Vuelve el repeinado que pide dinero en Badajoz diciendo ser veterinario
Engaño. Actúa en toda la ciudad y llama al portero asegurando ser un vecino del bloque que necesita dinero de forma urgente para coger un taxi
«Soy Antonio, el marido de Maricarmen, el vecino del 5ºC. ¿Sabes quién soy?. Es que he salido de casa y me he dejado dentro ... las llaves de casa y del coche, pero como soy veterinario y tengo una urgencia, necesito que me prestes 20 euros para un taxi. Que después te devuelvo el dinero. Me conoces, ¿no? Soy el repeinado».
Esta es la presentación que oyó una vecina de Valdepasillas esta semana de un completo desconocido, que no era residente en el bloque ni amigo. No le entregó dinero, pero estuvo un rato negándose a ello y al final se quedó con la duda de si había negado ayuda a un inquilino del edificio. Preguntó después al presidente de su comunidad, quien le confirmó que no había ningún vecino en el 5ºC ni con ese nombre ni con el aspecto que ella había visto a través del teleporterillo. Le comentó que hacía poco había obtenido unos cuantos euros con un engaño similar de otra señora en la misma zona de Badajoz.
A este hombre moreno, bien vestido y de mediana edad, lo conocen la Policía Nacional y la Local, pero no suelen recibir denuncias porque pide cantidades de dinero reducidas con formas educadas. Así que no constan denuncias en su contra.
Desde Aspolobba, el sindicato de la Policía Local, recuerdan que también actúa en las inmediaciones de los cajeros cuando hay personas mayores sacando dinero. «Yo mismo lo he visto», dice desde este sindicato Manuel Manzano, quien ha pedido en alguna ocasión a los ancianos que sean cuidadosos a la hora de usar el cajero. Manzano destaca la buena presencia del hombre, lo que hace que a algunas personas no se les enciendan las alarmas cuando se acerca. «Va súper bien arreglado».
A otra mujer le sacó 20 euros esta primavera en la zona centro. Llamó a su portero automático haciéndose pasar por un vecino del bloque. «Mi mujer ha tenido una emergencia, nos hemos ido a urgencias corriendo, he venido a casa en taxi, pero no traigo dinero porque salimos pitando antes y no me llevé la cartera. Déjame 20 euros para pagar el taxi, que después te los damos».
Coincidió que la víctima del engaño salía de su casa y le dijo que se veían abajo. Le esperaba en el portal para repetirle la misma historia. No lo conocía, pero le insistió tanto, le vio «tan repeinado» y ella tenía tanta prisa que al final le dio el billete que llevaba en la cartera para que la dejara tranquila.
Cuando el hombre se marchó, se le acercó el propietario de un negocio cercano para decirle que acababan de tomarle el pelo. Ella se montó en su coche y trató de seguirlo, pero ya no le alcanzó porque se metió por las calles en las que el tráfico iba en dirección contraria.
A esta mujer se le acercó entonces una chica joven al coche y le dijo que esta persona llevaba tiempo por la zona, repitiendo el timo y consiguiendo pequeñas cantidades de dinero de gente que cree las historias y actúa de buena fe.
No solo lo hace en el Casco Antiguo, el centro o Valdepasillas, hasta HOY han llegado relatos desde la Margen Derecha o Las Vaguadas.
Los afectados destacan que da tantas vueltas a la conversación, repite tantas veces que es conocido o residente en el bloque e insiste en que le conoces, que de tanto oírlo al final dudan y terminan abriendo la cartera.
Cristina Herrera
Hace unos meses llegó hasta la vivienda de la ex delegada del Gobierno, Cristina Herrera, a quien se presentó como amigo de un amigo de ella, veterinario, y esta también terminó cediendo.
Los veterinarios saben del engaño. A Carlos Garzón lo ha nombrado en varias ocasiones, su clínica está en Valdepasillas. También lo ha citado en Las Vaguadas, donde reside.
«Es conocido en clínicas de la ciudad porque lleva meses haciéndose pasar por veterinario o conocido de veterinario y tratando de engañar a la gente», explica. De hecho, el propio Carlos es afectado. Ha nombrado sus dos clínicas, aunque no conoce a nadie que haya atendido su petición.
«Hace mes y medio aproximadamente llamó al telefonillo del portal que está al lado de la clínica, en la plaza Isabel de Portugal, haciéndose pasar por el veterinario. La vecina no le abrió porque le sonó raro y después bajó a contárnoslo», explica Carlos Garzón. «Le dijo que él había venido a atender una urgencia y se le había cerrado la puerta de la clínica con todo dentro, por eso le pedía dinero para ir a San Roque, que era donde vivía», relata este veterinario. «Alucino».
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