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En el cementerio de Garrovillas de Alconétar hay una tumba alegre, llena de colores, que tiene sobre el mármol blanco la frase: «¡Qué besos más dulces son los de una madre!»
Es la tumba de Valeria Julián, que falleció por la covid el 30 de marzo de 2020. La autora de la peculiar decoración del sepulcro es su hija Conchita Luceño, artista cacereña que lleva 17 años viviendo en Málaga.
«Mi madre estaba en la residencia de Garrovillas, tuvo fiebre y en menos de 24 horas se murió. Fue todo muy rápido», cuenta su hija, que señala que lo de pintar la tumba no estaba preparado, surgió de manera espontánea. «Vine en los Santos, estaba arreglando la tumba con mis tías, con las hermanas de mi madre, y se me ocurrió, porque ella era muy alegre. A la gente no le ha importado, dicen: '¡Qué colorida, como ella!'. La frase de los besos dulces se la escuché a ella cuando se le murió su madre»,
Su padre, Ramiro Luceño, se murió unos meses antes el 25 de noviembre de 2019, y también ha puesto colores en su lápida.
La localidad de Garrovillas de Alconétar es uno de los pueblos extremeños con más muertos por la covid, muchos de ellos fallecidos en la residencia, y Conchita Luceño ha preparado una intervención artística para recordarles.
La actividad formaba parte de los Contenedores de Arte, que organizó la Asociación de Universidad Populares de Extremadura con la Diputación de Cáceres y ha contado con la colaboración del Ayuntamiento, bajo la dirección de Marce Solís.
Se trataba de un montaje que se llevó a cabo recientemente en la calle Mendos, que es una de las que desembocan en la asombrosa plaza del pueblo. En esa calle nació Valeria Julián. Su hija contó con la participación de vecinos de Garrovillas que quisieron recordar a familiares fallecidos en la pandemia. Les pidió un plato para colgar, un par de zapatos viejos del ser querido, una silla de enea y macetas de pilistra.
«Esta intervención es un homenaje a nuestros antepasados, pero especialmente a todos los que se han muerto este año afirma la artista– , que continúan estando aquí. Están en la Plaza, de camino a la Laguna, por la Cruz, paseando por la corredera y la Soledad, yendo a ver los patos o a la Resbalaera, paseando por el Convento y yendo a la Novena, a misa de San Pedro, de Santa María, por el Cristo y en cada una de las esquinas de este pueblo».
Garrovillas de Alconétar tiene una manera peculiar de hablar que se refleja en el título del proyecto. «Se titula '¿Cúyu pan esgarras?' –explica la autor – que quiere decir '¿dónde partes el pan?, '¿de dónde eres?'; y con esta obra lo que pretendo es explicar que la vida es eterna cuando dejas huella».
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Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Fernando Morales y Sara I. Belled
Álvaro Rubio | Cáceres y María Díaz | Badajoz
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