Capellanías estrena la primera carrera de la pandemia en Cáceres

Son las diez y media de la mañana en el Polígono de las Capellanías. La mayoría de las naves permanecen cerradas porque es domingo. Pero en la calle Hojalateros la actividad bulle. Aquí tiene su sede la empresa cacereña 'Pulsaciones.net', especializada en la organización de carreras. Como le ocurrió a otros muchos sectores, la irrupción de la pandemia frenó en seco sus planes.

Seis de sus ocho empleados se fueron a un ERTE y la firma ha acumulado 14 meses sin trabajar. «La última carrera que hicimos en 2020 fue la del día de la mujer, el 8 de marzo. Y después todo se paró», recuerda David Pozas, responsable de 'Pulsaciones.net'. Después, irrumpió la pandemia de lleno, llegó el confinamiento, las restricciones y la imposibilidad de celebrar este tipo de carreras populares. Hasta ahora. Con el fin del estado de alarma, los 'runners' están de enhorabuena y pueden volver a medir sus fuerzas.

Las Capellanías acogió ayer la primera prueba de este tipo en la era del coronavirus, la primera a la que sus participantes acuden con mascarillas. También ha sido la primera adaptada a las nuevas normas sanitarias. 150 corredores agotaron las plazas y comprobaron que las reglas del juego han cambiado.

«Somos una empresa de organización de eventos y como la aglomeración de gente forma parte de nuestro trabajo fuimos de los primeros en parar y hemos sido de los últimos en arrancar. Nuestra actividad ha sido de las más castigadas en la pandemia», apunta Pozas. Pero parece que el sector remonta. «Tenemos mucho trabajo porque la gente quiere organizar ahora todo lo que no ha podido hacer en los últimos meses», apostilla.

La carrera popular de Capellanías, promovida por la propia empresa, ha servido de muestra de cómo son ahora este tipo de pruebas. Para empezar, todo el recinto debe estar perimetrado para poder controlar los accesos. Ya no hay una única salida para los corredores. Ahora se hace de manera escalonada, de cinco en cinco. Y entre cada corredor se guarda una distancia de metro y medio. Unas señales sobre el suelo ayudan a los participantes a saber dónde deben colocarse.

Las mascarillas son obligatorias durante la espera. Una vez que arrancan a correr, pueden quitársela. Y al llegar a meta la organización proporciona a los corredores una nueva.

La salida escalonada no favorece a los 'runners' que inician el recorrido en primer lugar porque el sistema de cronometraje empleado solo contabiliza el tiempo de cada corredor una vez que ha cruzado la línea de salida. «Ahora no será el primero el que llegue primero, sino el que menos tiempo tarde en hacer el recorrido», aclara David Pozas.

Los participantes de ayer podían elegir entre una prueba de 5.000 metros y otra de 10.000. Las mejores marcas dentro de la modalidad larga fueron para Gregorio Hernández (37 minutos y 31 segundos) y Esperanza Hernández (46 minutos), mientras que en la carrera de 5 kilómetros hicieron los mejores tiempos Mario Almeida (17 minutos y 24 segundos) y Teresa Ávalo (23 minutos y 42 segundos).

Vicente Blanco, de Villafranca de los Barros, tardó 45 minutos y 42 segundos en recorrer los diez kilómetros. Obtuvo el puesto número 13. «Tenía muchas ganas de volver a competir. Ayer –por el sábado– estuve en Mérida y hoy me he venido a Cáceres. He cogido con mucho deseo las carreras», decía momentos antes del inicio de una carrera diferente.