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Ayer se plasmaron las ideas que en los últimos días han ido planteando los vecinos. :: lorenzo cordero
Luces, vegetación, murales y una feria darán vida a Hernando de Soto

Luces, vegetación, murales y una feria darán vida a Hernando de Soto

Vecinos y comerciantes de la zona comienzan a aportar ideas reales para el proyecto de revitalización social de esta vía degradada

Cristina Núñez

Cáceres

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Domingo, 8 de julio 2018, 09:10

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El entusiasmo sale a espuertas entre los participantes de los talleres que pretenden que todo el mundo saque el urbanista que lleva dentro. Porque sí, todos tenemos un urbanista que nos alumbra cuando vamos por la calle y vemos que el mobiliario está viejo, que hay pintadas en las paredes o que nos gustaría que un árbol nos aportara verdor y bonitas vistas. De eso se ha tratado la iniciativa que pretende rescatar a la calle Hernando de Soto, un antiguo callejón que hasta hace tres décadas solo tenía acceso por Colón por la presencia de una cochera en la Plaza Marrón de la empresa Quevedo, lugar en el que, al desaparecer, se construyeron pisos. El geógrafo urbano Adolfo Chautón coordina las actividades del proyecto 'Revitalización social y urbana de la calle Hernando de Soto y su entorno', una iniciativa piloto enmarcada dentro del programa Edusi (sostenido con fondos europeos).

Aquí no vale con quedarse sentado esperando a que alguien haga algo por mejorarnos la vida, sino que las ideas tienen que salir de los propios usuarios, de los que viven las calles y en ocasiones también las padecen y observan palmo a palmo todas sus deficiencias. Y parece que esas ideas sí que están emergiendo. Ya el pasado martes el propio Chautón daba por bueno el transcurso del taller al que habían acudido alrededor de 30 personas y ayer, tras varias jornadas de trabajo, se mostraba satisfecho. Asegura que «desde el principio» este proyecto ha tenido mucha penetración. La batería de propuestas es variada aunque, explica, no todas podrán llevarse a cabo. De todo este proceso habrá una criba, pero él apunta por donde han ido las aportaciones de los participantes. «Todo lo que tiene que ver con intervenciones que tengan que ver con la naturaleza, pequeñas zonas verdes tiene mucha demanda, también algún pequeño mural artístico, tipo grafiti o más tradicional», indica. El formato para introducir el factor verde dentro de este proyecto es probable que sea el jardín vertical, una forma de aprovechar las paredes para introducir elementos vegetales. Ayer, en un panel podían leerse las ideas que tienen más probabilidad de llevarse a cabo, como una feria de creadores, en la línea de lo que se hace en grandes ciudades europeas.

Los vecinos y comerciantes de esta zona señalan la oscuridad como uno de los problemas de este entorno, ya que los soportales acogen a personas que se esconden para no ser vistos y consumir alcohol o sustancias tóxicas. Va tomando forma la instalación de luces led o algún sistema similar «que sirviera para iluminar pero que no fuera de alto impacto, que fuera funcional, no se está trabajando solo en la idea de poner las luces sino en algo de segunda o tercera generación, con un pequeño mosaico que por un lado fuera traslúcido y que por otro lado tuviera las luces, que pudiera cambiar de color, con materiales reciclados o autosuficientes energéticamente», indica Chautón. Otro de los asuntos que también salió a colación el martes fue la necesidad de instalar bancos para que la calle no solamente sea un lugar de paso, sino que pueda serlo también de tránsito, aunque ayer sábado esta idea estaba prácticamente desechada. La dinámica creada incluye la formación de grupos por secciones, e ir anotando todas las aportaciones para dejar constancia y que se pueda ir creciendo.

Emilia Jiménez Vecina «Lo primero que tiene que solucionar esa calle es la limpieza»

Javier Población Estudio de arte «Hay que darle mucha más visibilidad a la calle para que sea atractiva»

Unidad

Emilia Jiménez es vecina de Hernández de Soto. Se ha sumado a este proyecto porque quiere una calle mejor. Se compró la casa hace 15 años. «Me gustó por la ubicación, se puede ir caminando a todas partes». Pero al vivir la calle se dio cuenta de que estaba «fea y dejada». «Lo primero es la limpieza, tú vas por la calle y hay meadas, muchos dueños pasan por aquí con sus perros y no recogen las cacas», indica. Ella aporta la idea de que se haga una asociación de vecinos. «No somos muchos, podríamos unirnos más todos». En concreto son 168 vecinos los que habitan en esta calle.

Javier Población no vive en la calle Hernando de Soto, pero sí que tiene allí su estudio de arte, que abrió el pasado mes de marzo. Para él fue frustrante comprobar cómo sus paredes recién pintadas de blanco se manchaban rápidamente con orín de perros. Para él no es la mejor carta de presentación para sus alumnos que vean una calle que es muy mejorable. «Hay que darle mucha más visibilidad a la calle, no solo comercialmente sino para que no sea una mera zona de paso, que se pueda pasear y tenga atractivos que pueda atraer a los demás».

Este creador cree también, igual que Emilia, que es alarmante la cantidad de excrementos caninos que se encuentran en esta calle. «No es agradable». Además de 'Rincones para vivir', el seminario 'Pequeños Urbanismos de Barrio' añadió esta semana otras dos citas, 'Calles que incluyen', sobre diseño universal y desarrollo comunitario, con Diego Pardo, 'La ciudad es arte', sobre arte vecinal y vanguardias creativas con María Bris. El reto es que el programa tenga capacidad real para transformar la calle. Ideas, desde luego, no faltan.

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