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Grupos de jóvenes hacen botellón en la Plaza Mayor durante el Womad de 2015. ::
Los vecinos quieren un Womad libre de incivismo, suciedad y botellones

Los vecinos quieren un Womad libre de incivismo, suciedad y botellones

Piden una campaña de concienciación para evitar molestias, como los orines en las puertas de las casas de los residentes

J. J. González

Viernes, 5 de mayo 2017, 00:01

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Lo primero que quiere dejar bien claro la asociación de vecinos de la ciudad monumental es que no está en contra del Womad sino todo lo contrario: a favor del festival musical, pero mejorado y libre de botellones, de comportamientos incívicos, de suciedad en las calles y de orines a las puertas de las casas. Por un Womad mejor, no al Womad botellón, es el resumen del mensaje que ha comenzado a difundir esta asociación vecinal.

Ante el comienzo de una nueva edición del Womad, la número 26, los representantes vecinales de la ciudad monumental se ha reunido con el concejal de la Policía Local, Rafael Mateos, para conocer lo relacionado con la seguridad ciudadana durante el festival. En esa reunión, celebrada esta semana, propusieron que antes de que comience el festival cada año, la organización lleve a cabo una campaña de sensibilización para que los asistentes a este evento musical de carácter masivo tomen conciencia de que hay que proteger y conservar la ciudad monumental y su torno así como respetar a las personas que viven en esta zona para que no sufran las consecuencias de la suciedad, sobre todo de los orines en la misma puerta de sus casas. «Hay que tomar conciencia de que detrás de cada puerta donde se orina, donde se defeca, hay personas, haya adultos, haya niños». Es uno de los mensajes que lanza la asociación, cuyo presidente, Juan Manuel Honrado, afirma que está a favor del festival en el casco antiguo y de su esencia: «No estamos en contra del Womad, pero queremos que se mejoren las condiciones y no admitimos la frase de que estos problemas son inevitables». Cree, por ejemplo, que desde los escenarios se pueden lanzar mensajes de concienciación antes de cada actuación.

Honrado reconoce que hay vecinos que quieren que el Womad salga del casco antiguo. Asimismo ve necesario «abrir un debate y que toda la gente implicada se manifieste».

Irse de Cáceres

«Queremos que la gente deje de orinar en la puerta de los vecinos», afirma y señala que hay residentes que se van de Cáceres durante el festival porque las molestias les afectan psicológicamente. Sobre los orines, reconoce que los inodoros portátiles «son vomitivos» y disuaden a muchas personas de su utilización. No obstante, admite que no puede haber un policía «detrás de cada ciudadano», pero ello no le impide pedir mejoras. Respecto del botellón, no cree que se pueda prohibir, pero lamenta que el festival se haya convertido en mera excusa para esa práctica de beber en la calle. «Estamos de acuerdo con la música, la cultura, lo que nos puedan aportar de bueno, pero debemos luchar contra el incivismo, la suciedad y la inseguridad», señala la asociación.

Por su parte, el concejal Rafael Mateos afirma que comparte la inquietud de estos vecinos y trasladará su propuesta de campaña de sensibilización a las reuniones con los responsables de la organización del festival. «Todos queremos un Womad mejor», dice y añade que es necesario «disfrutar del marco incomparable, pero respetándolo». Recuerda que el Consistorio se encarga de ceder el espacio, de la limpieza y del despliegue de la Policía Local, que se moviliza al completo. Mateos resalta que se colocan más de 40 urinarios portátiles y que la empresa de limpieza, Conyser, lleva a cabo un plan de choque. El concejal cree «muy complejo» plantearse prohibir el botellón, pero es partidario de «abrir un debate» sobre ello en el Consorcio Gran Teatro, al igual que sobre las mejoras que piden los vecinos y sobre la calidad del programa.

Julia Gonzalo, residente en la Plaza de Santiago, cree necesario hacer la campaña de concienciación, pero también que haya más urinarios portátiles y más limpieza: «nos encanta que la gente venga y que la parte antigua esté viva, pero con civismo y que no nos orinen en la misa puerta de casa». Pide además más calidad en el programa musical para evitar que la gente sólo le interese acudir para hacer botellón: «el programa está desfasado, lo han dejado morir de agonía y debería tener más calidad».

Guadalupe Jiménez, de 26 años, los mismos que el Womad de Cáceres, vive en la cuesta de Aldana y no se pierde ninguna edición. Aunque en su caso no sufre especiales problemas, reconoce que vecinos de otras calles sí se ven afectados por los orines y por ello cree necesario una mayor concienciación. «A mí me gusta la esencia del Womad, pero hay gente que viene a hacer botellón, aunque no toda, y es difícil de controlar», reconoce.

Hay vecinos que sufren directamente los orines y otras molestias y ni siquiera se muestran a favor del Womad, como Vicente Sánchez, que vive en la calle Gloria, una de las más afectadas por la suciedad, junto con Amargura: «esto no es Womad, es un botellón consentido», dice y añade: «a nadie le gusta que le meen en la puerta de su casa». Por ello es partidario de que el festival «se vaya a la cuidad monumental».

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