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SERGIO LORENZO
CÁCERES.
Viernes, 18 de octubre 2019
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«Las circunstancias en que se produjo la muerte de José evidencian una situación absoluta de indefensión del mismo, que sustenta la aplicación de la circunstancia agravante de alevosía. José se hallaba totalmente desprevenido, echado de espaldas con una única persona que estaba en la casa, que era con quien convivía, y por la espalda, en la cabeza recibe un martillazo, absolutamente ninguna defensa tenía al recibir ese primer golpe, y menos aún, a partir de ello con la conmoción y reiteración que hasta siete golpes más que le propinó la acusada en esa misma situación». Así de clara es la sentencia de la Audiencia Provincial de Cáceres que condena a 19 años de cárcel a Julia Benítez Giraldo, que en Madrigalejo mató a martillazos a su pareja, José Sánchez Gómez, con el que llevaba cinco años conviviendo. La Audiencia acaba de fijar la pena para esta mujer una vez que el jurado afirmara que era culpable de asesinato.
El crimen ocurrió la tarde noche del 17 de junio de 2017, entre las siete y media de la tarde y las 23.53 horas de la noche. Cuando José estaba en la cama, su pareja le dio ocho martillazos en la parte de atrás de la cabeza. Él debió de arrastrarse hasta el suelo y fue en una superficie dura, cuando le dio otros once martillazos en la zona frontal de la cabeza. Le propinó tal martillazo en la parte superior de la ceja izquierda, que le produjo una fractura de la bóveda del cráneo, conectando la fractura con otro golpe que presentaba en la parte trasera de la cabeza.
La sentencia indica que una vez cometido el asesinato, Julia Benítez limpió de sangre la habitación y el colchón, y lavó la ropa manchada. Las horas siguientes estuvo intentando comprar cerdos grandes para que se comieran el cadáver, que trasladó a una cochiquera que había en la vivienda. El día 19 compró el único cerdo que encontró, que era pequeño. Al ver que tardaba en comerse el cuerpo, roció el cadáver con gasolina y le prendió fuego a las siete de la tarde del día 19, dos días después del asesinato. Al ir los vecinos a apagar el fuego fue cuando se descubrió el crimen.
Ella había asegurado que mató a José Sánchez en defensa propia, cuando estaba forcejeando con él para que no la violara. Según ha visto el jurado, esa versión es mentira. Ella le agredió cuando él estaba en la cama, como lo prueba la sangre que había en el colchón, en el cabecero de la cama y en la pared junto al cabecero. La sentencia dice que «no hay el más mínimo indicio de agresividad previa, ni en el cuerpo de Julia ni el de José, que no presenta más lesiones que aquellas descritas y situadas en la cabeza».
El tribunal señala que la asesina tenía un trastorno mental que puedo afectar, muy levemente, a sus facultades.
Su abogado defensor, Carlos Jesús Tovar, afirma que recurrirá la sentencia al TSJ de Extremadura.
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