La construcción choca en Cáceres con el bando del silencio y las quejas vecinales

Se empezó a aplicar el pasado 15 junio, una semana antes de que se levantara el estado de alarma que ha sumido al país en una ralentización de la actividad productiva por la pandemia.

Entre los sectores a los que el bando toca de lleno, está el de la construcción. Hasta el 15 de septiembre tiene que suspender, de 15.00 a 17.00 horas y desde la media noche hasta las 8.00 de la mañana, los trabajos con maquinaria pesada para no sobrepasar en estas franjas los decibelios permitidos. Así, y según se recoge en el texto, durante la siesta no pueden usarse hormigoneras o compresores que perturben a los vecinos, ya sea en obras públicas como privadas.

La aplicación del bando no quiere decir que impida trabajar a este colectivo, solo prohibe hacer ruidos, es decir, las obras pueden seguir ejecutándose pero con esa limitación.

Una de las actuaciones de más calado que se está llevando a cabo actualmente en la ciudad es la ampliación del Parque del Príncipe, adjudicada a la empresa Sevilla-Nevado y ya en su recta final. El acceso de camiones y vehículos pesados se realiza por la calle Islas Canarias del R-66, donde también se almacena todo el material de trabajo.

Aquí una de sus residentes, Basilia Plaza, ha venido denunciando los trastornos que le ha generado una obra justo enfrente de su casa. «Vengo sufriéndolo hace mucho, pero con el calor y todo abierto es más agudo todo», dice esta vecina que, sin embargo, ha notado cierto alivio con la entrada en vigor del bando del silencio. «Ahora la siesta transcurre más tranquila, pero todos los días desde las ocho de la mañana y cerca de dos años, minan la salud de cualquiera», dice la mujer, que ha llamado en reiteradas ocasiones a la policía local para denunciar el ruido de camiones que, según asegura, «los dejaban en marcha sin nadie dentro». El jueves pasado a las 15.30 fue el último día que padeció los ruidos de máquinas frente a su chalet.

Sobre este caso concreto, fuentes municipales se limitaron a referirse a lo establecido en el bando: «El bando de silencio no obliga a parar la actividad. Sólo la maquinaria que genera ruido por encima de un nivel de decibelios», señalaron.

Desde el colectivo vecinal, el presidente de la agrupación, Alberto Iglesias, asegura no haber recibido quejas por molestias durante las franjas del bando, ni de obras de la administración ni de particulares. En la zona de los Obispos donde los trabajos de peatonalización ya han concluido, el ruido de máquinas cesó hace semanas.