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Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo, junto a Francisco Cerro Chaves, prelado de Coria-Cáceres. :: l. c.
El destino «secreto» de Francisco Cerro

El destino «secreto» de Francisco Cerro

El obispo de Coria-Cáceres está en las quinielas para sustituir a Braulio Rodríguez, arzobispo de ToledoEl elección del nuevo nuncio en España abre la puerta al nombramiento de los nuevos prelados para las diócesis vacantes

M. J. T.

CÁCERES.

Miércoles, 18 de septiembre 2019, 08:49

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¿Puede convertirse Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres, en el nuevo arzobispo de Toledo? Su nombre está en las quinielas para sustituir a Braulio Rodríguez, que ha presentado su renuncia al cargo al cumplir los 75 años de edad.

Desde la Diócesis de Coria-Cáceres prefieren no pronunciarse sobre este tema, al tratarse de «rumores». Tampoco ha querido hacer declaraciones sobre esta posibilidad el propio Cerro Chaves, que el pasado 2 de septiembre celebró los 12 años de su ordenación episcopal. Pero lo cierto es que en la prensa especializada se da por hecho que el obispo cacereño es uno de los aspirantes a la Archidiócesis de Toledo. La última palabra, en todo caso, la tiene el Papa Francisco.

En la última semana se ha producido un hecho que acelerará la resolución de la incógnita: el nombramiento del nuevo nuncio en España. El Consejo de Ministros dio el viernes el visto bueno necesario para autorizar el nombramiento del nuevo embajador de la Santa Sede, según adelantó la revista 'Vida Nueva'. Se trata de Bernardito Auza. Es de procedencia filipina y, hasta ahora, ejercía como observador permanente ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Cerro Chaves lleva 12 años en el puesto, uno de los motivos de peso para su posible traslado

¿Por qué es tan importante esta figura? Entre las misiones del nuncio está la de proponer al Papa la terna de candidatos para el nombramiento de los obispos de las diócesis que estén vacantes. Pero hay que hacer una precisión. La terna para sustituir a Braulio Rodríguez, que cumplió los 75 años en enero, ya lleva tiempo en Roma y se supone que ha sido elaborada por el nuncio anterior, Renzo Fratini.

No obstante, Bernardito Auza desempeñará un papel relevante en el relevo en el Arzobispado de Toledo. «El destino de un obispo es secreto pontificio», apuntan desde la Diócesis de Coria-Cáceres en referencia al secretismo que envuelve a la designación de un prelado. Su destino solo lo conoce el Papa, que se lo comunica al interesado a través de la figura del nuncio. En el caso de ser trasladado, Francisco Cerro, natural de Malpartida de Cáceres, ya tiene quien le de la noticia. Sin nuncio, no podía haber comunicación.

La hipótesis de la marcha del obispo de Coria-Cáceres a otra diócesis coincide también con otro hecho: hay una regla no escrita que dice que los prelados son trasladados de zona cuando acumulan un tiempo determinado en un obispado. Ciriaco Benavente, antecesor de Cerro Chaves, estuvo 14 años en Coria-Cáceres antes de ser traslado en Albacete. «También sonaba para obispo de Getafe y al final no se cumplió», aseguran fuentes del Obispado consultadas por este diario. Nada se da por sentado.

Hasta ahora el que más claro ha hablado sobre el futuro de Francisco Cerro ha sido José Fernández de la Cigoña, un bloguero católico muy seguido, que el pasado 24 de agosto publicó una entrada en el portal 'Infovaticana' titulado '¿El obispo de Coria-Cáceres a Toledo?'. «Conoce Toledo y allí le conocen por lo que de confirmarse el rumor no iba a llegar un extraño. Supongo que sería un pontificado de continuidad, con escaso relieve y tranquilo. El clero no le iba a crear problemas ni él al clero. Se dice que Osoro patrocina esa esa candidatura pero no me consta que sea verdad. Sólo que hay quien lo dice», escribió.

Su vínculo con Toledo

Es cierto que Toledo no es un territorio ajeno a Francisco Cerro. Completó sus estudios teológicos en el seminario de esta ciudad. Allí, de hecho, fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1981. Y, más tarde, desempeñó diferentes ministerios. Fue vicario parroquial de San Nicolás, consiliario de Pastoral Juvenil y director de la casa diocesana de ejercicios espirituales hasta que en 1989 se marchó a Valladolid.

«Sin embargo -proseguía el texto de Fernández de la Cigoña- llegaría con un problema que podría hacer antipático su pontificado en Toledo. Su significación en la reclamación extremeña de las parroquias de esas provincias hoy bajo la jurisdicción toledana», apuntaba en referencia a la reivindicación de que Guadalupe pase a depender de una diócesis extremeña.

La incógnita sobre el futuro de Francisco Cerro Chaves abre otro interrogante en Coria-Cáceres: ¿Quién sería su sucesor aquí? De momento, todo está bajo secreto pontificio.

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