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REDACCIÓN
BADAJOZ.
Sábado, 17 de agosto 2019, 09:13
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Los vecinos de María Auxiliadora deciden hacer una barbacoa. Cierran con coches ambos extremos de la calle, colocan las parrillas con carbón, unas sillas y se ponen a comer chorizos en plena vía pública. Los residentes de Segura Otaño no encuentran aparcamiento en la zona y deciden cortar la calle para estacionar sus vehículos. En Santa Marina se celebra un cumpleaños, así que interrumpen el tráfico para poner mesas, globos y comerse la tarta. Parecen escenas impensables, pero solo por la ubicación. Exactamente lo mismo ocurre regularmente en las calles Costanilla, Brocense y Afligidos, en el Casco Antiguo.
Un paseo cualquier tarde con buena temperatura sirve para encontrar cinco o seis calles de este barrio cortadas por los propios vecinos. El recorrido puede empezar subiendo por Eugenio Hermoso. Esta vía es la única forma de acceder al Campillo porque la calle Costanilla está cortada seis meses al año. Es el tiempo que los vecinos de una de sus casas sacan sillones y sillas para interrumpir el tráfico. Ocasionalmente también colocan coches en ambos extremos de la vía para convertirla en un patio privado. En primavera la Policía Local tuvo que desplazarse a este punto porque, hasta en dos ocasiones la misma semana, sacaron una parrilla a la calle para organizar una barbacoa. Cuando los agentes interrumpieron esta actividad, amenazaron a gritos a los vecinos de la zona por llamar a la policía.
Siguiendo el recorrido por la calle Concepción Arenal, ambas aceras son impracticables. Los peatones deben andar por la calzada porque a la derecha hay una mesa con sillas donde los vecinos juegan a las cartas y a la izquierda hay varios coches aparcados sobre la aceras.
Fernando | Vecino del Casco Antiguo
José Manuel | Vecino del Casco Antiguo
El cruce de San Juan con Moreno Zancudo es un punto habitual de subida de turistas y vecinos hacia la Plaza Alta. Cuando lo hacen pueden ver a su derecha el perfil de la Torre Espantaperros asomando por la calle Brocense. Esta es una de las vías que más horas está cortada. Prácticamente es una calle prohibida. A diario hay coches aparcados, aunque está cerrada al tráfico y vecinos que sacan mobiliario a la calle.
También desde ese cruce se puede girar con el coche por la calle San Gabriel hacia Arco Agüero, aunque solo a veces. En ocasiones es imposible transitar que por esta vía, paralela a San Juan, porque los propietarios de una casa suelen sacar una piscina hinchable y llenarla de agua en plena vía. Otros días la instalan cortando la calle Amparo.
Otra vía con graves problemas de tráfico es Luis de Morales, a pesar de ser una salida del parking de Santa María. En esta calle solo se puede circular en sentido descendente, es decir, desde San Pedro de Alcántara hacia el río. Sin embargo, es práctica habitual que los conductores suban en sentido contrario o aparquen sin dejar espacio para que el resto circule.
El repaso termina en uno de los casos más graves del Casco Antiguo, la calle Afligidos. El tramo entre Benegas y Eugenio Hermoso funciona como una calle privada, prácticamente es imposible pasar por allí porque siempre está cortada por coches mal aparcados. El Ayuntamiento instaló pivotes para impedir que los vehículos se subiesen a la acera y el resultado ha sido que siguen estacionando, pero cortando el tráfico.
HOY ha entrevistado a cuatro vecinos del Casco Antiguo que sufren en primera persona el corte de sus calles. Son Carmen, David, Fernando y José Manuel. Son nombres ficticios. No pueden dar los reales por miedo a las represalias de sus propios vecinos. En el Casco Antiguo ha habido casos de amenazas, daños a los vehículos e incluso ataques a las casas de los residentes que han llamado a la policía.
Carmen lo sabe. Durante un tiempo intentó negociar con sus vecinos para que no cortasen su calle y también ha tenido enfrentamientos. En la actualidad cree que la situación ha empeorado. «Casi siempre está cortada y lo hemos asimilado. No puedes pasar con el coche por tu calle y tampoco la gente mayor porque no es accesible».
«Aunque sea pleno verano, por las noches no puedes abrir una ventana porque el ruido no te deja escuchar la tele. La calle es suya, es un anexo de su casa, una habitación más y no tienen ninguna empatía con los demás. Yo me he criado en un pueblo y jugábamos en la calle, pero a una hora normal, tu madre te mandaba dentro y había silencio. Aquí da igual la hora, y cuando se marchan, dejan toda la basura en la calle. Si comen pizzas, las cajas. Si celebran un cumpleaños, todo queda por en medio...», se lamenta esta vecina.
Carmen dice que usan un truco para hacer trampa. Dejan el coche mal colocado y ponen una multa antigua en el capó para que la policía piense que ya les ha sancionado. Las multas, sin embargo, no son muy efectivas, según advierten los vecinos. Es habitual que las rompan y las tiren al suelo.
David, otro vecino afectado, propone al Ayuntamiento que adquiera cepos e inmovilice los coches infractores para obligar a los responsables a pagar la sanción antes de liberar el vehículo, ya que la grúa no pueden entrar en las calles estrechas.
El problema de fondo, indica David, son las drogas. «Gran parte de los vecinos que cortan calles y tienen esos comportamientos están relacionados con el narcotráfico. Este es su barrio y hacen lo que quieren», se lamenta. «Es el mal del Casco Antiguo. Echan a la gente que vive aquí e impiden que vengan los que quisieran vivir en el este barrio».
Fernando, por su parte, cree que el problema es que no hay una política activa para cortar este problema. «Solo puedes llamar a la policía y no siempre pueden venir. A veces están en otras labores, pero esto es peligroso. Me duele tener que llamar a la policía, pero con las calles cortadas no puede pasar los bomberos o una ambulancia».
Este afectado señala otro obstáculos para los residentes, las obras. «Hay una reforma grande, como la de San Andrés, y cortan la plaza y luego hay reformas pequeñas que cierran otras calles y te encuentras atrapado sin poder entrar o salir a tu casa porque no hay una coordinación del tráfico».
José Manuel, por último, señala que otra de las consecuencias es la suciedad. «Dejan las calles hechas auténticas pocilgas. Hay tramos que están pegajosos». Este residente del centro también pide mayor dureza a la hora de perseguir a los infractores, por ejemplo, con las sanciones y asegurándose de que las paguen. «Si no pueden pagar las multas porque son insolventes, ¿por qué tienen un Audi?».
Desde el Ayuntamiento de Badajoz indican que la Policía Local es consciente de este problema en el Casco Antiguo y que siempre que reciben una denuncia, acuden. También saben que la conducta se repite cuando se marchan, pero insisten en que sancionan todo lo que detectan.
En cuanto a la Comisaría de Montesinos, durante agosto solo está abierta por las mañanas de lunes a viernes. Para los vecinos es insuficiente, ya que los conflictos son por la noche y los fines de semana. El Consistorio mantiene su compromiso de reforzar la presencia policial en esta comisaría, que actualmente está siendo reformada con una obra, cuando se incorporen los nuevos policías que van a ampliar la plantilla.
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