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Alumnos de las Josefinas con botellas de aluminio y fiambreras en su primer día de clases. :: JOSÉ VICENTE ARNELAS
Vuelta al cole con tartera

Vuelta al cole con tartera

Los colegios se suman a la campaña 'Recreos residuos cero' y piden evitar los envoltorios de plástico para los desayunos

Rocío Romero

Badajoz

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Lunes, 16 de septiembre 2019, 08:06

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Fin a las pelotas de papel de aluminio en los recreos. Adiós a la última pelea con el rollo de plástico a prisa y corriendo por la mañana. Relevo a las botellas de agua de 33 centilitros de un solo uso.

Varios colegios de la ciudad piden este curso que los alumnos recuperen las tarteras y vuelvan a las cantimploras. Las botellas son ahora de aluminio y llevan fundas de muñecos para mantenerlas fría y hay fiambreras con forma de sandwich o de plátano. Pero son las mismas de toda la vida.

El objetivo es concienciar a los menores sobre los riesgos que afronta el medio ambiente y educarlos sobre el exceso de plásticos que se tiran a la basura.

El colegio Lope de Vega es uno de los que se ha sumado. Los padres han recibido unos folletos con el programa 'Recreos residuos cero'. Ahí se indica que es una iniciativa de 'Teachers for Future Spain' (Profesores por el futuro en España) para que los colegios reduzcan la enorme cantidad de residuos que generan cada vez que los niños desayunan. Desde este mes les piden no llevar bricks, pajitas, ni papel de plástico o aluminio, como tampoco bollería industrial. La propuesta es cambiar todo esto por frutas y verduras dentro de envases reutilizables.

En Las Josefinas echan cuentas. Si tienen 1.200 alumnos y cada uno lleva una botella de agua nueva cada semana de las 36 lectivas, a final de curso han tirado 432.000 a la basura. Y eso solo en uno de los colegios de la ciudad.

Por eso Mabel Ortega, profesora de Biología del centro, quiere ponerle las pilas (sin contaminar) a los alumnos. Desde primero de Infantil a Segundo de Bachillerato es mejor que lleven botellas de aluminio. También a sus compañeros profesores, dice mientras saca una de la mochila. Además, hace una recomendación a los padres. En lugar de comprar paquetes de dulces que contienen otros envueltos de forma individual, propone envases mayores y llevar los dulces al cole en las fiambreras. «Así se ahorra dinero y plástico», explica. En muchos casos, además, los padres meten esas bolsas individuales en otras bolsas (también de plástico) para llevarlas a la clase. «Al final usan mucho plástico», explica.

Con esta iniciativa «se reducen residuos, se toman menos componentes tóxicos que llevan algunos recipientes desechables, se ahorra dinero y se ayuda al medioambiente», valora Mabel Ortega.

El objetivo es reducir los desechos, y si no se puede, reciclar. De hecho, tiene previsto pesar los contenedores cada semana para ver si entre todos van echando menos restos a la basura.

Los Maristas también se ha sumado. Han comenzado con los alumnos de Infantil y la idea es ir extendiendo la iniciativa a otros cursos. El jefe de estudios de Infantil y Primaria, Olmo Silos, explica que la iniciativa forma parte de un proyecto Erasmus+ llamado 'Cuídate/cuídanos 2018-2020' donde se trabajan cosas tan dispares que van de la resolución de conflictos entre compañeros al cuidado del medio ambiente, que es donde se encuadra esta medida. De momento, a los 225 alumnos de Infantil ya les han pedido que lleven las meriendas de media mañana en táper.

El AMPA del colegio de Los Glacis apunta a las recomendaciones del grupo 'Madres por el clima Badajoz'. Estas proponen usar servilletas y bolsas de tela para envolver los bocatas, además de las fiambreras y las botellas de acero inoxidable. Si es plástico, advierten, hay que mirar que no tenga BPA en su composición. Apuestan por nuevos materiales, frutas y verduras. Y también quieren cambiar las servilletas de papel por las de algodón.

Carolina González es la promotora de este grupo, que suma unas 60 familias cinco meses después de formarse. También surgió a raíz del movimiento 'Teachers por future in Spain', que tuvo eco en los padres por todo el país. Su objetivo es apoyar políticas sostenibles. Con las meriendas quieren fomentar que no solo sean saludables, (olvidando la bollería y optando por dulces hechos en casa y frutas), sino que también sean sostenibles y no dañen al medio ambiente. Estas madres ya han dado algunas charlas en colegios de la ciudad, como el Luis de Morales. Tienen previsto acudir a más centros y organizar actividades paralelas. Además, Carolina Rodríguez invita a los padres a sumarse al grupo. Los hombres son bienvenidos.

Tres papeleras en clase

Las clases del colegio de Los Glacis cuentan con tres papeleras en cada clase para que los pequeños aprendan a reciclar. La profesora Carmen Tejero va más allá de los desayunos y hace hincapié en que se puede ayudar al medio ambiente en la compra del material escolar. Ella tomó la idea de un instituto de la ciudad donde apuestan por gestos como sustituir los rotuladores por lápices de colores, optar por bolis recargables o hechos con material reciclado, así como decantarse por carpetas de cartón en lugar de plástico y forrar los libros con papel. Sacapuntas de metal o madera; archivadores de tela, lápices para subrayar y gomas sin plásticos son otras indicaciones para afrontar el nuevo curso.

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