitalización.

La preselección se hizo en el mes de octubre y «supuso una sorpresa, no nos lo esperábamos». Dentro ya de la preselección ya sí empezaron a soñar con lograr la estatuilla. El Goya estaba cerca. «Curiosamente ha sido un corto que lo conocía todo el mundo, no ha pasado por muchos festivales, pero lo ha visto mucha gente». Se encuentra en la plataforma Movistar +.

A pesar de que el gran público no siempre puede estar en contacto con la actualidad en cuanto a los cortometrajes de animación Terroso indica que el género «cada vez está más en alza». Cree que es, para mucha gente joven, una forma de iniciarse en este mundo. «Cuando yo empecé a modelar este corto había hecho otro más que también estuvo seleccionado en cientos de festivales».

¿Hay fórmulas para que los cortometrajes lleguen a la pantalla del cine y puedan ser vistos por más personas? «Yo llevo muchos años en la industria y no sé por qué sucede esto, yo creo que tiene que ver con la distribuidora, que no les sacan beneficio, no tengo una respuesta clara pero deben de ir por ahí los tiros». En Madrid sí que ha habido iniciativas en las que se han puesto cortometrajes delante de los largos, pero no es lo habitual en un género grande en su pequeñez.