Borrar
Ayer llegaron 17 toneladas de productos de la empresa Herma, de Santiago del Campo. :: Jorge rey
El Banco de Alimentos se prepara  para recibir a la reina Sofía

El Banco de Alimentos se prepara para recibir a la reina Sofía

El 97% de los voluntarios son jubilados, que día a día consiguen que esta oenegé ayude a 9.500 cacereños

Sergio Lorenzo

Miércoles, 22 de marzo 2017, 07:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hombre de no muchas palabras, de mirada profunda, serio, riguroso, muy trabajador, Florencio Morán Valcárcel, a sus 81 años, es uno de los motores que impulsa el Banco de Alimentos de Cáceres, la oenegé que el próximo sábado visitará la reina Sofía dentro de las actividades que promueve su Fundación, y cuyos objetivos, entre otros, son la promoción, ayuda y desarrollo de las necesidades de hombres y mujeres y su plena integración.

La manera de trabajar de Florencio Morán llama la atención en las grandes recogidas de alimentos que lleva a cabo esta organización. En el corazón del descomunal edificio de Aldea Moret, va atando cabos y dando vueltas a la cabeza para que todos los alimentos lleguen al gran silo, desde donde se repartirán a gente necesitada de la provincia de Cáceres. Cuando se le pregunta por su capacidad de trabajo, cuenta sin problemas su secreto: «Poniendo interés, con tesón y trabajo se consiguen las cosas».

Antes de hacer, junto con otros como él, que se mueva a la perfección el engranaje del Banco de Alimentos, fue maquinista de Renfe. Conducía trenes desde Madrid. Responde de esta manera ante la cuestión de qué le movió a apuntarse a esta oenegé: «Al jubilarme pensé que la mejor manera de finalizar mi vida cotidiana era ayudando a los demás».

Lleva casi 12 años en el silo de Cáceres, aguantando el frío en las mañanas de invierno. Igual que él, otros voluntarios. «En el tiempo que llevó el Banco ha evolucionado mucho, cuando yo empecé estábamos aquí unas siete personas, y ahora somos muchos más, con unas instalaciones bien preparadas. Todo se ha conseguido gracias al presidente anterior y al actual. Se están consiguiendo muchas cosas, gracias también a los industriales de la zona, que nos ayudan mucho».

El silo del Banco de Alimentos abre de lunes a viernes de ocho de la mañana a una y media o dos de la tarde. El primero en llegar es Florencio Morán.

Suelen estar todos los días una veintena de personas, entre miembros de la directiva y colaboradores, trabajando en almacenar alimentos, comprobar la fecha de caducidad, plastificar productos preparados para entregar o recibirlos...

Ayer, a las doce del mediodía estaban recogiendo 17 toneladas de productos de limpieza que envió, en un camión de grandes dimensiones, la empresa Herma, ubicada en Santiago del Campo.

Uno de los que estaban ayudando en esa tarea era el voluntario José Francisco Pérez Valverde, natural de Cáceres que ahora está jubilado después de trabajar de camionero y taxista. «Una vez que me jubilé, hace cuatro años, vine por aquí, por el silo, unas navidades y pregunté si hacía falta gente para ayudar. Me dijeron que esperara unos días, a la recogida de final de año. Me avisaron y desde entonces estoy aquí, vengo todos los días. Para mí es una satisfacción echar una mano».

Pintura

El silo huele a pintura, acaban de dar una mano de color blanco a algunas de las paredes para tener buena presencia ante la visita de la reina Sofía el próximo sábado.

De un lado para otro se mueve el presidente del Banco de Alimentos, Juan Carlos Fernández Rincón, coronel retirado que va montando su plan de estrategia en la lucha contra el hambre en la provincia de Cáceres. «El 97% de los voluntarios que estamos en el día a día del Banco de Alimentos estamos jubilados o prejubilados; pero luego hay actividades en las que participan personas de todas las edades y muchos jóvenes, como la gran recogida de alimentos de final de año, en la que se moviliza a 1.200 voluntarios en toda la provincia».

En la actualidad el Banco de Alimentos de Cáceres recoge ayuda para unas 9.500 personas de 115 asociaciones. «El número ha disminuido algo porque la crisis ha bajado y hay gente que sale del umbral de la pobreza, también porque desde el año pasado llevamos un control muy exhaustivo de las personas que reciben la ayuda, con inspecciones a las asociaciones, entrevistas a las familias y con el IMAS».

Antes de volver al vientre frío del silo, Florencio Morán recalca que el cacereño es muy solidario. «Hace cuatro años, nos robaron unos 2.000 litros de aceite, y cuando se enteró el pueblo de Cáceres se volcó para darnos lo mismo que nos quitaron».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios