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Marcha por la Paz encabezada por el obispo de la Diócesis Coria Cáceres, Francisco Cerro. :: a. méndez
La comunidad islámica, a la espera de la licencia para abrir  su nueva mezquita

La comunidad islámica, a la espera de la licencia para abrir su nueva mezquita

La marcha 'Todas las religiones por la Paz' que organiza el Obispado congregó ayer a medio millar de personas

L. ALCÁZAR

CÁCERES.

Domingo, 15 de diciembre 2019, 13:48

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En 2006 abrió en la calle Caleros la primera mezquita de la ciudad y diez años después tuvo que echar el cierre porque la comunidad islámica no podía hacer frente al pago del alquiler y los gastos de agua y luz.

Las familias árabes que residen en Cáceres solicitaron al Ayuntamiento un local para desarrollar sus actividades de culto, y el consistorio les facilitó uno en la avenida de la Constitución de la barriada de Aldea Moret, también sede de la Asociación de Inmigrantes Marroquíes. Tras someterlo a unas obras de adecuación, el secretario de la comunidad islámica en Cáceres, Karim Kerkaou, manifestó ayer que están a la espera de la concesión de la licencia municipal para abrir la que será su nueva mezquita.

El alcalde, Luis Salaya, que participó en la tarde de ayer en la décimo octava edición de la marcha 'Todas las religiones por la Paz', señaló que desde Urbanismo se les había solicitado la subsanación de unas deficiencias «menores» en la remodelación del local y confía en que la licencia se resuelva «en breve» para que esta comunidad pueda disponer de la mezquita próximamente. «Están haciendo además un gran trabajo con las clases de idiomas y esperemos que puedan instalarse pronto», subrayó.

TESTIMONIOSQamar Fazal Ahmadía «Manuel Fraga recibió a mi padre y aceptó un Corán» Badi Leyva Bahai «La unidad entronca los asuntos humanos»

En concreto la población marroquí de la ciudad ha descendido en Cáceres en los últimos años porque muchas familias, empujadas por la crisis, han regresado a Marruecos o emigrado a otros países del norte de Europa, según precisó Karim Kerkaou, que indicó, al mismo tiempo, que la mezquita está abierta para el rezo a toda la comunidad islámica, integrada por ciudadanos de Túnez, Pakistán y países del África central, entre otros.

Manifiesto por la paz

«Estamos aquí para buscar y encontrar la paz en nuestros corazones, para comprender que la diversidad, las diferencias, nos enriquecen y nos complementan», así arrancaba el Manifiesto que se leyó al término de la Marcha por la Paz que partió de la estatua de Gabriel y Galán y transcurrió por la avenida de España. El obispo de la Diócesis Coria-Cáceres, Francisco Cerro Chaves, y los representantes de otras confesiones religiosas encabezaron la marcha. Bajo el lema 'Artesanos de Paz', se sumaron al manifiesto la comunidad islámica de Cáceres, la iglesia evangélica española de Mérida-Miajadas, la comunidad bahai de Extremadura, la comunidad budista 'El olivar del Buda', la iglesia evangélica 'El Puente' y la comunidad Ahmadía del Islam en España.

Durante el recorrido, que estuvo amenizado por música, los asistente portaron pancartas y carteles reclamando unidad, respeto, lealtad, libertad y paz. «Amor para todos, odio para nadie», rezaba uno de los textos. Desde Madrid vino el hijo de uno de los fundadores de la comunidad Ahmadía del Islam en nuestro país, que no tiene representación en Extremadura. El padre de Qamar, fundador de la primera mezquita en España después de 700 años, en 1982, llegó al país en plena dictadura franquista y su hijo recordó cómo en esa época un misionero del Islam «con turbante» sintió el apoyo de algunos líderes políticos y de la propia iglesia católica. «Hubo personas muy abiertas en el régimen anterior, don Manuel Fraga recibió a mi padre en 1965 y aceptó un Corán, y ese fue uno de los salvoconductos que el tenía cuando le detenían», relató.

A la religión Bahai, surgida en Persia en el siglo XIX y fundada porBahá'u'lláh, sin comunidad en Cáceres pero sí en Badajoz, representó Badi Leyva, que subrayó que esta reciente confesión profesa que «la unidad tiene que entroncar todos los asuntos humanos».

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