Una feria que sabe a gloria en Cáceres

Los habituales de esta cita, que celebra en esta ocasión su décima edición, encontrarán que la feria ha replegado velas y ocupa menos espacio que en anteriores entregas. Ahora los dulces solo se despachan en las mesas situadas junto al altar.

Algo ha tenido que ver en esta nueva distribución de la feria el belén de grandes dimensiones que se ha ubicado en la parte central de la iglesia. Promovido por la Asociación Belenista de Cáceres, tiene la particularidad de estar confeccionado con 800 piezas de figuras de Playmobil. Aunque está pendiente de los últimos retoques y su inauguración está prevista para el martes, día 11, ya se puede contemplar. Gusta, especialmente, a los más pequeños de la casa y a los nostálgicos que dejaron de jugar hace años con estos populares muñecos.

Para acceder a la Feria del Dulce Conventual, que organiza Ifeca (Institución Ferial de Cáceres), hay que pagar una entrada, a modo de donativo, de un euro. Con este dinero, que irá destinado a Cáritas, el visitante tiene acceso a los dulces, al belén de Playmobil y puede subir, además, a las torres de la iglesia, que ofrecen unas bonitas vistas de la Ciudad Monumental.

Las preferencias

La experiencia de ferias pasadas hace que César Vicho, gerente de Ifeca, no dude demasiado cuando se le pregunta por las preferencias de cacereños y turistas en lo que a repostería conventual se refiere. Tejas, tocinillos de cielo, mazapán y magdalenas, indica, son los dulces más demandados. Pero la oferta es mucho más amplia.

El precio de los paquetes oscila entre los cinco y los nueve euros. El visitante puede llevarse a casa desde palmeras de chocolate elaboradas en el monasterio de San Francisco El Real, de Trujillo, hasta pastel de gloria procedente del convento de Santa Clara de Llerena. En total, se pueden degustar dulces procedentes de trece conventos, de los que nueve son extremeños. Se pueden encontrar especialidades elaboradas en los obradores de Cáceres, Trujillo, Plasencia, Coria, Garrovillas, Badajoz, Siruela, Llerena y Zafra. También hay dulces procedentes de Sevilla y Osuna, así como de Aracena (Huelva) y Toledo.

Hay quienes visitan por primera vez este certamen y quien repite año tras año. En este segundo grupo se encuentra Aurelio Román, natural de Malpartida de Cáceres y residente en la capital cacereña. «Venimos todos los años -cuenta-. Nos gusta este tipo de repostería porque está hecha a mano. Y siempre que podemos visitamos la feria el primer día porque las existencias se agotan pronto», ilustra.

Felisa Aceituna es de Cáceres, pero hasta este año no había podido disfrutar de la feria. «Me encanta. Lo mejor de estos dulces es el amor con el que están hechos», relata.

La Feria del Dulce Conventual mantiene abiertas sus puertas en horario ininterrumpido de 11.00 a 20.00 horas. Como en años anteriores, los encargados de despachar los dulces son scouts, esta vez del grupo Al-Qazires. Los beneficios obtenidos con la venta de la mercancía adquirida, tras descontar los gastos, se destinarán a Cáritas. El año pasado esta feria logró 1.800 euros con el cobro de la entrada y la venta superó los 10.000 euros.