Badajoz

El próximo Toño Pérez cocina en el Hospital

La emisión del concurso ha tenido tal trascendencia que han surgido numerosas actividades alrededor del mundo de los fogones.

Es el caso del campamento gastronómico organizado por la Diputación de Badajoz y que acoge la ciudad entre el pasado 27 de junio y el próximo 7 de julio. Estas jornadas matinales nacieron el pasado año y vuelven a la ciudad con su segunda edición.

Quién sabe, es posible que el próximo Toño Pérez, cocinero dueño del restaurante Atrio de Cáceres, con tres Estrellas Michelín, esté cocinando estos días en el Hospital Vivo de Badajoz

«Más allá de la estética, este campamento no imita al programa —MasterChef—, pero sin duda ha sido esencial en la promoción de la cocina. La cocina adaptada a todas las edades y gustos está viviendo una época dorada ahora mismo», comenta Francisco José Escudero, monitor del campamento gastronómico.

Las jornadas han tenido una gran aceptación, ya que las vacantes se completaron en menos de 24 horas, se han admitido a 200 niños en estos diez días.

«El campamento ha tenido una acogida impresionante. En Navidades, La casa de los sentidos hizo otra jornada similar, pero de galletas de Navidad que los niños podían decorar ,y fue igual de bien recibido», indica el monitor.

El curso está dividido en dos bloques según las edades de los participantes, de manera que la primera semana disfrutaron los niños de 4 a 7 años y la segunda lo harán los que tienen entre 8 y 12 años.

Cada jornada acude un grupo nuevo, que está formado por unos veinte menores. Escudero indica que las actividades son iguales en los dos turnos, aunque la segunda semana están adaptadas a las capacidades de los mayores».

Los útiles de cocina son aportados por la Diputación de Badajoz y por La casa de los sentidos —un centro de formación donde se hacen actividades para todas las edades—, y están adaptados para su edad. «Por ejemplo, los cuchillos son todos de plástico y tan solo tenemos uno de metal, que es el que utilizamos nosotros para la explicación», comenta Escudero.

Varios de los niños vienen de fuera de la ciudad para aprovechar la ocasión. «Es un día diferente para ellos y no dudan en venir», añade el monitor.

Es el caso de Nicolás, uno de los alumnos y que repite en esta segunda edición. «Me gustó mucho el año pasado y estoy haciendo muchos amigos. Me lo he pasado muy bien haciendo el gazpacho», comenta Nicolás.

Al igual que 'Nico', el resto de asistentes disfrutan de unas mañanas cargadas de actividades. El campamento comienza a las diez de la mañana, cuando se reciben a los niños.

La primera actividad es el desayuno y las presentaciones de los monitores y alumnos. Mientras los jóvenes comen, los educadores preparan las actividades de la mañana. Después, hacen la compra en el supermercado de la plaza de San Francisco.

«Disfrutan de ir a comprar porque es diferente. Están acostumbrados a ir con sus padres, y aquí cambia totalmente porque ellos seleccionan los productos», añade Escudero.

Después de hacerse con los ingredientes, los jóvenes tienen un taller de dibujo en el que pintan la receta que cocinarán más tarde. Con esta actividad los niños aprenden sobre los alimentos, su procedencia y tipología.

«Uno de los chicos ha llegado a dibujar una tomatera, porque la elaboración era un gazpacho. Algunos van siempre más allá», comenta Escudero.

Cuando acaban los dibujos, comienzan con la preparación de los platos en el que los niños se involucran desde la selección de los ingredientes hasta su emplatado.