Quince años de una pareja muy payasa

Actualmente están inmersos en los bolos de 'Vive el verano' de Badajoz, en los que llevan trabajando desde 2008. La última actuación de la pareja en el programa del Ayuntamiento será el próximo miércoles 16 de agosto a las 19 horas en el salón de actos de la Rucab.

Con el horario de tarde facilitan la asistencia para aquellas familias que trabajan por la mañana, lo que provoca un aumento de público muy notable.

«No nos podemos quejar porque tenemos un público fantástico que nos arropa mucho en las actuaciones, por lo que casi siempre el salón se llena. En las últimas actuaciones por la tarde, mucha gente se quedó fuera porque el aforo se completó».

«'Vive el verano' antes tenía su lugar fijo en el parque de Castelar, donde iban todas las compañías a actuar. A raíz de la pandemia, se dejó de hacer allí y la Fundación CB nos abrió las puertas de la Rucab. Al principio lo hacíamos en las zonas ajardinadas al aire libre y tras la eliminación de las restricciones, lo comenzamos en el salón de actos», explica Olivas.

«Creo que Vacas y yo hemos creado una forma de vida muy bonita y familiar». Este estilo de vida lo disfrutan junto a la que consideran su 'mayor fan': su hija de 6 años.

Y al igual que ella, decenas de familias se divierten semanalmente en los bolos que Olivas y Vacas ofrecen.

Les gusta trabajar para un público familiar. «No es solo una actuación para los más pequeños, si no que queremos que los padres y abuelos también se diviertan. Queremos que cuando acompañen a los niños, ellos disfruten también».

Ofrecen una historia que los niños son capaces de seguir y entender, pero a la vez tienen chistes y un punto de conexión con el público adulto. «Así es como creamos este ambiente tan especial en el que todo el mundo se divierte y del que nos nutrimos los payasos».

La andadura profesional que acumulan es fruto de un cúmulo de casualidades sumadas a la perseverancia de ambos por continuar en el mundo del espectáculo.

«Comencé en un curso de ocio y tiempo libre con la Escuela de Animación Libre de Extremadura. A partir de ahí mi pareja y yo hicimos talleres y nos comenzaron a ofrecer trabajos como animadores. Empezamos a jugar con la animación, con el payaso y nos acercamos cada vez más a este mundo», rememora Olivas.

'Brocolina y Vacasflakas' se inició de manera azarosa. «Tomamos unos personajes y empezamos a jugar con ellos. No nos limitamos a hacer juegos o globos, si no que ofrecíamos algunos gags, abriéndonos a toda la familia más allá de los 'peques'».

Así, poco a poco, fue como de manera natural comenzaron a crear escenas, lo que derivó en una actuación de pequeño formato.

El nombre artístico del dúo surgió al darle vida a un personaje. «Comenzamos con un juego de palabras: 'Vacasflakas y Cristirillas'.Con el paso del tiempo encontré el nombre de 'Brocolina'. vimos que funcionaba y los niños enseguida lo aprendieron».

Sus trabajos traspasan la frontera de la región, aunque celebran «tener la suerte de trabajar mucho en Extremadura». Acumulan actuaciones en festivales como el Otoño Clown de Madrid, en los Sanfermines, en las cabalgatas de Reyes de Asturias…

Años de experiencias y trabajo llevaron a esta pareja a formar en 2014 el 'Espacio La Rota', un lugar de creación artística de Badajoz.

«Al principio era un colectivo artístico de payasos y de otras artes, pero se fue deshaciendo. Nos quedamos Vacas y yo, y a raíz de ahí mucha gente nos solicitaba formación para los niños, así que nos planteamos hacer talleres».

Las clases las impartían, en un primer momento, de manera esporádica y funcionaban muy bien, por lo que terminó siendo una «manera para estabilizarse en el circo». «Vacas estudió Dirección teatral y dramaturgia y yo dejé mi puesto de Trabajadora Social para lanzarnos a la aventura y dedicarnos a lo que nos apasionaba de verdad. Nos formamos en Pedagogía y en otras vertientes pero sin dejar el circo de lado».

En La Rota ofrecen formaciones en verano y durante el curso escolar. En el periodo estival los talleres son «de carácter más lúdico». Las clases que se imparten a lo largo del año lectivo siguen una metodología «más gestionada y estructurada» con la que forman a los alumnos.

«Lo que queremos es que todos los chicos y chicas que vienen prueben todas las disciplinas: el trapecio, las telas, equilibrio, malabares, acrobacias de suelo… que jueguen, que se diviertan y que utilicen el circo como una manera de diversión y aprendizaje».

Vacas y Olivas continúan con sus pasión, disfrutando al ver «a los niños divertirse y entrar en la historia, a los abuelos decir lo bien que se lo han pasado o a personas que están en un mal momento y consideran las actuaciones un chute de energía».

«El circo te tiene que enganchar, es una sensación que llevamos dentro los artistas y necesitamos expresar de alguna forma. Ser payaso es un trabajo muy cercano a todas las edades, tienen un punto de superación personal y te permite contar una historia que cada uno interpreta a su manera».