Dimas escribe su historia

A Dimas V. García le gusta el sol. Es Miércoles Santo y en una terraza situada frente a la residencia Cocemfe, en donde vive desde hace ocho años, no le importa ponerse en el sitio donde la luz cae a plomo. Se mueve desde los 17 años gracias a una silla de ruedas que dirige con la movilidad limitada que tiene en las manos, con la que maneja también una botella gracias a la que puede beber. Dimas padece desde los 13 años una enfermedad neurodegenerativa, ataxia de Friedreich, que afecta a la médula espinal y al movimiento corporal aunque no a su capacidad intelectual, que mantiene intacta, con su ironía y su humor incorporados.

Hace dos años y medio, pocos meses antes de desatarse la pandemia, se estrenó en el Gran Teatro de Cáceres el documental ‘Dimas, para seguir adelante’, en el que se recogía la historia de este joven de 33 años. Fue un largo trabajo que llevó a cabo gracias a la profesora de música del Norba Caesarina Alicia Jiménez y al realizador Elías Miñana.

Ahora, Dimas se afana en dejar su historia por escrito, con el objetivo de contarla en primera persona y sobre todo, de servir a otras personas que estén pasando por su situación. A pesar de tener las capacidades comunicativas muy mermadas se siente válido para seguir en pie y quiere lanzar un mensaje positivo. «A pesar de la enfermedad he tenido dos cojones de irme a estudiar fuera», señala dándole valor a todo lo logrado. En la búsqueda de un título para su libro le sale esa expresión: ‘Con dos cojones’, aunque se ríe cuando lo cuenta.

La falta de movilidad manual le impide poder escribir en el móvil o en el ordenador pero es a través de un compañero de la residencia Cocemfe, Daniel Martínez Prieto, al que le va dictando y que le va transcribiendo todo, que puede hilar el relato. Tiene previsto, tal y como explica, que el libro pueda estar terminado a principios del año que viene. En cuanto a la edición, dice que será Cocemfe la que se ocupe. Durante la elaboración del documental se habló de que la vida de Dimas daba para una novela por todos los avatares por los que ha atravesado y con los que ha ido lidiando.

Dentro del drama que supuso la pandemia, Dimas dice que lo llevó bien en general, aunque sin duda implicó un parón en su vida y en sus actividades. La recaudación de fondos para el rodaje del documental generó una cadena humana y solidaria de gente que vendía y compraba chapas, participaba en carreras, organizaba rifas. Dimas acudía a centros educativos para explicar su historia y durante mucho tiempo, entre el rodaje y las diferentes acciones, estuvo ilusionado, con la mente ocupada.

En este camino Dimas V. García llegó a conocer a su ídolo Rafa Nadal y también volvió a Málaga, la ciudad en la que estudió Educación Social, que le encandiló y en la que se quedó cuatro años.

Aunque reconoce que en Cocemfe siempre ha estado bien, le gustaría poder vivir de forma independiente para poder hacer su vida. «Siempre me ha gustado mucho salir», reconoce Dimas, que ahora tiene que adaptarse a las circunstancias que dictan vivir en un espacio en el que está controlado. Puede pasear por el barrio, aunque no alejarse él solo del entorno del Nuevo Cáceres, donde está su residencia.

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