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Juan Carlos Simón ayer junto a parte de las tencas que hoy mismo llegarán a Madrid para repoblar el lago de la Casa de Campo. L. Cordero
20.000 tencas cacereñas para la Casa de Campo

20.000 tencas cacereñas para la Casa de Campo

Una piscifactoría cercana a Casar provee de esta especie autóctona al lago del gran jardín madrileño tras sus obras | Hoy tiene lugar la suelta oficial de los peces, después de que el vaciado del estanque obligara a sacrificar a 14.000 ejemplares

Cristina Núñez

Cáceres

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Jueves, 24 de enero 2019, 08:06

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El histórico lago de la Casa de Campo, uno de los pulmones verdes de Madrid, tiene desde hoy, mucho de cacereño. 20.000 tencas procedentes de una piscifactoría ubicada cerca de Casar de Cáceres harán suyo este estanque, que ha sufrido una potente remodelación y ha estado sin agua más de un año, desde noviembre de 2017 hasta el pasado mes de diciembre.

Tencas de Galilea, una empresa familiar que se puso en marcha hace cuatro años, va a proveer de esta especie al recinto, que tuvo que sacrificar a 14.000 peces durante el vaciado necesario para las obras. La mayoría de ellos eran de especies consideradas invasoras como las carpas, algo que se quiere revertir recurriendo a un pez típicamente de charca o pantano como es la tenca. «Allí la trucha no se da por las condiciones que tienen, la especie más idónea es ésta», cuenta Juan Carlos Simón, gerente de Tencas de Galilea. Está exultante por haber concretado la operación, que ha requerido todos sus esfuerzos. «Cuando estaban vaciando el lago me fui directamente a hablar con el Ayuntamiento de Madrid, porque no sabían muy bien que echar, les expliqué cual era el producto y el cometido de la tenca en nuestra región y aceptaron perfectamente, fue una buena idea», relata. Tiene «un orgullo que no te puedes ni imaginar».

Producto

«Son tencas que han estado criándose aquí y nosotros hemos tenido un primer pedido de 20.000», explica. «En Extremadura tenemos una oportunidad muy importante con la tenca, tenemos que convertirla en un símbolo de la buena gastronomía, como la torta del Casar o cualquier otro producto autóctono», detalla mientras asegura que la cría de esta especie necesita un proceso delicado y cuidadoso. Los peces cacereños que hoy se mudan de hábitat tienen una edad de cerca de un año. Llegarán a unas aguas que proceden de las lluvias (de arroyo de Meaques y del freático de la estación de Príncipe Pío), ya que se han buscado recursos hídricos alternativos para el llenado del vaso.

Un miembro de la empresa Tencas de Galilea, Marco Simón, su hijo, será el encargado de representar a la empresa en el acto público que se va a celebrar hoy en el propio lago de la Casa de Campo, que contará con la presencia de la directora general de parques y zonas verdes del Ayuntamiento de Madrid, Beatriz García. También están invitados niños de colegios de distritos próximos a esta zona del oeste de Madrid. El Ayuntamiento cuenta con programas específicos de pesca recreativa y terapéutica con retorno (sin muerte) para personas con discapacidad y mayores, que acuden a este estanque.

Juan Carlos Simón aspira a que además de habitar las aguas de este lago, la tenca pueda también extenderse gastronómicamente. «Hay ocho kioscos, ocho restaurantes alrededor del lago, así que tenemos que hacer promoción culinaria». El pez autóctono de la comarca del Tajo-Salor, que se degusta con fruición en la tradicional fiesta de la tenca, a la que esta piscifactoría aporta una importante parte de materia prima, quiere conquistar también los paladares madrileños.

Traslado

A las seis de la mañana de hoy mismo, en tres depósitos con bombonas de oxígeno y agua clara, según describe Simón, las 20.000 tencas cubrirán los 300 kilómetros que separan Casar de Cáceres de la capital. La suelta tendrá lugar a las diez de la mañana.

«Fui al Ayuntamiento de Madrid, les propuse este producto y aceptaron»

La trayectoria de Tencas de Galilea ha sido ascendente en estos cuatro años, en los que han logrado producir dos millones de ejemplares. Nacida con la intención de cubrir las necesidades de la región, actualmente ya distribuyen en Barcelona y en todas las provincias de Castilla y León. Todo un éxito económico y personal, ya que Juan Carlos Simón, rodeado de su familia, montó esta empresa con la intención de hacer frente a la crisis y de conseguir que la única solución para sobrevivir no fuera salir de Extremadura. Belén Álvarez, su mujer, es la propietaria. Participan también sus hijos, los mellizos Cristina y Marcos, y hay seis personas más trabajando en una finca de cinco hectáreas construida codo a codo: Eugenio Rebollo, Sixto Rosado, Nino Ramírez, Fulgencio Parral, Luis Iglesias y Manuel Vega. Han logrado mantener todos los empleos.

La finca, salpicada de palmeras y a la que califica como 'El Oasis de Belén', como homenaje a su esposa, cuenta con un sistema de lagunas vegetales para sacar tencas en semi extensivo. Buscan un concepto tradicional, mueven el agua de sus charcas, lo que proporciona una oxigenación que hace aflorar las algas. Ese es el alimento de insectos y larvas de los que las tencas se alimentan, además del complemento de cereales que les aportan desde el exterior.

El lago de la Casa de Campo, un entorno renacentista que perteneció a la Casa Real hasta la II República, tiene unas dimensiones de ocho hectáreas y ha recibido una inversión de 2,6 millones de euros, con los que se han arreglado las grietas en el vaso y en el muro de contención. Desde el año 1982 no se había llevado a cabo una rehabilitación integral, aunque en junio de 1995 también se vació y estuvo sin agua hasta febrero de 1997. Sus nuevas aguas albergan ahora nueva vida con sello cacereño.

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