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Cuando Cáceres estuvo al borde de 'el cisma' de la Patrona

Cuando Cáceres estuvo al borde de 'el cisma' de la Patrona

Desde la moto de papel ·

Sergio Lorenzo

Cáceres

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Domingo, 6 de mayo 2018, 09:34

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Cada primer domingo de mayo los cacereños cumplen con la tradición de llevar a la imagen de La Virgen de La Montaña a su Santuario, después de estar varios días en la concatedral de Santa María. Cuando se llega a esta fecha siempre recuerdo una conversación que tuve con el viejo periodista Sanjosé unos días antes de que muriera, cuando con la cabeza monda por la quimioterapia me contó tendido en la cama:

–¿Tú sabes que aquí, en Cáceres, estuvimos muy cerca de vivir un auténtico cisma con La Virgen de la Montaña?

–Ni idea – le contesté, mientras acercaba la silla a su cama, para no perderme nada de sus palabras, que ya iban saliendo débiles.

–Fue en 1997, cuando la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres llevaba varios años organizando una romería de La Virgen de la Montaña el domingo que era devuelta al Santuario. Lo hacía con la ayuda de Caja Duero en el pantano de Valdesalor. Fiesta y jolgorio, presidiéndolo todo una gran foto en color de la Patrona. Ese año de 1997 Caja Extremadura, visto que la competencia le estaba comiendo el terreno con algo tan cacereño como La Virgen de La Montaña, decidió organizar una romería en El Rodeo. El presidente de la Agrupación de Vecinos, Raimundo Medina, se quejó de que apareciera una segunda romería;pero no ocurrió nada hasta que un miembro de la directiva de la Cofradía de la Virgen de La Montaña, dijo que la patrona de Cáceres sólo tenía una romería... y esa romería era la que organizaba Caja Extremadura.

–Se armaría una buena.

–Figúrate. Me acuerdo que fui a una rueda de prensa de la Federación de Asociaciones de Vecinos, que estaban cabreados como monos, y uno llegó a decir que si en la Cofradía se ponían tontos, ellos tendrían su propia imagen de La Virgen de La Montaña. Me quedé con la boca abierta, cuando dijeron que ya habían hablado con un imaginero y que estaban dispuestos a invertir medio millón de pesetas (3.000 euros) para tener una réplica de la Virgen igualita que la de la Cofradía. ¿Te imaginas? ¡Cáceres con dos imágenes de la Virgen de La Montaña! ¡La qué se podía haber liado!

–¿Y qué pasó?

–Al final se impuso la cordura. La Cofradía tuvo mano izquierda, y todo se solucionó cuando hizo público un comunicado indicando que la única romería de La Virgen de La Montaña era la que se hacía en torno al Santuario; por lo tanto: ni apoyaban a la de Caja Extremadura, que se hizo en el Rodeo; ni a la de Caja Duero, que se hizo en Valdesalor. Fue una solución salomónica.

Al acordarme ahora de esto. He estado mirando en el servicio de documentación del Diario HOY, lo que ocurrió con las romerías de Cáceres subvencionadas por las Cajas, y la verdad es que mueve al asombro y al chascarrillo. Año a año, la historia fue así:

1995: Este año es inolvidable en la historia de la subida de la Patrona a su Santuario, ya que fue la única vez que coincidió con el Festival Womad, y la procesión salió de la Concatedral pasando por tenderetes y basura de la noche de juerga. Los fieles impidieron con gritos que el bastón de mando de la ciudad, que tiene la Imagen en su estancia en Cáceres, fuera devuelto a Marcelino Cardalliaguet, que acudió en representación del alcalde socialista Carlos Sánchez Polo. Ese año fue el primero de la romería organizada en Valdesalor por las asociaciones de vecinos de Cáceres, con el patrocinio de la que por entonces se llamaba Caja de Salamanca y Soria (luego Caja Duero).

1996: Segunda romería de las asociaciones de vecinos en Valdesalor, con misa de campaña.

1997: El primer año de la polémica de las dos romerías. Caja Extremadura repartió gratis frite extremeño en la de El Rodeo, con actuación de El Redoble; y Caja Salamanca dio chorizo a la brasa, vino, pan y hubo orquesta.

1998: Caja Extremadura celebró la romería en La Montaña, en un terreno de 40.000 metros cuadrados junto a la ermita del Amparo que cedió, de forma altruista, Manuel Casero. Repartió sardinas y pestorejo. Caja Duero, con ayuda de Eroski, hizo una gran barbacoa en Valdesalor en donde asaron 200 kilos de panceta y 180 de chorizo. En las dos hubo música en directo.

1999: Por primera vez las dos romerías se celebraron en La Montaña, ya que a la Federación de Asociaciones de Vecinos, la Cofradía de la Virgen de La Montaña le dejó un terreno junto a El Calvario, en donde Caja Duero y Eroski regalaron 200 kilos de panceta y chorizo. Al lado, en la ermita del Amparo, Caja Extremadura repartió paella y sombreros de paja.

2000: Se repitieron las dos romerías en La Montaña. En la de Caja Duero y Eroski se llegaron a dar gratis 600 kilos de panceta y chorizo y 300 litros de vino, así como 7.000 gorras. En la de Caja Extremadura hubo paella para 3.000 personas, y por la tarde chocolatada.

2001: Es el año de la 'Romería de la unión'. Las dos cajas y Eroski se unieron para hacer una sola gran romería a la que asistieron más de 14.000 personas. Cada uno de los tres patrocinadores se gastó 6.000 euros. Se repartieron mil kilos de panceta y patatera, 600 litros de vino y 5.000 coquillos.

2002: Fue el segundo año de la 'Romería de la unión', pero no se repartió comida gratis, porque se dijo que se malgastaba. Fueron sólo unas 300 personas. Un verdadero fiasco.

Esta semana las noticias antiguas de las romerías de Cáceres estaban amontonadas, unas encima de otras, en una mesa de la Redacción. El fotógrafo Salvador Guinea se entretuvo en mirarlas y, después de un buen tiempo de estar leyéndolas, hizo una reflexión curiosa:

–De toda esta historia de las romerías de la Virgen de La Montaña, se puede sacar una buena lección.

–¿Cuál? – Preguntó el compañero Manuel Caridad.

–Pues... que la competencia es buena para el ciudadano de a pie. Cuando estaban picadas Caja Duero y Caja Extremadura, la gente se lo pasaba bien sin necesidad de gastarse un céntimo. Los cacereños se atiborraban en un lado de carne en barbacoa y en otro de paella, todo bien regado de vino. Había charanga y orquesta. En un sitio le ponían un gorro de Caja Duero y en otro un sombrero de paja con la cinta de Caja Extremadura, y se sorteaban vajillas, bicicletas y hasta televisores. Luego se unieron las Cajas en una romería, ya no había competencia y se acabó con la fiesta.

–Sí. Tienes razón – dijo Caridad –. Cuanto más bares hay en una calle... mejores son los pinchos.

Desde luego... cada uno pensando en lo suyo; o sabiduría popular, que dicen algunos.

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