El complejo turístico proyectado junto a Santa Lucía obtiene la licencia municipal

El departamento de Urbanismo del Consistorio cacereño emitió la licencia el pasado día 16 de diciembre. El documento, que aparece a nombre de 'Aldea Santa Lucía S. L.' y cuya representante legal es Beatriz Caldera Dómine, obliga a los promotores a realizar un seguimiento arqueológico de todos los movimientos de tierra que deban efectuarse bajo la rasante natural, «debiendo dar cuenta a este Ayuntamiento y a la administración correspondiente del seguimiento realizado».

Además, también recuerda que se mantienen las condiciones de la resolución de alcaldía de 26 de diciembre de 2019 por la que se concedió la calificación urbanística de los terrenos situados en la finca Alcor de Santa Lucía de Cáceres para este proyecto.

Tras obtener la licencia municipal y salvar este último escollo burocrático, la sociedad, Santa Lucía S. L., constituida por los hermanos Natalia, Beatriz y Adrián Caldera Dómine, solo están pendientes de completar la financiación necesaria par iniciar el proyecto.

La propuesta de estos hermanos consiste en enriquecer la oferta turística de la ciudad con una iniciativa hasta ahora inexistente en Cáceres capital pero sí bastante extendida en el norte de la provincia. Se trata de un complejo en plena naturaleza con 23 apartamentos individuales. Hay cuatro modelos diferentes. Todos cuentan con porche y sus fachadas estarán cubiertas por pizarra para estar integradas en el entorno.

El arquitecto José Ramón Zorita firma un proyecto que incluye, además, piscina para los clientes que estén alojados y una nave para celebraciones de 300 metros cuadrados con un patio exterior de 700.

La finca tiene una superficie total de casi 16 hectáreas de terreno (15,8 para ser exactos). El complejo ocupará tres hectáreas. Contará, además, con zona de barbacoas, un parking con capacidad para 200 vehículos, una vivienda de cien metros donde residirá la familia que explotará la actividad y una recepción para los clientes que estará situada a la entrada del complejo.

Si hay algo en lo que los hermanos Caldera Dómine quieren poner el acento es en su apuesta por un modelo de turismo sostenible. Los apartamentos estarán dotados de calefacción y agua caliente por aerotermia, un sistema que extrae la energía del aire. Los alojamientos dispondrán, además, de estufa de pellets. Los clientes deberán dejar sus coches estacionados en el aparcamiento que se habilitará en la entrada. Para moverse por el recinto el complejo dispondrá de coches eléctricos similares a los que se utilizan en los campos de golf.

La oferta se completará con una carta de actividades. Una de las propuestas más llamativas será brindar a los huéspedes la posibilidad de subirse a un globo aerostático. Se impartirán, además, 'masterclass' sobre quesos de la tierra.

La idea de los promotores es que las obras arranquen a comienzos de este año y que el recinto se inaugure en la primavera de 2022. Durante la ejecución del proyecto trabajarán, de manera directa e indirecta, entre 20 y 30 personas, según los cálculos de la sociedad. Y una vez que Aldea Santa Lucía sea una realidad su plantilla estará formada por cinco empleados, que desempeñarán las tareas de dirección y coordinación, mantenimiento, recepción y limpieza, aunque en temporada alta se prevé reforzar las contrataciones en función de la demanda.

Hace poco más de un año la Junta de Extremadura, que ha concedido una subvención de 390.000 euros al proyecto, emitió un informe de impacto ambiental favorable. La zona se caracteriza por ser de pastos con actividad agropecuaria. La iniciativa tiene a su favor que el área afectada por el proyecto no se encuentra incluida ni en la Red de Espacios Protegidos de Extremadura ni en lugares de la Red Natura 2000.