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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Jueves Santo Cacereño

Jueves Santo Cacereño

PLAZA MAYOR ·

SERAFÍN MARTÍN NIETO

Jueves, 18 de abril 2019, 13:28

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Aunque a las veinticuatro horas del Miércoles Santo haya abierto sus puertas la concatedral para su salida, la procesión del Santo Crucifijo de Santa María se habrá desarrollado en la madrugada del Jueves Santo. Refundada y con nueva historia en 1996 como penitencial, sus orígenes se remontan a las postrimerías de la Edad Media. Gómez de la Rocha, estando en el Real de Granada, le dejó cierta manda testamentaria en 1491.

Como hace veintitrés años, a las once de la mañana, las campanas de la iglesia de Santiago repicarán anunciando el comienzo de la estación de penitencia de la Sagrada Cena. El monumental paso titular recorrerá las calles del centro de la ciudad acompañado del de Nuestra Señora del Sagrario y el Triunfo de la Eucaristía, que, desgraciadamente lucirá crespón negro en recuerdo de nuestro querido Vale.

Miles de personas acompañarán el colorido cortejo a lo largo de todo el recorrido y, especialmente, en la recogida en la plazuela de Santiago para asistir al acto que allí se celebra desde hace varios años con los pasos bailando al son de la machadiana Saeta de Serrat y de la marcha Encarnación Coronada.

A media tarde, desde Santa Gertrudis saldrá también una joven cofradía, la del Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad.

A las ocho, desde San Mateo, le tocará el turno a la Ilustre y Real Cofradía de la Santa y Vera Cruz -la primera y principal de las cofradías cacereñas-, fundada en 1521, cuando se apagaba el fragor comunero en Cáceres, en el convento de San Francisco, donde residió hasta la Desamortización.

Casi al filo de la medianoche, desde la antigua ermita del Espíritu Santo, saldrá la cofradía del Humilladero, que procesionará, además de su cotitular mariano, dos imágenes históricas de la Vera Cruz: el crucifijo que presidió durante siglos la desaparecida ermita del Humilladero y el amarrado a la columna que el indiano cacereño Francisco Martín Carrasco encargara al escultor sevillano José de Arce en 1655. Con esta imagen, la Vera Cruz, que irrumpió como cofradía de disciplinantes, inauguraba su etapa barroca con la introducción de pasos.

Antigüedad y modernidad se funden en este día, uno de los más importantes de la cristiandad. Esperemos que la necesaria lluvia nos dé una tregua y permita que las procesiones llenen las calles de Cáceres para disfrute de propios y foráneos de nuestra Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional.

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