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«La avalancha se debió a la psicosis»

«La avalancha se debió a la psicosis»

«La gente nos dijo que había tiros, golpes, detonaciones y fuego», recuerda Marcos Sánchez, el oficial que consiguió tranquilizar a la multitud

Natalia Reigadas

Miércoles, 30 de marzo 2016, 00:20

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«De una cosa mínima, un golpe en una puerta, hoy en día, con la psicosis social que hay, todo se magnificó». Lo explica Marcos Sánchez, uno de los policías locales que intervino en la avalancha que se produjo el Viernes Santo durante la procesión de la Soledad. Añade que fue una psicosis provocada por el miedo a un atentado debido a los ataques constantes que se ven en los medios de comunicación. Los golpes llevaron a los gritos. Todos pensaban en una bomba. «Y han aprendido por la prensa que suele haber varias explosiones, así que corrieron».

El rostro de este oficial se ha hecho muy popular gracias al vídeo en el que se ve cómo coge un megáfono y tranquiliza a los vecinos. Pide a los nazarenos que vuelvan y que se retome la procesión. Lo logró. Y todo quedó en un susto.

Marcos Sánchez tiene 35 años y suma 15 en el cuerpo. Lo lleva en la sangre. Su padre es policía nacional y él siempre ha tenido claro cuál era su vocación.

El viernes por la noche estaba patrullando los alrededores de la procesión por seguridad. Pasaba por Plaza de España cuando por radio les avisaron de que había una avalancha. «Los compañeros que estaban en Soto Mancera cortando la calle porque subía la procesión por San Pedro de Alcántara nos avisaron de que se había producido una gran estampida y que no sabían de dónde venía».

Estaban tres parejas con el jefe de servicio y se dividieron. Una de ellas subió por la calle El Brocense, otra por Soto Mancera y otra por San Pedro de Alcántara. «Para intentar ver qué altercado había sido».

¿Qué se le pasa a uno por la cabeza en ese momento? ¿Que es una bomba? «Sinceramente, nada», contesta este oficial. «Con la adrenalina solo piensas en intentar llegar lo más rápido posible. Hablamos con varias personas que en segundos te dicen: tiros, golpes, detonaciones, fuego. Ya vas hilando, dentro de la perspectiva policial, si es un conato de bulo o qué ha pasado».

Fueron conscientes de que no había nada grave gracias a las comunicaciones por radio entre compañeros. Descartaron las hipótesis más graves. «Si hubiera habido detonaciones, son muy claras, muy estruendosas y habría sangre, heridos. Los únicos que encontramos eran personas que se había caído con roces y ataques de ansiedad».

El peor momento

Todo quedó en un susto, pero vivieron momentos complicados. El peor fue el caos. Este policía recuerda, por ejemplo, gente mayor que se cayó y niños que se habían separado de sus padres. Se perdieron varios en el tumulto, pero pronto dieron con sus familias. También localizaron tres bolsos extraviados.

«Por fin nos confirmaron que se produjo una reyerta y que uno de los implicados había golpeado una puerta metálica de San Pedro de Alcántara». El siguiente paso fue tranquilizar a los vecinos. Marcos Sánchez busco al Hermano Mayor de la Soledad, le pidió su colaboración, cogió un megáfono y logró que la procesión siguiese adelante. Este policía explica que se valió de la formación que han recibido para actuar ante las multitudes.

«Badajoz en los últimos años cada vez tiene más concentraciones multitudinarias. Hemos pasado de tener la maratón, Carnaval y la feria a muchos más eventos, así que se ha intensificado nuestra formación en concentración de masas. A través de jefatura cada vez nos formamos más en este sentido».

Sánchez concluye que solo fue una cuestión de miedo, algo que no recuerda haber vivido hasta ahora. «Tenemos lo que hay en la prensa todos los días. Muchísimos ataques en muchos sitios. Todo el mundo piensa que no le va a tocar. Pero ves la Semana Santa de Badajoz y piensas, ¿por qué no?».

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