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Una clienta observa una de las cestas ecológicas que distribuye 'Cáceres para comérselo'. :: jorge rey
La huerta llega a la puerta de casa

La huerta llega a la puerta de casa

'Cáceres para comérselo' inicia temporada distribuyendo productos ecológicos

Cristina Núñez

Cáceres

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Domingo, 22 de septiembre 2019, 12:26

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Cuenta Lorena Iglesias que, a la primera vista, las frutas y verduras que despacha no son de esas que entran por los ojos, con colores exuberantes y un brillo cegador. Las virtudes de su género son de otro tipo. «Son de proximidad, porque se producen en sitios cercanos, no tienen huella ecológica, intentamos que sean de kilómetro cero, lo más cercano posible». Lorena Iglesias es la cara visible de 'Cáceres para comérselo', un proyecto colectivo con el que se trata de popularizar los productos ecológicos y de normalizarlos, de hacer fácil su consumo y su acceso.

Estar instalados en un puesto del mercado de la Ronda del Carmen les hace ser visibles al comprador, aunque para Lorena Iglesias este punto de la ciudad debería estar más promocionado. «Ni siquiera hay un cartel fuera en el que se identifique el mercado», señala. Una de sus grandes bazas son las cestas ecológicas, en las que se incluyen frutas y verduras de productores locales. Hay varios tamaños y precios y la posibilidad de recoger este pedido en el propio mercado o de que sea servido a domicilio. Se puede pedir en Internet, a través de la página web de 'Cáceres para comérselo'. Lorena no puede dar una cifra cerrada de las personas que recurren a este servicio. «La cosa es cambiante, en verano baja y ahora, en septiembre, vuelve a haber interés». La vuelta a la normalidad ha impulsado una nueva campaña para dar a conocer este servicio. Los miércoles es el día de entrega, que se realiza a la hora del mediodía, después de terminar el trabajo en el mercado.

El proceso para obtener los alimentos es contactar con productores locales de la ciudad y de la provincia mayoritariamente. «Yo produzco en el Valle del Jerte las peras y las manzanas, tenemos cosas de la ciudad, de Holguera, casi todo es extremeño, a veces tenemos que hacer pedidos a productores de otras comunidades autónomas, pero es en el caso en el que no las tengamos aquí». Señala para ilustrar este caso unas setas Shiitake que llegan desde Pamplona. En el caso de este alimento, de las setas, cuando en otoño llega la temporada y mucha gente se lanza al bosque a recogerlas, también contactan con personas que las proveen. También hay especias que llegan de otras provincias, o infusiones.

«Nuestros productores no hacen nada a máquina, se hace todo como antes»

Las patatas que vende actualmente son de hortelanos cacereños, igual que las cebollas y los pepinos. Otro de los aspectos que intentan respetar es el de las temporadas. «Todo es de temporada, la naturaleza es sabia y el hecho de que se den determinados alimentos en un momento y no en otro tiene su sentido». No solo lo verde entra en juego. Están en contacto con productores de huevos, ternera o pollos ecológicos y se pueden encargar estos productos bajo pedido. También están en contacto con proveedores de pescado gallego.

También trabajan con empresas que fabrican bebidas en la región. Cuentan con la bebida Kombucha, que se fabrica en Fregenal de la Sierra, además de vinos ecológicos y cervezas artesanas.

La cooperativa Actyva también participa en esta propuesta, que, como señala Lorena, no tiene un fin lucrativo. El precio de estos productos suele parecer caro comparándolo con alimentos convencionales, pero Lorena cree que la forma de producir, en pequeñas extensiones y de forma manual hace lógico que tenga que ser un precio superior a otras formas de producción. «Nuestros productores no hacen nada a máquina, se hace todo como se hacía antes».

Plásticos cero

De la misma forma que se promocionan estos alimentos tratan de evitar los envases de plástico. «Nosotros no damos ni vendemos bolsas, tenemos algunas que son recicladas, que nos las traen personas que no las necesitan». Intentan concienciar sobre los beneficios de la bolsa de tela y reutilizable.

El trabajo de coincienciación es arduo, pero Lorena cada vez ve un interés mayor. «La gente que viene a comprar son clientes que están concienciados desde hace tiempo». Esta conciencia respecto a la alimentación no se circunscribe, asegura Lorena, a un grupo de edad o a determinadas características sociales. «Es gente muy diferente». No hay, pese a lo que se pudiera pensar, un grupo de edad determinado, ya que el interés va siendo creciente.

Lorena Iglesias se muestra optimista sobre la marcha de este tipo de iniciativas, a juzgar también por los que se acercan a preguntar, sin experiencia previa. «Estamos contentos».

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