El control de jabalíes mediante cámaras de fototrampeo en Cáceres se atrasa al anularse el concurso
Tragsatec reserva 3.600 euros para la eliminación y retirada de cadáveres y remarca que no podrá destinarse su carne al consumo humano
El control de los jabalíes en el perímetro urbano de Cáceres sigue siendo una asignatura pendiente. Se multiplican los casos de estos animales en barriadas y carreteras como la ronda sureste. En julio de 2021 el alcalde, Luis Salaya, y la consejera de Agricultura, Begoña García Bernal, anunciaron un programa «científico» en control poblacional, financiado por la Junta de Extremadura. Colaboraban Tragsa y la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza). Sin embargo, a los retrasos acumulados se añade uno más después de que se haya anulado el concurso público que convocó el grupo Tragsa en mayo por algo más de 32.600 euros para la «realización de estimas poblacionales de jabalíes» en Cáceres así como el análisis de los datos obtenidos y la colocación de 20 estaciones de fototrampeo.
En una resolución del pasado 30 de mayo firmada por el gerente territorial de Tecnologías y Servicios Agrarios S.A. (Tragsatec) para la zona de Extremadura y Andalucía se aprueba el desistimiento de esa contratación pública por «una infracción no subsanable». Tiene que ver con el pliego de concurso y un escrito de protesta en el que muestra «su disconformidad con uno de los criterios de adjudicación» la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental.
Creada en 1992, esta organización de ámbito estatal se presenta como representativa del sector de servicios de control de plagas, con implicaciones en materia de salud pública y calidad medioambiental. El recurso de este colectivo se ha dado por bueno en el órgano de contratación de Tragsatec, que tenía reservada una partida de 32.691 euros con un plazo de ejecución de 12 meses.
Se desiste del concurso y habrá que volver a convocarlo tras una queja de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental
Consultada al respecto, la Consejería de Agricultura no quiso hacer valoraciones sobre los efectos de esta incidencia en el proceso para controlar a los jabalíes, que queda incompleto al no poder ejecutarse, de momento, según lo previsto. El inicio se fijó el 1 de abril. Entre las acciones, incide la Junta, estaban «realizar todas las capturas posibles mediante trampas y /o jaulones», con traslado de los animales y «destrucción» de los cadáveres. Las cámaras de fototrampeo debían permitir «estudiar los itinerarios de los animales».
Encargo
En marzo, el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura encargó a Tragsatec el control de los jabalíes. Es un problema que se ha ido enquistando y que va a más, con escenas que han pasado desde un grupo de ejemplares cruzando la variante sureste con el consiguiente riesgo para la seguridad vial a otros que se agrupan en puntos en los que se ubican los contenedores en busca de comida. La Federación Extremeña de Caza llegó a proponer aguardos con arqueros en lugares fijos.
La Junta habilitó una partida de 95.615 euros para que la empresa llevase adelante esas labores de control poblacional. Las viviendas diseminadas que hay en la zona impiden las acciones cinegéticas habituales, lo que implicaba la necesidad de otras intervenciones. Tragsatec plantea una valoración del estado de la población de jabalíes y articular medidas.
En el concurso que se ha anulado y que habrá que volver a licitar se incluía el establecimiento de esa veintena de estaciones de fototrampeo. Además, había un proceso previo de información con estudio de las zonas, cartografía... La empresa debía prestar asesoramiento a Tragsatec y realizar un marcaje de aquellos jabíes que sean capturados y luego puestos en libertad. El elemento identificativo de los animales debía ser visible durante al menos 12 meses, el tiempo del contrato. Se debían colocar las cámaras de fototrampeo, con infrarrojos, campo detección a unos 25 metros y resolución de imágenes de 20 megas.
En la memoria del proyecto de la Consejería de Agricultura y con el encargo que se hizo a Tragsatec se alude a los conflictos que generan y se cita la Ribera del Marco como punto de atención. Los jabalíes capturados con jaulas y parques «serán sedados y posteriormente eutanasiados», se detalla, pero siempre «siguiendo los protocolos de bienestar animal». La carne no podrá destinarse a consumo humano.
«Se debe proceder a la eliminación de los cadáveres por parte de la administración», se añade. Esa partida es de 3.615 euros. En las últimas semanas y ante la proliferación de ejemplares, el parque del Príncipe tuvo que cerrarse y los arqueros de la Federación se vieron obligados a intervenir. La Junta confirma que hasta ahora han sido abatidos tres jabalíes.
Se estima que serán eliminados unos 20 ejemplares en un año
En el presupuesto con el que cuenta Tragsatec para el control de los jabalíes figuran las 20 estaciones de fototrampeo, cinco jaulas de captura individual en las que se invierten 2.700 euros, tres parques con un coste de 4.052 euros y otros 1.572 euros para material de sacrificio. Se reserva una partida para la retirada y eliminación de los cadáveres de los jabalíes. Cada operación cuesta 180 euros y se superan los 3.615 con lo que se calcula que en un año de vigencia del encargo serán sacrificados una veintena de ejemplares.
Hasta ahora se han visto en Macondo, la Ribera del Marco, la glorieta de Renfe o la zona del Temis, entre otros lugares. Los últimos incidentes se vinculan con el cierre de parques como el del Príncipe, en el que los arqueros de la Federación tuvieron que abatirlo s para garantizar la seguridad. «Hay que intervenir ya», reclamaban los dirigentes vecinales de Residencial Universidad hace dos años.
Tras anunciar el encargo que se hacía a Tragsatec, la Junta reseñó que se pretendía reducir el número de jabalíes, ya que están provocando «numerosos problemas tanto en el medio natural como en zonas urbanas, afectando a la seguridad vial y alterando el equilibrio de poblaciones de otras especies cinegéticas, principalmente de caza menor».
En la memoria técnica elaborada se indica que el control se hará de varias formas: monterías en zonas de caza permitida, mediante parques de captura para extraer a familias de jabalíes enteras y con jaulas trampa en las zonas más próximas a las casas.
Las trampas funcionarán durante una semana al mes, preferentemente de mayo a septiembre. El 20 por ciento de los capturados serán «marcados y puestos nuevamente en libertad». De manera excepcional y con autorización municipal se actuará con zonas de caza no autorizada en el casco urbano.
Cada 15 días se hará una revisión de la ubicación de los parques y jaulas de captura. La empresa debía contar con titulados superiores en Veterinaria.