Siete décadas de puntadas en la sastrería Velázquez de Badajoz
Por este histórico negocio pacense han pasado dos generaciones de comerciantes y ahora el Ayuntamiento de Badajoz reconoce su trayectoria
En la sastrería Velázquez tienen que comprar una tarta casi kilométrica para poder poner 70 velas y celebrar el aniversario de su apertura. Este histórico negocio mantiene sus puertas abiertas en el Casco Antiguo de Badajoz y ahora cumple 70 años dando puntadas entre trajes realizados a medida para diferentes generaciones de pacenses.
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Por este emblemático establecimiento, ubicado en la calle Santo Domingo, han pasado dos generaciones de comerciantes y ahora el Ayuntamiento de Badajoz ha reconocido su trayectoria con un homenaje que pretende resaltar «su compromiso con los clientes y la ciudad».
Este viernes el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, ha acudido a esta sastrería para entregarle una placa conmemorativa por estos 70 años de vida. «Hoy hemos querido reconocerles su trabajo y su legado. Gracias Felipe», ha expresado el regidor a través de sus redes sociales tras el acto y la visita a este comercio familiar.
La sastrería Velázquez es uno de los negocios más conocidos de Badajoz y al frente de la misma se encuentra actualmente Felipe Velázquez. El actual responsable de este espacio fue el encargado de recoger este viernes la placa honorífica de manos del regidor de la ciudad. Felipe lleva toda una vida rodeado de hilos, agujas y trajes. Ha cumplido ya 30 años al frente de la empresa que fundó su padre en 1954. «Mi padre empezó de la nada, sin los recursos económicos que yo he podido tener, con todo establecido», contaba a HOY hace ahora diez años.
Velázquez ha relatado en varias ocasiones que antes era bastante habitual que la gente se hiciera trajes a medida, y aunque la competencia era mayor había clientes para todos. Las mujeres también eran asiduas a este taller, pero la feroz competencia de las franquicias y el vaivén de las tendencias provocaron que su padre decidiera centrarse en el armario del hombre.
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Este negocio se ha ido adaptando a los nuevos tiempos y a las necesidades de la clientela, por eso la producción propia ha ido también dejando hueco a marcas de ropa conocidas. Además ahora venden prendas sueltas y ofrecen servicios impensables hace 70 años, como el alquiler de chaqués y esmoquin. El secreto para mantener el tipo estos 70 años y seguir funcionando con el paso de los años está al otro lado del mostrador. «Nuestros clientes son fieles», ha afirmado Velázquez en alguna ocasión.
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