Un nuevo edificio vanguardista de Tuñón completará el Museo Helga de Alvear de Cáceres

Aunque el nuevo edificio, la fase 3 del Museo, albergará solo funciones auxiliares, lleva el sello inconfundible y de vanguardia de Emilio Tuñón, el arquitecto que firmó junto al fallecido Luis Mansilla la remodelación de la Casa Grande y que es el autor del principal espacio expositivo, inaugurado en febrero de este mismo año.

Tal y como puede apreciarse en la recreación proporcionada por el propio arquitecto, un conjunto de columnas blancas muy parecido al que define la 'caja' principal marca también el estilo del nuevo edificio.«Con esto y con el jardín, que se trabajará más adelante, se completaría el campus del Helga de Alvear». Según explica Emilio Tuñón se trata de un edificio muy sencillo. «Son cuatro plantas de almacén con 300 metros cuadrados cada planta, 1.200 metros en total y tres plantas de oficinas de 50 metros cuadrados, son pequeñas».

Estos despachos se van a ubicar en el edificio adquirido en la calle Pizarro, junto a la Casa Grande. Conservará su fachada original, con protección ambiental, la escalera y la cubierta. Detrás, mirando al jardín, para facilitar el acceso de vehículos por el jardín se ubicará la zona de almacenes, de nueva planta. «Son espacios neutros y horizontales, la fachada retoma el sistema de pilares blancos del museo pero se queda más discretamente ubicada uniendo las alineaciones de los edificios de una manera muy natural», describe el arquitecto.

La construcción de esta nueva zona va a propiciar un cambio en la distribución del museo, ya que las oficinas que actualmente se encuentran en la Casa Grande pasarán al nuevo espacio, lo que permitirá ampliar el área de exposiciones temporales, que abarcará dos plantas en total. Será un cambio que acarreará que el museo funcione «con mayor eficiencia», en palabras de Tuñón.

A partir de este mismo momento, ya con la licencia de obras en la mano, podrían iniciarse los trabajos de demolición del interior del edificio anexo a la Casa Grande para ser reconstruido. «Tenemos contratado un proyecto de demolición, que se empezará en dos o tres meses y se extenderá por dos o tres meses también».

Se prevé que en la primavera de 2022 pueda iniciarse la construcción el edificio nuevo, que está previsto que se haga en 18 meses. «En total, todo el proceso puede llevarnos unos 24 meses»., calibra el arquitecto madrileño. El presupuesto de edificación de esta área ronda los dos millones de euros entre todas las actuaciones.

El Ayuntamiento precisó ayer en una nota de prensa que la concesión de esta licencia de obras «ha sido posible una vez que ha entrado en vigor y se ha publicado el estudio de detalle que reordena los volúmenes de toda la manzana y tras celebrarse todas las comisiones pertinentes, la última de ellas la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico Artístico, celebrada a finales de agosto». El concejal de Urbanismo, José Ramón Bello, celebraba ayer que este proyecto, «que ha incrementado la oferta turística y patrimonial de la ciudad» vaya a llegar a su fin.