«Mi pareja y yo nos quedamos en paro y con un bebé de camino; tuvimos que pedir ayuda»
Cáritas, en Cáceres, paga a Marta y su familia parte del alquiler y de la compra; estos usuarios también han tenido que recurrir al comedor social en los momentos más críticos
La pandemia ha causado estragos en la casa de Marta. Vive con su pareja y con su bebé de cuatro meses en un piso ... alquilado situado cerca de San Blas. Llegar a fin de mes, confiesa, sería imposible si no fuera por la ayuda de Cáritas, que les echa una mano para pagar la vivienda y, además, les facilita una tarjeta monedero para poder hacer la compra en el supermercado habitual.
No ha sido fácil, confiesa, llamar a la puerta de esta organización. Antes del confinamiento y de las consecuencias económicas originadas por la covid, Marta llevaba una vida normal. Después de estudiar dos ciclos formativos de Formación Profesional (en Cocina y Educación Infantil) ha trabajado en diferentes empresas, siempre dentro del sector de la hostelería. Igual que su pareja.
Y, de repente, todo saltó por los aires en 2020. «Nos quedamos los dos en el paro y con un bebé de camino», cuenta. «Yo en la vida me he visto en esta situación», admite. Durante un tiempo su pareja cobró un subsidio de 200 euros, un dinero a todas luces insuficiente para soportar una renta de 400 euros mensuales, más las facturas de luz y agua y para llenar una nevera.
Así que llegó el momento de dar el paso. Marta recurrió a la parroquia de Santiago para pedir ayuda. «Al principio te cuesta verte así y dar el paso porque, hasta entonces, nunca has necesitado nada de nadie. Pero te agobias porque ves que no tienes cómo hacer frente a los pagos. No sé cómo habríamos terminado sin la ayuda de Cáritas. Están ayudando a mucha gente que lo necesita», subraya agradecida.
Marta, que también llegó a acudir al comedor social que las Hijas de la Caridad regentan en el casco histórico hasta un par de semanas antes de dar a luz, recibió ayer buenas noticias. Su pareja acaba de encontrar trabajo. También, señala, ha sido gracias a la intermediación de Cáritas.
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