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Playa de Cheles, a orillas del Gran Lago de Alqueva . JUAN MIGUEL MÉNDEZ
Sumando playas

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ASÍ NOS VA ·

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Jueves, 9 de mayo 2019, 08:02

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Cuando tocaba remojón, de pequeño me llevaban a Proserpina y de mayor a Campomayor. Entre una época y otra me zambullía en algún brazo del Guadiana o nadaba por un pantano de La Siberia. No se veía el fondo, pero aquellos baños de agua dulce nunca los olvido.

Entonces una gran playa interior estaba por llenarse. Desde 2002 tenemos Alqueva. He conocido su costa a través de reportajes en los que pretendía averiguar si por fin le sacábamos partido a ese inmenso embalse cuyo nombre comercial ya es Gran Lago. Más allá de sus usos para regar, concluí que en Portugal estaban siendo más audaces. Por eso en 2017 surgieron playas punteras como las de Mourao o Monsaraz, a apenas una hora de Badajoz. En cuanto a los navegantes, en el lado extremeño se apañan con los servicios y pantalanes al alza de Villareal, junto a Olivenza, pero la Marina de Amieira, en la orilla portuguesa, sigue siendo la referencia.

A partir de ahora tenemos bandera azul en la playa de Cheles, pero esto no es más que un trapo atado a un mástil, en realidad la playa y sus bañistas ya estaban ahí hace varios veranos. Es cierto que las administraciones han invertido. Unos llevaron camiones con arena, otros pusieron las sombrillas y merenderos, se desbrozó el aparcamiento, se bacheó el acceso... pero si no hay alguien que anime el lugar y trate de reinventarlo cada temporada la playa se viene abajo.

Esa persona es José Manuel Troca, que en tiempos llevó el chiringuito y defendía sus atardeceres equiparándolos a los de Ibiza. Promovió una pista de voley playa, alquiler de embarcaciones, tirolina, atracciones flotantes o rutas de contrabandistas nocturnas. Ayer me decía que ahora está preparando travesías a medida por el Gran Lago y que ya se ha fijado en la playa portuguesa de enfrente, la de Montejunto. Allí piensa preparar otra playa natural, sin hormigón, solo con madera, una alternativa más para nuestros áridos veranos de interior y que toda esa agua junta que tenemos al lado de casa deje de ser un desierto.

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