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Lunes, 16 de abril 2018, 08:04
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«Creo que nos hemos defendido bastante bien para el día que nos salió con la lluvia, que no nos ha dejado hacer lo que queríamos», afirmaba ayer por la tarde Rosa Simón, presidenta de la Asociación Divertea de Cáceres, que trabaja con niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La Asociación había organizado para este domingo una actividad en la Plaza Mayor de Cáceres, que consistía en vender bocadillos de jamón solidarios. Estaba previsto que diez cortadores profesionales usaran 34 jamones ibéricos, para hacer 3.000 bocadillos que unidos pudieran constituir un bocadillo gigante de 600 metros de largo. Se trataba también de hacer una gran fiesta para los niños, con castillos flotantes, un ajedrez gigante, cuentacuentos y música en directo.
Desde primera hora de la mañana se habían colocado mesas en la Plaza Mayor, pero se tuvieron que quitar por culpa de la lluvia que de manera persistente no dejó de caer en todo el día, aunque de manera suave.
Ante este inconveniente, Divertea decidió usar la zona de los soportales de la Plaza Mayor, pidiendo permiso a los hosteleros.
Rosa Simón se mostraba agradecida a los 90 voluntarios que habían ayudado a que se pudiera realizar el bocadillo solidario, destacando la ayuda de 30 soldados del Cefot, además de amas de casa, estudiantes universitarios, Cáritas, los cortadores de jamón y a asociaciones como los rotarios y las empresas que habían donado los jamones.
Ya por la tarde, terminada la actividad, Divertea señalaba que había logrado vender 1.500 bocadillos y raciones. Los bocadillos se vendían a tres euros y las raciones a cinco. En total consiguieron recaudar alrededor de 3.000 euros. Ese dinero, unido a los 2.500 euros donados por la Fundación Valhondo Calaff, les ayudará a poner en marcha una novedosa terapia para atender a niños autistas en sus domicilios, con la visita de psicólogos, terapeutas ocupacionales, integradores sociales y fisioterapeutas.
La asociación Divertea, que se fundó en 2012, atiende en la actualidad a 37 niños con autismo de toda la provincia de Cáceres, estando presente también en Olivenza desde diciembre del año pasado.
«Apenas recibimos ayudas públicas - señalaba Rosa Simón - y necesitamos hacer proyectos como el de los bocadillos solidarios para lograr subsistir y llevar a cabo nuestros proyectos, con terapias para los niños y los padres. Es la primera vez que hacemos esta actividad, y la verdad es que estamos contentos porque la gente ha respondido pese a la lluvia; pero también tenemos mucha pena porque había muchas cosas preparadas para los niños que no se ha podido hacer. Para la próxima vez saldrá mejor».
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