La prisión de Badajoz aislará uno de sus módulos si se detectan casos de coronavirus

Fuentes penitenciarias consultadas por HOY han confirmado que se están dando los pasos para que ese módulo, ahora ocupado por reclusos sanos, sea desinfectado antes de su utilización. Además, la dirección de la cárcel ya ha comenzado a proveerse de los equipos individuales y los materiales de protección que serían necesarios utilizar si el coronavirus entra en la cárcel pacense, en la que trabajan unos 230 funcionarios y permanecen ingresados alrededor de 550 reclusos.

La habilitación de ese módulo ha sido confirmada 13 días después de que comenzara a ser aplicado en este recinto penitenciario, el más grande de Extremadura, el protocolo por coronavirus.

Hasta esa fecha, los funcionarios utilizaban guantes de cacheo, pero en las dos últimas semanas han comenzado a ser dotados con guantes de nitrilo, un material más resistente que el látex y que tiene menos poros, por lo que aísla mejor al funcionario. Igualmente han empezado a ser repartidas mascarillas quirúrgicas entre los trabajadores, que exigían la inmediata entrega de estos equipos de protección para evitar riesgos.

Para luchar contra la pandemia, el centro penitenciario también ha suprimido las comunicaciones directas entre los internos y sus familias, tanto las que se realizaban en los locutorios como los contactos íntimos en los que el recluso compartía espacios con las visitas.

Con el fin de reducir en la medida de lo posible los efectos que tiene esta limitación, desde la prisión se les está permitiendo que contacten telefónicamente con sus familiares con una periodicidad mayor. De ese modo se pretende que se reduzca la frustración que pueden sentir al no tener la posibilidad de mantener un contacto directo con el exterior. De hecho, se ha ampliado el número de llamadas que pueden hacer a los familiares y a los internos que carecen de recursos económicos para costearse las llamadas se les está proporcionando lo necesario para que puedan hacerlas.

En estos días también han sido cancelados los permisos para evitar que las entradas y salidas de reclusos puedan suponer un riesgo de contagio. Además, los presos que regresan tras disfrutar de un permiso están siendo sometidos a una cuarentena preventiva de 14 días para asegurarse de que no están contagiados.

Esos aislamientos se realizan en un departamento de la prisión que está separado de los módulos y cuentan con la supervisión de los servicios médicos, que se encargan de controlar la temperatura de los internos para descartar que tengan fiebre o síntomas compatibles con el coronavirus.

Hasta ayer por la mañana no se había detectado ningún contagio ni entre los presos ni entre los trabajadores, pero las medidas de precaución se han extremado y todos los funcionarios tienen la obligación de informar si presentan fiebre o algún otro síntoma.

En ese caso se les indicará que deben permanecer en aislamiento domiciliario durante 14 días y realizarse la prueba antes de volver a trabajar.

Desde la prisión también se ha contactado con la Delegación del Gobierno en Extremadura para solicitar que la Unidad Militar de Emergencias (UME) o alguna unidad del Ejército realice una desinfección de todos los departamentos. Igualmente ha solicitado la llegada de un mayor número de mascarillas quirúrgicas y de protecciones más potentes para que puedan ser utilizadas por el personal.

Los sindicatos de prisiones han expresado durante los últimos días una gran preocupación por el riesgo que supone para los funcionarios trabajar sin medidas de protección adecuadas, una queja a la que trata de dar respuesta la prisión en un contexto complicado por la limitación que existe para la dotación de materiales.