Las psicólogas ven creíble la denuncia contra el acusado de abusar de sus hijas juzgado en Badajoz

Las dos psicólogas y las dos trabajadoras sociales que se entrevistaron con las jóvenes que acusan a su padre de haber agredido y abusado sexualmente de ellas creen que el relato de las denunciantes es creíble. Así lo manifestaron este martes ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Badajoz que juzga a un hombre de 52 años para el que la Fiscalía pide 47 de prisión.

Las cuatro especialistas del Instituto de Medicina Legal de Badajoz que analizaron a las cinco personas implicadas en este caso (el acusado, su esposa y sus tres hijas) por encargo del juzgado dijeron este martes que el perfil del procesado coincide con el de un hombre autoritario que utiliza la violencia psíquica para atemorizar a su esposa y a sus hijas, creando un clima de terror que le permitió doblegar la voluntad de su hija desde que tenía 14 años para que mantuviera relaciones sexuales.

Las psicólogas detallaron que cuando exploraron a la madre detectaron síntomas de trastorno ansioso-depresivo que se corresponden con el de una mujer que sufre violencia psicológica y emocional.

De hija mayor, supuesta víctima de un delito de agresión sexual continuada, dijeron que aunque era consciente de que la relación que tenía con su padre «no era sana», se sentía amedrentada porque él le decía que si no accedía a mantener relaciones contaría «que era una puta» en un pueblo que no llegaba a los 3.000 habitantes. «Accedía también para que le pagara sus gastos».

En cuanto a la hija pequeña, que lo acusa de haber abusado de ella en tres ocasiones, las psicólogas explicaron que sufría «una clara indefensión aprendida».

Distinta fue la valoración que hicieron de la hija de mediana edad, quien a pesar de que hizo frente a su progenitor se sentía culpable por no haber comunicado con anterioridad que en cierta ocasión creyó escuchar que su padre mantenía relaciones sexuales con su hermana mayor. «Ella sentía una gran impotencia y rabia por no haber podido proteger a sus hermanas, pero es que eso ocurrió cuando solo era una niña».

En el juicio también testificaron los agentes de la Guardia Civil que instruyeron el caso. Relataron que la hermana mayor les confesó algunas de las amenazas que realizó su padre, quien llegó a decirle «yo voy a acabar en la cárcel, pero vosotras vais a acabar en el cementerio».

Frente a lo expuesto por la madre y las tres hijas, está el testimonio del padre, que se volvió más agresivo y violento tras sufrir un accidente de tráfico. En la entrevista que tuvieron las psicólogas con él les dijo que era cierto que había mantenido relaciones sexuales con su hija mayor durante casi quince años y que en dos ocasiones había realizado tocamientos a su hija pequeña, pero aseguró que lo hizo «porque ellas se lo pedían».

Para justificarlo, habló de una vez que estaba en el campo con su hija mayor y que, «con la excusa de que ella le dijo que quería que le calentara la manos, terminaron en la cama». Para las psicólogas, las justificaciones del padre eran «demasiado ingenuas» y poco creíbles.

Tras escuchar estas afirmaciones, el abogado de la defensa les preguntó si en algún momento se habían planteado que el acusado podría tener razón.

La psicóloga le respondió que su misión era recoger de forma objetiva los hechos que les trasladaron todos los miembros de esa familia y recordó que el propio acusado se mostró arrepentido. «Nos dijo que hubiese deseado que esos hechos no hubiesen ocurrido».

En la vista de este martes también testificó una amiga de la familia que en los últimos meses ha roto relaciones con la madre. En su opinión, los hechos por los que está siendo acusado el padre no son ciertos.

El juicio continuará el lunes con la declaración de los últimos testigos y de los peritos que todavía no han testificado. Después, las acusaciones y las defensas plantearán sus conclusiones definitivas.