Así se ve Cáceres desde sus torres

La primera construcción que abrió al turismo fue la torre de Bujaco, en 2003. Desde entonces, se ha convertido en uno de los recursos más visitados, además de ser uno de los símbolos más representativos de Cáceres. Es árabe, data del siglo XII y está levantada sobre sillares romanos. Hay que pagar entrada para subir.

En su entreplanta acoge un centro de interpretación de las tres culturas que han dibujado la historia de Cáceres: la romana, la árabe y la cristiana. Pero, sin duda, uno de sus principales atractivos se esconde tras los 17 escalones que conducen a su mirador. El visitante podrá obtener una visión de 360 grados de toda la ciudad. Las miradas, no obstante, se escapan hacia el lienzo de la parte antigua. Hay varios paneles que ayudan a identificar las cúpulas de iglesias y palacios. La torre de Bujaco también ofrece otro regalo para el turista, al permitir acceder y pasear por el único tramo de muralla que hay abierto al público y que conduce a otra de las torres visitables: la de los Púlpitos.

Levantada en el siglo XV, se edificó para proteger la Puerta de la Estrella. El Ayuntamiento la abrió al turismo en el año 2009 tras ganar un litigio judicial. Durante 245 años su uso estuvo en manos privadas, las de la familia Mayoralgo. La torre, de hecho, tiene un acceso directo al Palacio de Mayoralgo, convertido en sede institucional de Liberbank (ahora Unicaja banco) . Y desde ella se pueden apreciar las ruinas romanas que aparecieron en este palacio durante sus obras de rehabilitación.

Muy próxima a la torre de Bujaco y a la de los Púlpitos se encuentra la torre del Horno, que adopta este nombre por el horno que tuvo adosado en el pasado. Es uno de los ejemplos más claros de las edificaciones albarranas construidas por los almohades con un carácter cien por cien defensivo. Y es, además, uno de los mejores escenarios para imaginar cómo era la muralla cacereña en el siglo XII, antes de que algunos de sus tramos desaparecieran al ser derruidos o anexionados a viviendas particulares.

La torre del Horno se incorporó al circuito turístico al mismo tiempo que la torre de los Pozos. Fue en el mes de abril de 2009. Está última torre está situada en la cara opuesta de la muralla, con vistas a Mira al Río y el santuario de La Montaña. Se accede a su interior desde unas casas anexas, convertidas en centro de interpretación, enclavadas en la judería vieja. Acaba de ser rehabilitada, dentro de las obras incluidas en la primera fase de restauración de la muralla almohade.

La torre campanario de la Concatedral de Santa María se restauró en el año 2000. Para acceder a ella hay que superar una escalera de caracol integrada por 67 escalones. Hay que pagar entrada, al igual que para ascender a las torres gemelas de la iglesia de la Preciosa Sangre, situadas en la plaza de San Jorge.