Los vecinos piden una reparación integral de las aceras de la avenida

La actuación que lleva a cabo el Ayuntamiento de Badajoz en Sinforiano Madroñero permitirá mejorar la situación de los alcorques, pero esa obra no termina con las serias deficiencias que afectan a las aceras de esta transitada avenida.

Baldosas sueltas hay en todos sus tramos, pero la zona que se encuentra en peor estado es la comprendida entre la rotonda de la bandera y la de los corazones, concretamente la acera que queda a la derecha cuando se circula en sentido a la carretera de Olivenza.

En ese tramo hay pronunciadas ondulaciones, desniveles de varios centímetros que provocan tropezones y baldosas rotas.

Carlos Criado, que vive en el número 15 de la avenida, reconoce que en esa zona las reparaciones son frecuentes. «Levantan muchas veces pero las aceras no quedan bien».

En su opinión, parte de la solución pasaría por habilitar pasos reforzados para los vehículos que acceden a los garajes. De ese modo, el suelo no se hundiría y el paso de los peatones quedaría garantizado sin riesgo a caídas.

El problema, apunta este vecino, es que los hundimientos están por todas partes. «Esta zona está fatal, deberían hacer una actuación a fondo».

Una opinión parecida tiene Jesús, un vecino de Huerta Rosales que acostumbra a caminar por Sinforiano Madroñero. «Es curioso pero hace dos navidades una sobrina mía de 4 años que vive en Burgos me dijo una frase que no se me olvida: 'Tío Chuli, lo roto que está Badajoz'».

Este vecino cree que esa apreciación, hecha por una niña, resume la situación de las aceras de la ciudad. «Tal y como está este tramo de Sinforiano Madroñero habría que levantarlo todo y hacer aceras nuevas».

Manuel Gañán Torrescusa era algo más benevolente. «Las aceras están regular, hay que caminar con cuidado porque algunas baldosas están flojas. Pero tan mal no está la avenida».

Su apreciación tiene cierto sentido puesto que los otros cinco tramos de la avenida, sin estar perfectos, se encuentran en mejor estado. Sin embargo, también en esos tramos es frecuente pisar baldosas sueltas como las que hay justo a las puertas de la clínica Vimedical. «También hay muchas que se mueven detrás de la librería», advierte Laura Vaca, que trabaja en esa clínica.